Sergi Raventós Panyella (Barcelona, 1968) es doctor en Sociología y ha investigado los efectos positivos de la renta básica universal (RBU) en la salud mental. Lleva décadas trabajando en el impulso de la RBU en Cataluña, junto con muchas otras personas, y desde 2021 es el director de la Oficina del Plan Piloto para su implantación en Cataluña. El plan avanza poco a poco y, aprovechando su visita al País Vasco, hemos hablado con él sobre los efectos de la pobreza en la gente y el papel que podría tener la RBU.
¿La necesidad de la RBU puede ser un síntoma del proceso de proletarización de los últimos años?
Cuando se realizan encuestas en torno a la renta básica, queda cada vez más claro cuáles son los sectores que están más a favor: jóvenes, trabajadores precarios, estudiantes y mujeres. Por el contrario, las personas con empleos cualificados, estables y bien pagados son, en general, las que tienen opinión contraria. No obstante, los sectores que ven con mejores ojos la renta básica son cada vez más amplios. Las encuestas realizadas en Cataluña, País Vasco y en muchos otros lugares de Europa muestran que el 60-70% de la población está a favor de la RBU y la mayoría de ellos son los que hemos citado: jóvenes, mujeres y trabajadores precarios.
¿Existe algún otro factor que fomente una posición favorable a la RBU?
El proceso de automatización genera mucha preocupación en numerosos ámbitos. La gente es consciente de que están desapareciendo algunos empleos y, durante la pandemia, mucha gente ha tenido miedo a perder el suyo. Al fin y al cabo, los robots no necesitan vacaciones y no se ponen enfermos. La inseguridad económica que vivimos actualmente y las preocupaciones respecto al futuro están fomentando una actitud favorable a la renta básica.