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Vivencias y reflexiones en una facultad de economía

La potencialidad androide del profesorado y el hedonismo narcótico de su alumnado

Fuentes: Rebelión

» Hoy en día nos resulta más fácil imaginarnos el total deterioro de la Tierra y la naturaleza que el derrumbe del capitalismo; puede que esto se deba a alguna debilidad de nuestra imaginación». Fredric Jameson. Las semillas del tiempo. (2000). » Los hábitos de pensamiento y los marcos teóricos tienen una tendencia a generalizarse […]

» Hoy en día nos resulta más fácil imaginarnos el total deterioro de la Tierra y la naturaleza que el derrumbe del capitalismo; puede que esto se deba a alguna debilidad de nuestra imaginación».

Fredric Jameson. Las semillas del tiempo. (2000).

» Los hábitos de pensamiento y los marcos teóricos tienen una tendencia a generalizarse y perpetuarse mucho más allá del punto en el que tales hábitos llegan a ser inadecuados y de hecho irrelevantes para el tratamiento de nuevos problemas» .

K.William Kapp. La ruptura ambiental y los costes sociales: un desafío para la economía. (1970).

«El papel de la educación como valor público, dirigido a formar a una ciudadanía participativa, solidaria y abierta, está perdiendo peso bajo la presión creciente de los valores de la economía (competitividad, rendimiento, beneficios) que van modelando el prototipo de una ciudadanía más individualista y consumista, cortada por el patrón neoliberal.»

«No se espera que dediquen su tiempo a estudios fútiles, a conocimientos que simplemente les aporten un enriquecimiento intelectual o cultural personal, a saberes que les permitan analizar mejor la historia y las leyes de la economía o la sociedad en la que viven (…) han de ser eficaces, rentables, flexibles y móviles»

«Porque la educación es inseparable de la vida, del modelo social y político que queremos construir y defender.

Enrique Javier Díez Guitierrez. Decrecimiento y educación. Decrecimientos. (2010).

Gracias compañera.

Escribo este ensayo con la pretensión de lanzar un ataque contra las instituciones académicas que se dedican a «enseñar» 1 economía, así como plantear nuevas preguntas sobre cómo se está administrando el conocimiento en esta disciplina. Mi punto de partida es mi descontento generalizado con esta institución que, siguiendo a Paul Streeten, baso mi crítica en aquello que «se deja de lado» y en aquello que «es ilegítimamente apropiado» (Streeten, 2002). Por tanto, la subjetividad de lo que escribo estará condicionada por mi vivencia personal en una Facultad de Economía.

El descontento surge debido a que dichas instituciones ya presentadas me parecen responsables en gran medida de reproducir el pensamiento único y la ausencia de razón crítica (características del capitalismo decadente actual) en su alumnado. Fomentando principalmente la imbecilidad 2 y el narcotismo 3 intelectual, en tanto que mostrará la economía como un «sistema cerrado que se encuentra separado de la naturaleza» (Aguilera, 2009) y de la política.

Considero que los estudiantes, al comenzar la carrera, ya han sufrido un proceso de socialización que supone un filtro que ya desde sus primeras etapas va a mutilar la capacidad crear y conectar ideas. A pesar de esto, creo que también es importante llamar la atención sobre las interrelaciones que se producen tanto a nivel micro como a nivel macro entre universidad, profesorado y alumnado. Por eso aquí voy a centrarme en llamar la atención sobre cómo la actitud y el mensaje político del profesorado contribuyen a determinar al sujeto universitario: en este caso, estudiante de economía.

Mi ataque va lanzado, en primer lugar, contra aquellos profesores que tienen lo que voy a denominar una potencialidad, o un devenir androide; y en segundo lugar, a como el «hábitus» 4 de los estudiantes se ve moldeado por la relación con esta potencialidad androide del profesorado.

  1. El porqué del devenir androide del profesorado.

Voy a utilizar esta metáfora conceptual para referirme al profesorado debido a mi percepción sobre su caracterización personal, su metodología y su discurso político.

