La crisis del empleo golpea a la juventud del mundo; si en América Latina y el Caribe el desempleo juvenil es de 16.6 por ciento, en el orbe es de 14.8 por ciento. En una década pasaron de 74 a 85 millones los desempleados jóvenes de 15 a 24 años de edad, y más de […]
La crisis del empleo golpea a la juventud del mundo; si en América Latina y el Caribe el desempleo juvenil es de 16.6 por ciento, en el orbe es de 14.8 por ciento. En una década pasaron de 74 a 85 millones los desempleados jóvenes de 15 a 24 años de edad, y más de 50 por ciento de los 572 millones que sí tienen empleo, no tienen por ahora ni en el futuro cercano, la esperanza de salir de las condiciones de pobreza, informó la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
De 1995 a 2005, el número de jóvenes desempleados en la región latinoamericana y caribeña aumentó de 7.7 a 9.5 millones de personas; son apenas datos preliminares, porque se estima que 35 por ciento de los que sí trabajan apenas obtienen unos 2 dólares diarios; o sea que el salario que perciben 16.7 millones de jóvenes en la zona es insuficiente tanto para vivir individualmente como para cooperar a que la familia supere el umbral de la pobreza. Y de éstos, 6.3 millones viven en condición de pobreza extrema con menos de un dólar diario.
Uno de cada tres jóvenes en el mundo busca, sin encontrar, un trabajo; la OIT estima que se necesitarán cuando menos 400 millones de oportunidades de empleo decente y productivo para enfrentar el potencial productivo de la juventud actual.
Los resultados «dramáticos y que ofrecen un panorama sombrío del futuro de los jóvenes», según palabras de José Manuel Salazar Xirinachs, director de Promoción del Empleo, se presentaron en el informe Tendencias mundiales del empleo juvenil difundido por la OIT. «Condenados al desempleo o a condiciones de precariedad, los jóvenes suelen encontrarse en medio de un círculo vicioso de pobreza que afecta la autoestima, genera desaliento y limita las esperanzas sobre el futuro», dijo el director general del organismo, Juan Somavia.
Las cifras hablan por sí solas: en 2005 había más de mil millones de jóvenes entre 15 y 24 años de edad (89 por ciento vive en países en desarrollo). De éstos, 657 millones de jóvenes están en la fuerza laboral, pero 85 millones estaban desempleados (44 por ciento de la fuerza laboral desempleada en el mundo); 309 millones de trabajadores son pobres, con salarios por debajo de 2 dólares diarios, y había más de 20 millones de jóvenes desalentados (4 por ciento de los 525 millones inactivos) que ya no buscan trabajo y viven en la ociosidad (21 por ciento en América Central y del Sur; 34 por ciento en Europa Central y del Este; 27 por ciento en Africa, y 13 por ciento en Unión Europea).