El presidente de Brasil, Luiz Inacio Lula da Silva, sostuvo hoy que la pobreza es la peor de las armas de exterminio masivo, en un encuentro sobre la dimensión social de la globalización. Lula abogó por mundializar la justicia social y el desarrollo en un proceso que tiene que empezar con el derecho de todos […]
El presidente de Brasil, Luiz Inacio Lula da Silva, sostuvo hoy que la pobreza es la peor de las armas de exterminio masivo, en un encuentro sobre la dimensión social de la globalización.
Lula abogó por mundializar la justicia social y el desarrollo en un proceso que tiene que empezar con el derecho de todos a un empleo digno en condiciones decentes.
Manifestó que la mundalización puede proporcionar una vida mejor si se le controla y se fortalece el sistema multilateral de la ONU y se impide que sirva de pretexto para imponer clausulas comerciales abusivas.
Las fuerzas del mercado por sí solas no pueden resolver los graves problemas de las desigualdades, sino más bien los empeoran, remarcó en otra parte de su intervención.
Con anterioridad su similar francés, Jacques Chirac, calificó de realista y racional la propuesta que comparte con Lula para financiar la disminución de la pobreza que se analizará en esta misma jornada, pero en otro evento.
Ambos estadistas hicieron suyas las recomendaciones de una comisión especial de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) que enjuició críticamente los efectos de la actual mundalización.
El documento concluye que en las condiciones en que se lleva a cabo «la brecha entre los países ricos y pobres se han ensachado» y son demasiado pocos los que se beneficiaron y demasiados numerosos los que carecen de voz para enmendarlo.
La mandataria de Finlandia, Tarja Halonen, que copresidió la comisión de estudio, subrayó que los beneficios y los costos de la mundalización se distribuyen en forma dispareja.
Pugnó por establecer normas equitativas, acceso a todos los países, reconocer la diversidad, proteger el medio ambiente, hacerlo sostenible moral y políticamente y solidario.
Su par en el empeño, el presidente de Tanzania, William Mkpa, puso particular acento en los pueblos excluidos de los beneficios de la mundalización.
A su jucio lograr un mundo globalizado equilibrado y sostenible es una cuestión de supervivencia tanto para ricos como pobres, «del alma de la humanidad».
Para los participantes de este primer encuentro en víspera de los debates de la Asamblea General de la ONU el tema abordado se vincula estrechamente con las metas para el milenio acordadas hace cuatro años.