El principal bloque opositor formalizó el sábado la candidatura del ex gobernador de Sao Paulo José Serra para sustituir al presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva en las elecciones de octubre. Serra, un economista de 68 años con amplia trayectoria política, utilizó la convención de su Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB) para […]
El principal bloque opositor formalizó el sábado la candidatura del ex gobernador de Sao Paulo José Serra para sustituir al presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva en las elecciones de octubre.
Serra, un economista de 68 años con amplia trayectoria política, utilizó la convención de su Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB) para marcar diferencias con Lula mediante críticas veladas sin citar directamente al popular gobernante.
En la referencia más clara a Lula, repitió una crítica opositora al gobierno por el supuesto uso de la maquinaria pública para perpetuarse en el poder.
«Esa concentración de poder del estado en una sola persona se acabó con Luis XVI (monarca francés depuesto en la Revolución Francesa) y ya no hay espacio para Luises así», declaró ante los aplausos de millares de asistentes a la convención, celebrada en la ciudad nororiental de Salvador.
El PSDB, apoyado por las agrupaciones Demócratas y Partido Popular Socialista, llevó su asamblea al noreste brasileño donde los índices de popularidad de Lula son los más altos del país, llegando en algunos casos a más de 90%. A nivel nacional, Lula tiene la aprobación de un 80% de los brasileños.
Serra criticó la política exterior de Lula. «Creo en los derechos humanos en Brasil y el mundo, y no está bien elogiar a dictadores en todos los rincones del planeta solo porque esos dictadores son aliados eventuales», expresó.
Pareció una alusión a la cercanía de Lula con el presidente venezolano Hugo Chávez y su aproximación con el líder iraní Mahmoud Ahmadinejad.
Asimismo, el candidato opositor manifestó su intención de desarrollar una política social activa, pilar fundamental para la elevada popularidad de Lula.
Incluso dijo que ampliaría el programa Beca Familia, que otorga dinero a familias pobres que mandan a sus hijos a la escuela y es la estrella de la política social de Lula.
La candidata oficialista Dilma Rousseff, escogida directamente por Lula, debe tener su candidatura oficializada el domingo en la convención del gobernante Partido de los Trabajadores (PT), de izquierda.
Hasta pocos meses atrás, Serra dominaba cómodamente las encuestas de intención de votos con más de 40% de respaldo, pero su apoyo ha declinado mientras el nombre de Rousseff ha subido, llegando a una situación de virtual empate de cara a los comicios, cuya primera ronda se celebrará el 3 de octubre. Una eventual segunda ronda se realizaría el 24 del mismo mes.
El ex gobernador llegó a la convención de su partido sin haber podido escoger a un candidato a vicepresidente que lo acompañe en la papeleta presidencial.
El PMDB, el mayor partido de la coalición oficialista, también celebró el sábado su convención en Brasilia y oficializó la designación del diputado Michel Temer como aspirante a vicepresidente junto a Rousseff.
Serra es un ex diputado y ex senador que se desempeñó como ministro de Planificación y de Salud en el gobierno del ex presidente Fernando Henrique Cardoso (1995-2002).
En ese período impulsó un elogiado programa de combate al sida que llevó a Brasil a quebrar patentes de fabricación de medicamentos para abaratar el costo del tratamiento de personas infectadas con el virus causante del mal.
En su juventud fue dirigente estudiantil y opositor a la dictadura militar que gobernó Brasil de 1964 a 1973 y lo obligó a ir al exilio en Chile y Estados Unidos.
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