A primera vista, la fotografía parece haber sido tomada durante un día normal de vacaciones en un típico complejo playero soleado. El cielo es azul, la plataforma de madera ha sido blanqueada, hay sombrillas y sillas de playa y la escena es relajante. Pero si uno mira con detenimiento, surgen detalles que hacen de […]
A primera vista, la fotografía parece haber sido tomada durante un día normal de vacaciones en un típico complejo playero soleado.
El cielo es azul, la plataforma de madera ha sido blanqueada, hay sombrillas y sillas de playa y la escena es relajante.
Pero si uno mira con detenimiento, surgen detalles que hacen de esto cualquier cosa menos un paraíso tropical.
Hay un arma dibujada crudamente en la pared de la choza playera, el vidrio oscuro en las ventanas refleja focos de seguridad y el pie de foto revela que éste es el «Club de Sobrevivientes», un lugar frecuentado por los guardias del tristemente célebre centro de detención en la base naval estadounidense de Guantánamo, Cuba.
El efecto es misterioso e inquietante, incrementado por el hecho de que en ésta y otras dos docenas de fotos de la base naval no aparecen personas.
Christopher Sims, «Caravanas de los oficiales, Campamento América»
Habitaciones vacías
La exposición, «Bahía de Guantánamo: Fotografías de Christopher Sims», no incluye ninguna de esas imágenes de presuntos terroristas vestidos de naranja que suelen acompañar a los titulares y que se han convertido en símbolos de la llamada Guerra contra el Terrorismo de Estados Unidos.
Se deja que el lugar, en una serie de cuartos y de paisajes vacíos, hable por sí mismo.
Cuando alguien mira las fotografías, se ve obligado a imaginarse un poco más, a preguntarse quiénes habitan estos espacios Christopher Sims |
«Cuando alguien mira las fotografías, se ve obligado a imaginarse un poco más, a preguntarse quiénes habitan estos espacios», dice Christopher Sims, que pasó más de dos años intentando acceder al centro de detención.
«¿Son guardias o interrogadores, porteros o presos, o los cónyuges de la gente en la base o sus hijos? Pienso que al no mostrarlo explícitamente, se le abren más posibilidades al espectador para relacionarse de cierta manera con todas estas personas», señala.
Christopher Sims, «Gimnasio en la selva, Estación Naval»
La idea de que hay niños en Guantánamo es planteada de forma sorprendente por una foto de una estructura para que éstos jueguen a trepar, en un trozo de tierra cubierto de maleza.
«Cuando vi esto pensé en los hijos e hijas del personal de la marina estadounidense que se encuentran aquí, y aunque están en una base militar estadounidense en una isla comunista, tienen algo de una niñez típica», explica el fotógrafo.
«Pero también recordé que cuando el centro de detención comenzó a funcionar algunos de los prisioneros eran niños, que tenían menos de 18 años cuando los trajeron aquí. Me resultó muy impactante pensar en niños en este lugar y, hasta cierto punto, en niños a ambos lados del conflicto», agrega.
Nuevas guerras
La inspiración para este proyecto le llegó a Sims mientras trabajaba como archivista de fotografía en el Museo Conmemorativo del Holocausto en Washington.
Me resultó muy impactante pensar en niños en este lugar y, hasta cierto punto, en niños a ambos lados del conflicto Christopher Sims |
Aunque allí tienen una extensa colección de fotografías, Sims señaló que la mayoría las tomaron los nazis o las fuerzas aliadas cuando los campos de concentración fueron liberados.
«Cuando comencé a pensar en cómo fotografiar estas nuevas guerras, pensé primero en los tipos de fotografías que no se estaban haciendo», dice.
«En general las toman militares o fotorreporteros, así que fui a los lugares a donde normalmente ellos no pensarían ir: un cine al aire libre, un McDonald’s o algún edificio».
«Nunca sabía lo que encontraría, pero sabía que probablemente sería significativo. Tenía la convicción de que por lo menos esto me daría una idea de lo qué es este lugar, un lugar sobre el que hablamos mucho pero sobre el que en realidad no sabemos nada», añade el fotógrafo.
Christopher Sims, «Corán, Campamento Delta»
Significación
El resultado es una serie de fotos tan simples en la superficie que parecen mundanas, hasta que una inspección más profunda revela detalles que les dan significación en muchos niveles diferentes.
Las imágenes incluyen un árbol de navidad artificial abandonado, escondido contra la pared de una oficina; una fila de sillas dispuestas para las audiencias legales; el tablero de neón del menú en la cafetería de los guardias; pelotas de fútbol en un terreno de recreación vacío; un primer plano de un Corán que cuelga de un techo de alambre en un calabozo.
Cada una ofrece nuevos elementos sobre la vida de las personas que se encuentran en la base de Guantánamo y en su centro de detención, que pronto será algo del pasado.
El presidente Barack Obama ordenó cerrar el centro, después de años de críticas internacionales y nacionales, y de acusaciones de que su existencia conllevó a violaciones de los derechos humanos y de las disposiciones legales.
Christopher Sims, «Meca, 12.793 km»
Familiar y extraño
«Pienso que esta exposición nos comunica que Guantánamo nos es más familiar de lo que pensamos. Algunas de estas imágenes se habrían podido tomar en la pequeña ciudad de Carolina del Norte donde vivo», dice Christopher Sims.
Es un lugar asombrosamente extraordinario, donde gente de todo el mundo vive junta en perfecta desarmonía Christopher Sims |
«Otras no sabríamos de dónde provienen porque parecen escenas de algún puesto de avanzada abandonado y distante, de la Guerra Fría. Unas terceras muestran una isla tropical y hacen que todo parezca muy exótico».
«De cierta forma, es como un escenario de todo el mundo: allí hay soldados estadounidenses, presos musulmanes, inmigrantes de Jamaica que trabajan en el McDonald’s y en la lavandería, cubanos que han vivido allí durante décadas después de huir de Fidel Castro».
«Es un lugar asombrosamente extraordinario, donde gente de todo el mundo vive junta en perfecta desarmonía».
La exposición se presentará en la galería Civilian Art Projects de Washington DC, EE.UU., hasta el 14 de marzo.
Christopher Sims, «Bloques de calabozos, Campamento Delta»