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La economía mundial a inicios del siglo XXI (I)

La Nueva Hegemonía de Estados Unidos

Fuentes: Rebelión

Estados Unidos a partir de la década de los sesenta del siglo XX, enfrentó una gran competencia. Primero de Europa y posteriormente de Japón. La competencia agudizó el ciclo económico a nivel mundial y se reiniciaron las crisis económicas mundiales. El inicio mas evidente de las crisis fue la de los años 1974-1975. La economía […]

Estados Unidos a partir de la década de los sesenta del siglo XX, enfrentó una gran competencia. Primero de Europa y posteriormente de Japón. La competencia agudizó el ciclo económico a nivel mundial y se reiniciaron las crisis económicas mundiales. El inicio mas evidente de las crisis fue la de los años 1974-1975. La economía de Estados Unidos empieza a crecer muy lentamente comparado con el auge de post Segunda Guerra Mundial. El crecimiento lento y las crisis cíclicas exigían la ampliación de las exportaciones y de las inversiones de Estados Unidos hacia otros países y regiones. Estos son los fundamentos económicos principales del proceso que posteriormente ha sido designado como globalización de la economía mundial.

Estados Unidos promueve en el exterior como parte de la globalización, la libre circulación de las mercancías y de los capitales, apoyado teóricamente en el neoliberalismo, y posteriormente perfeccionado en lo que se ha conocido como el Consenso de Washington. En lo medular dicho Consenso se sintetiza en: la propiedad privada, Estado subsidiario y mercados libres a nivel nacional e internacional para las mercancías y para los capitales.

Estados Unidos, a la vez que promueve la liberalización en exterior, internamente continúa con niveles significativos de proteccionismo y de regulación. En relación a las importaciones establece regulaciones diferenciadas a través de sistemas especiales que contemplan, entre otros, aranceles, cuotas, prohibiciones y otros mecanismos. En relación a las exportaciones, promueve grandes subsidios, particularmente subsidios al sector agrícola.

La combinación del libre comercio en el exterior, del proteccionismo interior y del control del dólar como dinero mundial, significó para Estados Unidos el mejor de los mundos posibles, situación similar a la de Inglaterra a inicios del siglo XIX.

La globalización de la economía mundial, promovida por los Estados Unidos ha posibilitado la reestructuración de su economía y la reconquista de la hegemonía que compartía con Europa y con Japón en la década de los ochenta. Esta hegemonía compartida en los ochenta por Estados Unidos, por Europa y por Japón, fue sintetizada y conocida como » La Tríada».

La reconquista de la hegemonía económica en la economía mundial por Estados Unidos, es el fundamento de la hegemonía política expresada en la Nueva Política de Seguridad Nacional. La Nueva Política de Seguridad Nacional se basa en la potencia económica de Estados Unidos y no en su debilidad.

En el artículo de Monthly Review «Las Ambiciones Imperiales de Estados Unidos en Irak», se señala que la nueva estrategia de seguridad nacional de Estados Unidos (New York Times, 20 de septiembre del 2002), establece tres principios claves de la política estratégica estadounidense: Primero. Asegurar permanentemente el indisputado dominio global de Estados Unidos, de modo que a ninguna nación le será permitido rivalizar o amenazar a los Estados Unidos.

Segundo. La disposición permanente de Estados Unidos para desarrollar en forma rápida ataques militares preventivos contra Estados o fuerzas en cualquier parte del globo que sean considerados una amenaza a la seguridad de los Estados Unidos, a sus fuerzas e instalaciones en el exterior, o a sus amigos o aliados.

Tercero. La inmunidad de ciudadanos norteamericanos frente a procesos en los Tribunales Criminales Internacionales.

En el texto que estamos citando, se agrega lo siguiente: «Al comentar esta nueva Estrategia de Seguridad Nacional, el Senador Edward M Kennedy, declaró que: ‘la doctrina de la Administración es un llamado al imperialismo norteamericano en el siglo XXI que ninguna otra nación podría o debería aceptar’ (7 de octubre del 2002). La reestructuración de la economía de Estados Unidos, como hemos dicho, es producto de la globalización y surge como respuesta a las crisis cíclicas. Estados Unidos reestructura toda su economía con fuerte apoyo del Estado. A mediados de los ochenta, los principales sectores de la economía estadounidense y la propia economía de los Estados Unidos se caracterizaba como una economía decadente, que estaba siendo desplazada por Europa, y especialmente por Japón y el sudeste asiático. La reconquista de la hegemonía que ha llevado a Estados Unidos a transformarse en la única potencia económica, política y militar mundial, como proceso con gran apoyo estatal es parecido a la carrera espacial con la Unión Soviética en la época del Presidente Kennedy.