Así, el devenir androide del profesorado es una figura que se caracteriza en su relación con el alumnado por:

  • Presentar un carácter tozudo o de falsa simpatía, cerrado a las críticas y amigable con aquel que le ríe las gracias y le corresponde en sus argumentos.
  • Su mensaje se muestra aparentemente carente de emotividad y presume de su carácter racional (debido al excesivo uso de fórmulas matemáticas que reducen la realidad o en asignaturas de historia o estructura económica, ocultar la subjetividad de las fuentes). Hecho que choca claramente con estudios neurobiológicos que sitúan a los sentimientos y las emociones como integradas en la razón. Así lo indica Antonio Damasio cuando habla de que «somos el resultado de una combinación entre emoción y razón; de hecho, la razón está siempre informada por la emoción. La gran revolución ha sido ver que las emociones no están por debajo, sino que emoción y razón van juntas» (Damasio, 2007).
  • Tener dificultad para asociar el contenido de la materia que imparte con otras disciplinas, o mutila dicha asociación conscientemente. Esto choca por ejemplo con el carácter multidisciplinar que pudiera tener la asignatura de Antropología Económica en la carrera de Antropología social y cultural. 5
  • Rechazar fervientemente toda crítica, o la relativiza con tópicos y «respuestas automáticas» que ha adquirido consciente o inconscientemente. Por ejemplo cuando recibe una crítica responde que «eso son temas de cafetería» o «eso que dices se sale del marco de la asignatura».
  • Poseer una fe ciega en el progreso tecnológico e ignorar los límites biofísicos del planeta 6 . Lo que le lleva a tener implícito un carácter tecnólatra y un sentimiento político tecnócrata. Esto también puede darse de manera consciente o inconsciente.
  • Presentar el comportamiento del homo economicus 7 como único en lo referido al comportamiento humano. En este punto me parece importante señalar que la asimilación del homo economicus es tan fuerte que muchos profesores sufren una disociación importante entre la realidad en la que viven y las clases que imparten, en muchos casos no son ni siquiera conscientes de ello.

Como puede observarse, creo que estas características que definen la potencialidad androide pueden adquirirse de manera consciente o inconsciente. Sin embargo, creo que es conveniente no dejar de resaltar la responsabilidad que tienen ambos en la reproducción de la imbecilidad generalizada, tanto el psicópata (consciente) como el ignorante (inconsciente).

La metodología de este profesorado viene marcada por las pautas que se han generado en la introducción del nuevo espacio de educación europeo, que ha introducido, entre otras, la idea de que las «nuevas tecnologías de la información y la comunicación» son el mecanismo más adecuado para transmitir el conocimiento en la universidad. El obligatorio uso del ordenador y el proyector de diapositivas en clase, unido tanto a la difusión de un aprendizaje por medio de grandes manuales y excesivas tareas virtuales, así como a la ausencia de crítica y autocrítica, serán los principales factores metodológicos que van contribuir a su potencialidad androide. Este último aspecto (el rechazo a la crítica y el amor por el aplauso) no creo que solo esté vinculado con el nuevo espacio educativo europeo, sino que es algo que parece ser propio de toda facultad de economía, hecho que me parece muy preocupante. Así, diciéndolo con Galbraith, los economistas tienen «un instinto para el aplauso (…) y el deseo, asociado, de evitar las controversias violentas» (Galbraith, 1982). También, un pensador contemporáneo como Edgar Morin dice refiriéndose a la ciencia en general (aunque con mucha aplicabilidad al caso de la mal llamada ciencia económica) que «toda una enorme institución burocratizada, la ciencia, (…) resiste al menor cuestionamiento, rechaza con violencia y desprecio como no científico todo lo que no corresponde al modelo» (Morin, 1990). Por tanto, siguiendo a Morin podemos pararnos a pensar también (siendo breves porque no es el propósito del ensayo) la medida en que el profesorado está condicionado por una estructura institucional rígida, llamada ciencia, que puede estar moldeando su personalidad y manera de enseñar.

En cuanto al discurso político usado por este profesor androidizado, puede señalarse que va a actuar como mecanismo de reproducción de las estructuras de poder (en tanto que legitima la acumulación de capital, los estados e instituciones financieras gansteriles 8 como el FMI) y de la fe en la globalización capitalista (en tanto que no cuestiona los límites del crecimiento 9 del productivismo internacional). Esto es así porque, como señala José Manuel Naredo «el lenguaje es una función mediadora entre el pensamiento y la percepción de la realidad» (Naredo, 2006). Por tanto, la potencia androide del profesorado, transmite a través de su discurso ciertas abstracciones conceptuales e instrumentales interesadas como la utilidad, el Producto Interior Bruto o la inflación, que van a ser concebidas por el alumnado narcotizado como verdades incuestionables.

