El Gobierno español ha anunciado que pretende bajar el IVA de las compresas y tampones en los presupuestos de 2019. La ley europea permite desde 2007 reducir la conocida como «tasa del tampón», aunque países como Hungría, Suecia y Dinamarca siguen imponiendo una tasa general a estos productos. En Hungría, las mujeres pagan un 27% […]
El Gobierno español ha anunciado que pretende bajar el IVA de las compresas y tampones en los presupuestos de 2019. La ley europea permite desde 2007 reducir la conocida como «tasa del tampón», aunque países como Hungría, Suecia y Dinamarca siguen imponiendo una tasa general a estos productos.
En Hungría, las mujeres pagan un 27% de IVA cuando compran compresas y tampones. En Irlanda, estos mismos productos están exentos de impuestos. Otros países, como España o Francia, mantienen los productos de higiene íntima a un tipo reducido de IVA. De hecho, el Gobierno español ha prometido rebajar este impuesto, en los presupuestos de 2019, de ese 10% al 4%. Desde que en 2007 la Unión Europea (UE) permitió a los países cambiar la conocida como tasa del tampón hasta un mínimo estipulado, muchos países han escogido reducirlo; otros, sin embargo, han seguido manteniendo los productos de higiene íntima al mismo nivel de IVA que productos que no son de primera necesidad.
Casi la mitad de los 28 países miembros de la UE mantienen el IVA de las compresas y tampones bajo el tipo general, en el que se encuentran productos de lujo como las joyas, el vino, la cerveza y el tabaco. En 10 de esos países esta tasa supera el 20%: Hungría, con su 27%; o Croacia, Suecia y Dinamarca, con un 25%. La comparación realizada por Civio de las diferentes leyes de impuestos nacionales demuestra, además, que la conocida como tasa del tampón es mayor que el impuesto aplicado a hoteles en muchos de estos países.