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La porfiada discriminación salarial femenina

Fuentes: Deutsche Welle

En pleno siglo XXI y pese a todas las leyes que consagran la igualdad de los sexos, las mujeres siguen siendo discriminadas en el mundo laboral. Alemania no sale muy bien parada de un estudio al respecto.

Alemania ya tiene la primera jefa de gobierno de su historia. Pero, aunque Angela Merkel haya cumplido su sueño de convertirse en canciller, muchas de sus congéneres siguen sin cumplir una aspiración mucho más modesta: la de acabar con la discriminación femenina en el mercado laboral.

La brecha salarial

En la parte occidental de Alemania, las mujeres que trabajan ganan en promedio un 23% menos que los hombres. En las regiones germano orientales la diferencia es menor, pero también significativa, y se eleva al 10%. Ese es el panorama que revela el reporte 2005 presentado por el Instituto de Estudios Económicos y Sociales (WSI) de la fundación Hans Böckler, en el que se abordan los diversos aspectos de esta situación que afecta a las germanas, desde las desigualdades en cuanto a remuneraciones y seguridad social hasta su inferior presencia en posiciones claves del ámbito económico y político.

La discriminación se hace evidente teniendo en cuenta que las mujeres ya han rebasado a los hombres en materia de educación. Según el estudio del WSI, el año pasado el 40,6% de las mujeres de entre 25 y 30 años habían completado su enseñanza secundaria y obtenido su bachillerato. En el caso de los varones de la misma edad, la cifra alcanza sólo al 37,8%. Los porcentajes se igualan en el plano de la educación superior, pero las diferencias comienzan a marcarse a la hora de escoger una profesión. Las mujeres suelen concentrarse en labores del sector social o de servicios y en campos como la cultura y los idiomas, que son menos valorados y retribuidos.

Madres y padres

No obstante, de acuerdo con el informe, eso no basta para explicar los desequilibrios, que son tanto más notorios si se observa en su conjunto el panorama europeo. De los 25 países de la Unión Europea, sólo Estonia y Eslovaquia superan a Alemania en cuanto a la brecha entre las renumeraciones femeninas y masculinas.

El principal obstáculo para la participación femenina en el mercado laboral sigue siendo, desde luego, el cuidado de los niños. El año 2003, el 60% de las madres alemanas con hijos menores de 12 años tenía un trabajo remunerado. En el caso de las mujeres sin hijos, ese porcentaje ascendía al 79,5%. A nivel de la Unión Europea, el 64,5% de las madres trabajaba. En cuanto a los hombres, la situación es inversa: el porcentaje de varones que realiza un trabajo remunerado aumenta en el círculo de los padres de familia.