En los últimos meses la crisis del sector naval ha aparecido de nuevo entre nosotros .El pasado 15 de octubre la SEPI ha mostrado su última propuesta sobre la salida de la crisis.¿Qué pasará con «La Naval»? En primer lugar «La Naval» de Sestao es viable. A pesar de ciertas informaciones relativas a que la […]
En los últimos meses la crisis del sector naval ha aparecido de nuevo entre nosotros .El pasado 15 de octubre la SEPI ha mostrado su última propuesta sobre la salida de la crisis.¿Qué pasará con «La Naval»?
En primer lugar «La Naval» de Sestao es viable. A pesar de ciertas informaciones relativas a que la construcción naval civil está en crisis, otros estudios señalan que el tráfico internacional marítimo ha crecido establemente (tanto en contenedores y carga general como en graneles y carga líquida).Hay perspectivas reales de la intensificación de los flujos marítimos de Africa al Mediterráneo y del Mediterráneo hacia el norte de Europa si se producen ciertas mejoras en ciertos puertos y se resuelven determinados aspectos de transporte multimodal y de logística (buques-camión,buques-tren,etc).
Asimismo hay una demanda creciente para la renovación de petroleros (obligatoriedad del doble casco) . En esta perspectiva , los fabricantes europeos pueden competir con Corea y China, en segmentos productivos de nivel tecnológico alto. En el caso de «La Naval» existe capacidad tecnológica demostrada en la construcción de los dos últimos gaseros.
Es conveniente, de cara al futuro, realizar ciertas mejoras , como es el traslado de los astilleros hacia el puerto exterior, con dos diques flotantes, tanto para reparación de buques como para fabricación, lo que supone un plan estratégico a medio plazo con las consiguientes inversiones y considerando la ordenación del territorio, impacto ambiental, etc. Asimismo hay que considerar la posibilidad real de ofrecer al mercado bienes de equipo(gruas, calderas,motores etc..) perfectamente realizables con ciertas modificaciones en la linea productiva existente, como ocurre en otras empresas tales cono HYUNDAI japonesa.
La posible realización de piezas de molinos eólicos, planteada por Iberdrola, es un ejemplo del potencial industrial a desarrollar en la fábrica vasca. Dicho lo anterior, queda patente que «La Naval» no es una «empresa- chatarra», sino que está por desarrollar todo su potencial dentro de las dificultades existentes en el mercado. Desde esta perspectiva debe asegurarse la plantilla existente, así como los otros 5.000 empleos de la industria auxiliar, consolidando el empleo en la margen izquierda. Pero hay que plantearlo como un componente de la estrategia industrial vasca.
La experiencia acumulada en al fabricación naval, la tecnología utilizada, las capacidades profesionales desarrolladas y el potencial a desarrollar en campos de la fabricación mecánica, sector de bienes de equipo (motores, gruas, etc), la relación sinérgica con otras actividades industriales, todo ello conlleva la necesidad de un plan estratégico que modernice dicho sector , imprescindible en nuestro tejido industrial.
En este campo adquiere importancia la formación continua de carácter estratégico, no únicamente en los aspectos ligados al puesto de trabajo, sino que abarque los cambios organizativos y los cambios de profesionalidad, en grado variable, para garantizar la continuidad y la expansión de la empresa.
Estos cambios, evidentemente, no se obtienen en pocos meses, y ahora estamos sufriendo las consecuencias de no haber abordado estos aspectos desde hace varios años ¿Una empresa privada tradicional puede llevar adelante este proceso?.Hay que ser ingenuos ( o muy manipuladores) para creer esto.
La solución ha de encaminarse para que «la Naval» esté dentro del sector publico. Ya vemos que la SEPI empuja a la segregación entre astilleros civiles y militares, bien directamente, bien mediante la creación de un «holding» compuesto por dos sociedades , una militar con capital público y la otra civil con capital mayoritariamente privado.
En la última propuesta, en la «división civil» entra «La Naval», Cádiz, Sevilla, Manises y Gijón, siendo el astillero vasco el de mayor volumen de producción y empleo. De esta forma, se encamina y queda en manos privadas la reestructuración del subsector naval privado La estructura de «holding» público no garantiza la estabilidad para las empresas, pudiéndose dar posteriormente nuevas reestructuraciones en aras de la dinámica del mercado.
