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AT&T compró BellSouth

La operación más grande de la historia de las telecomunicaciones en EEUU

Fuentes: IAR

Es el final de una fusión anunciada, con marchas y contramarchas, especialmente con respecto al precio, y alimenta el afán expansivo de la ex SBC Communications Inc., que -de la mano de Edward Whitacre Jr- en los últimos dos años adquirió AT&T Wireless y AT&T Corp. antes de cambiar su nombre por el de AT&T […]

Es el final de una fusión anunciada, con marchas y contramarchas, especialmente con respecto al precio, y alimenta el afán expansivo de la ex SBC Communications Inc., que -de la mano de Edward Whitacre Jr- en los últimos dos años adquirió AT&T Wireless y AT&T Corp. antes de cambiar su nombre por el de AT&T Inc.

Hoy, presidente y presidente ejecutivo ésta última, Whitacre es el pilar de una nueva compañía que, con un valor de mercado superior a los u$s 150.000 millones, dejará atrás a la británica Vodafone Group PLC y la estadounidense Verizon Communications, su rival más directo.

Pero no se trata de un acuerdo más. De recibir aprobación de las autoridades reguladoras, AT&T conseguirá el control absoluto sobre Cingular Wireless, la principal empresa de teléfonos celulares de EE.UU, de la que hasta ahora es propietaria junto con BellSouth.

Y de hecho, ya anunció sus planes de eliminarla como marca y transferir sus servicios a la propia. No parece difícil, sobre todo para un hombre nacido para vencer las barreras.

Mucho más que un vaquero. Nativo de Ennis -Texas- Whitacre empezó su carrera en 1963 con Southwestern Bell como ingeniero de facilidades en Lubbock, un año antes de graduarse en la Universidad Texas Tech.

Una década después asumía como presidente de la mesa directiva y oficial ejecutivo en jefe; y su mejor logro fue llevar a la más pequeña compañía regional Bell a ser una de las líderes mundiales en servicio completo de telecomunicaciones.

Concretó iniciativas clave, que incluyeron las adquisiciones de Pacific Telesis (1997), Southern New England Telecommunications (SNET) (1998), Ameritech (1999); y la formación de Cingular Wireless (2000). Pero a la vez implementó el Proyecto Pronto, que transformó a SBC en el líder de comunicaciones de datos.

En 1998 Business Week ya lo ubicaba entre los 25 más altos ejecutivos del año, y en el ’99 la revista Worth lo designaba uno de los «Mejores ceos» de EE.UU. Y lo cierto es que cuando en noviembre de 2005 SBC Communications Inc compró AT&T, nombrándolo presidente del Consejo de Administración y consejero delegado, Whitacre dejó de ser para sus rivales un simple vaquero texano ávido de adquisiciones, para convertirse en el nuevo rey del mercado. Una cima a la que arribó gracias a su estilo implacable y su gran resistencia.

¿Monopolio? El flamante pacto entre AT&T y BellSouth que dejaría a EE.UU. con dos grandes telefónicas -Verizon y AT&T- integradas verticalmente con servicios de telefonía local, una división para servicios a empresas y una filial de telefonía celular, no es un tema menor.

Por un lado, la fusión convalidaría la visión del gobierno estadounidense sobre el sector en términos de competencia, ya que las telefónicas tradicionales -además de entre sí- disputarían directamente su porción con las proveedores de cable. Pero además, daría lugar a un sangriento enfrentamiento entre AT&T y Verizon -que compró a MCI Inc.- por el control del mercado de telefonía celular, nada menos que la parte de mayor crecimiento de las telecomunicaciones.

Pero Whitacre apuesta a la simpatía que tanto el gobierno de George W. Bush como la Comisión Federal de Comunicaciones han demostrado hacia las fusiones de las grandes telefónicas del país, alegando su operativa en distintas regiones geográficas.

No es casual. Ya lo consiguió siendo Ceo de SBC Communications, cuando una decisión favorable de esa Comisión y de cada uno de los estados norteamericanos le permitió adquirir AT&T, luego de considerar que era una fusión beneficiosa para los clientes de menores ingresos o que viven en áreas rurales.

La misma respuesta permitirá a AT&T, gracias a BellSouth, expandir su presencia al sudeste de Estados Unidos y dar a la compañía fusionada una red nacional de telefonía de larga distancia y datos, clientes residenciales desde Florida a California y clientes comerciales que ocupan más de la mitad de la lista de Fortune 1000.

Pero no todas son rosas: puertas adentro, crece la tensión derivada de un anuncio del jefe de servicios financieros de AT&T: la necesidad de eliminar unos 10.000 puestos de trabajo. Una reducción que se sumaría, al recorte de 26..000. cuya mitad se concretó en noviembre -resultado de la adquisición de SBC- y el resto, por «iniciativas de operación».

Mientras tanto, el vaquero ya planea su próxima jugada.