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La peruestadounización de la economía

Fuentes: Rebelión

Ecuador, al igual que Bolivia, no firmará con la Unión Europea Tratados de Libre Comercio (TLC) como los rubricados por Perú y otras naciones de América Latina con Estados Unidos Las declaraciones fueron realizadas por el presidente ecuatoriano Rafael Correa en conferencia de prensa en Lima, durante la recién finalizada Cumbre América Latina-Unión Europea. El […]

Ecuador, al igual que Bolivia, no firmará con la Unión Europea Tratados de Libre Comercio (TLC) como los rubricados por Perú y otras naciones de América Latina con Estados Unidos

Las declaraciones fueron realizadas por el presidente ecuatoriano Rafael Correa en conferencia de prensa en Lima, durante la recién finalizada Cumbre América Latina-Unión Europea.

El mandatario andino fue claro y tajante porque detrás de esos TLC se esconden un sinnúmero de prebendas y concesiones a Estados Unidos y a las

transnacionales que amenazan y cercenan la soberanía de las contrapartes firmantes. Europa quiere copiarlos en papel carbón por los beneficios que les representan.

Los TLC son una respuesta de Estados Unidos a su fallido proyecto del Área de Libre Comercio para las Américas (ALCA) derrotado por el esfuerzo mancomunado de las naciones progresistas de la región que le dieron el golpe mortal durante la IV Cumbre de las Américas, celebrada en noviembre de 2005 en Mar del Plata, Argentina .

Meses antes y en previsión de su fracaso hegemónico totalitario, Estados Unidos lanzó una ofensiva por la zona para intentar amainar en temporal y sus delegaciones visitaron El Salvador, Honduras, Costa Rica, Nicaragua, Guatemala, República Dominicana, Colombia, Perú, Bolivia y Ecuador que expresaban interés de participar en los TLC.

Para llegar a concretar TLC con Washington, la contraparte debe adaptar numerosas leyes y realizar peligrosas concesiones a la vecina potencia económica y al capital extranjero.

El anterior presidente peruano, Alejandro Toledo se convirtió, en el principal propulsor del proyecto que continuó con grandes esfuerzos el actual mandatario Alan García.

Las negociaciones con Colombia, Perú, Ecuador y Bolivia como observador comenzaron en mayo de 2004, pero en el 2005, Estados Unidos decidió suspenderlas con Bolivia y Ecuador, como una medida de castigo por haber realizado esas dos naciones reformas en sus legislaciones petroleras para que sus Estados obtuvieran más utilidades.

Toledo, primeramente, y García, con posterioridad, viajaron en varias ocasiones a la capital norteamericana para hablar, con el presidente George W. Bush y con numerosos congresistas, sobre los beneficios del TLC.

Por fin, el 20 de diciembre De 2007, los presidente de Perú y Estados Unidos firmaron la ley que promulgaba el Tratado.

Inmediatamente el Congreso del país andino otorgó facultades legislativas al Ejecutivo para modificar 60 normas que debían ser corregidas para implementar el acuerdo.

Según las autoridades peruanas, esos convenios beneficiarían a la nación porque le permitirían mantener las preferencias arancelarias bajo la Ley de Promoción Comercial y Erradicación de la Droga en los Andes (ATPDEA, por sus siglas en inglés) ofrecer amplias garantías a los inversores extranjeros, lo cual reportaría mayores empleos y nuevas tecnologías.

Cuando se otean los datos, aparece que la mayoría de las exportaciones de los países andinos hacia Estados Unidos son materias primas y desde hace años entran sin impuesto en ese mercado.

Pero para acogerse a la ATPDEA, afirma la economista peruana Ariela Ruiz, los «beneficiarios» deben cumplir estrictos requerimientos como son que el país receptor no tenga un sistema comunista y que no haya nacionalizado o expropiado bienes de inversionistas o de ciudadanos norteamericanos.

Además, no puede haber desconocido decisiones de arbitraje a favor de ciudadanos de Estados Unidos; respetar los derechos de propiedad intelectual de las naciones desarrolladas; cumplir los lineamientos de la Organización Mundial del Comercio (OMC); cooperar en el desarrollo de acuerdos de libre comercio, tener certificado un plan antinarcóticos y apoyar a Washington en la lucha contra el terrorismo, entre otros.

Con la firma del TLC, Estados Unidos ha ido más allá del ATPDEA para cerrar más el control sobre Perú pues se hacen más viables la penetración de las compañías transnacionales en todas las esferas productivas agrícolas e industriales y en los servicios en general que no han sido posible instrumentar mediante la OMC.
El presidente colombiano Álvaro Uribe, realiza también enormes esfuerzos para, por medio del TLC, propiciar una mayor penetración de Estados Unidos y las transnacionales en la dirección de su economía.

Mientras tanto, Venezuela, Ecuador y Bolivia se han negado a firmar los leoninos acuerdos propuestos por Estados Unidos y la Unión Europea y en su defecto apuestan por laborar por la integración latinoamericana y preservar la soberanía económica y política de sus naciones.