Pero lo más importante, a mi juicio, es que dicha estructura empresarial privatizadora impide un relanzamiento a fondo de «la Naval», que pasa necesariamente por una diversificación industrial, nuevas inversiones a medio plazo y otro conjunto de medidas que difícilmente tienen una rentabilidad a corto plazo. Y esa dinámica estratégica únicamente se puede abordar desde el sector público
Para Ana Aguirre, Consejera de Industria del Gobierno de Vitoria, «la solución es que siga perteneciendo al grupo público estatal, que se salve». ¡Y ahí está el meollo del problema!.La decisión última está en manos de la SEPI y del PSOE, y hay que recordar que fue el PSOE, en los años ochenta, el que cerró «Euskalduna», y es ahora la SEPI la que plantea la muerte lenta de «La Naval», eso si maquillando la operación, como ya se ha señalado ¿Por qué no plantear la creación de una empresa pública vasca, aceptando los obligados criterios de Bruselas con capital público minoritario (el 40 %) y capital privado ( en el que pueden participar las Cajas de Ahorros vascas, entre otros)?.La fórmula jurídica puede variar, desde una sociedad participada, un consorcio, etc.
Pero en cualquier caso hay aspectos patrimoniales y financieros a contemplar. Entre ellos las deudas pendientes, que en ningún caso corresponderían a la nueva sociedad. Esta nueva empresa puede y debe abordar nuevas inversiones con aval de la Administración vasca, en su caso; puede y debe abordar nuevos enfoques de la actividad productiva hacia fabricaciones multiproducto, diversificando la producción y reduciendo riesgos; puede y debe preservar y mantener el sector auxiliar del sector naval, mejorando asimismo su capacidad tecnológica ; puede y debe haber un conjunto articulado de actuaciones de instituciones (ayuntamientos de la zona, Diputación, la Universidad, organismos de formación continua ,etc) en diversos campos que den como resultante final una mejor situación productiva, económica y financiera y social de la empresa.
En esta nueva empresa, la participación de los trabajadores, vía sindicatos, ha de articularse de manera constante, no solamente en la dinámica cotidiana de la empresa , sino también en la elaboración de aspectos relacionados con la estrategia empresarial, a la vista de la experiencia pasada. En una empresa pública, de corte » tradicional» que no se articulen mecanismos de participación de los trabajadores se corre el riesgo, de nuevo, de perder eficiencia económica y cohesión laboral y productiva. Desde este punto de vista se puede afirmar la importancia que adquiere dicha empresa y el sector auxiliar asociado a la misma, así como su influencia en el tejido industrial vasco y, por ello, no puede dejarse la toma de decisiones en ámbitos ajenos al ámbito vasco. No es casual que «Hydroquebec » empresa de producción de electricidad de Québec, tenga una fuerte participación de capital público(dado su carácter estratégico), a pesar de los diversos gobiernos de corte económico liberal de los últimos 30 años, que nunca han pensado en privatizarla.
En cambio en nuestro entorno la privatización de empresas sigue siendo la divisa. O bien el capital público no entra a participar en sociedades en reestructuración (caso de la siderurgia de los años 90) o bien privatiza paquetes de acciones como en el reciente caso de Euskaltel, empresa con estabilidad en los beneficios.
Es evidente que si se quiere potenciar «La Naval», exige inversiones importantes, lo cual conlleva que la redistribución del dinero público, de carácter inversor ha de reorientarse. Piénsese , por ejemplo, en las inversiones de miles de millones de euros, previstas en la construcción del Tren de Alta Velocidad, que hipotecan, claramente , la realización de otro tipo de inversiones estratégicas como sería en el caso de «La Naval» .
Por ello la responsabilidad de los poderes públicos es mayor que nunca en poner proa al sector público vasco, integrando el astillero vasco. ¿Hay voluntad política para marcar otro rumbo al astillero vasco? Si se sigue con el rumbo «privatizador», aunque sea con pequeños «retoques» y ayudas públicas, la empresa vasca corre grandes riesgos de encallar en los próximos años, «salpicando» a la industria auxiliar.
Es preciso que los trabajadores, los sindicatos y fuerzas políticas e instituciones públicas hagan una reflexión a fondo para plantear y demandar en esta lógica de actuaciones de presente y de futuro. Este debate urgente sobre el futro del astillero vasco no afecta , por tanto, únicamente a los trabajadores de»La Naval» y a los de las empresas auxiliares, sino que tiene una dimensión estratégica para el tejido productivo vasco En otro caso, si el presente es incierto, el futuro será peor. ¿Queremos realmente «salvar» «La Naval»? . El tiempo será testigo.
Antón Borja es Profesor de la Universidad del Pais Vasco