El dinamismo económico está íntimamente relacionado con las ganancias. Con la globalización de la economía mundial y la combinación del libre cambio y el proteccionismo, unido a la flexibilidad laboral, forjó en Estados Unidos un cambio cualitativo que se expresó en el paso de un período de ganancias y tasa de ganancia baja, a un período de altas ganancias y alta tasa de ganancia.

En las décadas del setenta y hasta mediados de los ochenta, las ganancias globales estaban prácticamente estancadas. A partir de mediados de los ochenta, las ganancias y la tasa de ganancia empiezan a aumentar. El aumento es aún mayor en la década de los noventa.

En condiciones de tasas de ganancia elevadas, las crisis cíclicas en cierta medida son atenuadas. Así ha sucedido en las crisis de la década de los noventa. En la crisis de inicios de esta década, a pesar de la fuerte disminución de las ganancias de las empresas en Estados Unidos, la crisis cíclica no fue tan profunda. La recuperación y posterior dinamismo de la economía estadounidense, ha estado apoyada en un gran incremento de las ganancias globales, especialmente a partir de 2003.

Las ganancias que son enviadas a Estados Unidos por las empresas estadounidenses en el mundo han crecido en forma extraordinaria. Su ritmo de crecimiento es mucho más acelerado que el de las ganancias globales en Estados Unidos.

Las ganancias de las empresas se han visto favorecidas por una disminución de los intereses netos pagados por las empresas productoras de bienes y servicios a las instituciones financieras y por una fuerte disminución de los impuestos sobre las ganancias.

La otra categoría clave en la reestructuración de la economía estadounidense tiene relación con las grandes modificaciones en el proceso de acumulación de capital. Las inversiones globales en la economía de los Estados Unidos eran bajas en los setenta y en parte de los ochenta. A partir de mediados de los ochenta se inicia un aumento de las inversiones, y en los noventa las inversiones muestran un crecimiento exponencial.

Crecen todas las inversiones. Pero las inversiones privadas tienen un crecimiento mayor que la inversión pública. Al interior de las inversiones privadas crecen muchísimo más las inversiones de las empresas que la inversión residencial. Al interior de las empresas, crecen mucho más las inversiones en maquinaria y equipo, frente a un crecimiento pequeño en las inversiones en nuevos edificios e instalaciones de las empresas. Al interior de las inversiones en maquinaria y equipo, las que más crecen son las de alta tecnología.

El gran crecimiento de las inversiones se acompaña de un hecho de gran impacto histórico: las maquinarias y equipos de alta tecnología han tenido una gran disminución de precios.

En la economía de los Estados Unidos, en las mismas estructuras físicas de las empresas se reemplaza la maquinaria antigua por maquinaria y equipo de alta tecnología, de mayor productividad y de precios bastante menores. Esta es la síntesis de la revolución tecnológica que le ha permitido a Estados Unidos la reconquista en sectores y ramas económicos que anteriormente aparecían como decadentes y que actualmente se encuentran nuevamente a la vanguardia en la economía mundial, con empresas en Estados Unidos y en el exterior.

La reconquista de la hegemonía que ha llevado a Estados Unidos a transformarse en la única potencia económica, política y militar a nivel mundial, empieza a ser disputada por el gran desarrollo de China, que analizaremos en la segunda parte de esta serie.

* Estas notas se han basado en el artículo «Estados Unidos y China: ¿Locomotoras en la recuperación y en las crisis cíclicas de la economía mundial?», presentado en agosto del 2004 en el Seminario del Grupo de Trabajo de CLACSO ‘Globalización, Economía Mundial y Economías Nacionales, Universidad Autónoma de Puebla, México.

Orlando Caputo Leiva es Economista de la Universidad de Chile. Investigador del CETES y del Grupo ‘Globalizacion, Economía Mundial y Economías Nacionales’ de CLACSO y de la Red de Economía Mundial, REDEM.