Por tanto, estamos ante un profesor que:

  • No sólo niega las estructuras de poder existentes sino que las favorece, actuando como mecanismo de transmisión de sus lógicas interesadas. O en palabras de Galbraith «dado que el poder interviene en forma tan total en una gran parte de la economía, ya no pueden los economistas distinguir entre la ciencia económica y la política, excepto por razones de conveniencia o de una evasión intelectual más deliberada (…) Sostener lo contrario no implica sólo un escape de la realidad sino un disfraz de la misma» (Galbraith, 1972).
  • No sólo niega la contradicción planeta finito-crecimiento infinito, sino que además publicita como alternativa una idea de «desarrollo sostenible» perversa sostenida por mediciones exclusivamente monetarias (basándose en la economía ambiental o más ampliamente citada economía verde). Hecho que resulta claramente disfuncional para una convivencia sana de los ecosistemas y la diversidad de la Tierra. Un ejemplo muy claro de esto es el enfoque que ha dominado la reciente cumbre Río+20, donde Evo Morales describió su esencia diciendo que «el ambientalismo de la economía verde es un nuevo colonialismo de doble partida, por un lado es un colonialismo de la naturaleza, al mercantilizar las fuentes naturales de la vida y por otro es un colonialismo a los países del Sur que cargan en sus espaldas la responsabilidad de proteger el medio ambiente que es destruido por la economía capitalista industrial del Norte. Este llamado ambientalismo mercantiliza la naturaleza 10 convirtiendo cada árbol, cada planta, cada gota de agua y cada ser de la naturaleza en una mercancía sometida a la dictadura del mercado que privatiza la riqueza y socializa la pobreza.», y también añadió que «la economía verde usurpa la creatividad de la naturaleza» 11 .
  • No sólo hace gala de su pacto con las «nuevas tecnologías de la información y la comunicación» sin cuestionarlas, sino que impone al alumnado la necesidad de ese pacto como la mejor forma de realizar su «aprendizaje». Esto puede verse por ejemplo en cómo a través de las plataformas virtuales se ve obligado a pasar excesivas horas delante de un ordenador, en lugar de leyendo un libro o debatiendo.

Para concluir este apartado podemos decir que, dentro del marco actual de enseñanza universitaria, cada profesor tendrá dentro de sí mismo una potencialidad androide, que emerge en forma de un movimiento que oscilará entre su «devenir-intenso» y su «devenir-imperceptible» (Deleuze y Guattari, 1988). Esto es, la intensidad de la potencialidad androide nunca será estática, sino que su emergencia tendrá que ver con el propio profesor, la asignatura, la metodología utilizada o el grupo de alumnos a los que se dirija. Siendo más o menos visible (devenir intenso o devenir imperceptible) y más o menos manipulador según el caso.

  1. El habitus del estudiante. ¿ P or qu é un hedonista narc ó t ico?

En este punto trataré las maneras en las que la relación entre el devenir androide del profesorado con su alumnado, van a configurar el habitus de este último como un hedonista narcotizado. Me parece de vital importancia para este propósito hablar de cómo la traslación de la teoría económica impartida va a afectar a las opiniones y actuaciones en la realidad cotidiana del alumnado. Para ello, revisaré qué ideas se exaltan y cuales se ocultan cuando se habla de Consumidor, Empresas, Empleo o Estado.

  1. Racionalidad econ ó m ica y modelo del consumidor .

A través de la presentación de modelos del consumidor se transmite la idea de que los individuos actúan de manera racional e indeterminada (aspecto criticado anteriormente debido a la exclusión que se hace de las emociones en la toma de decisiones), maximizando su utilidad, sujeta únicamente a una restricción presupuestaria. Esto supondrá que en su realidad cotidiana el alumno vea un fenómeno como el consumismo de manera bondadosa e inherente al ser humano. Obviando por una parte, los costes ambientales y sociales generados debidos tanto a la fabricación de productos como a la prestación de servicios, así como a los asociados a la generación de residuos.

Por otra parte, el profesor androidizado se olvida de hacer mención tanto de la diferencia existente entre deseo y necesidad 12 , así como de señalar que los medios de comunicación de masas y el marketing actúan intencionadamente para diluir dicha diferencia 13 , transformando los deseos en necesidades, que según el problema que se le presenta al hedonista narcotizado en clase, serán infinitas.

Este reduccionismo en torno al comportamiento humano hace que el alumnado adopte una lógica concreta, fragmentada o disociada, que le impide ver y conectar una gran diversidad de fenómenos, y que se proyecta en su discurso con frases como: «si me puedo comprar un móvil nuevo lo haré, ya que estoy maximizando mi utilidad»(a pesar de que la acción colectiva de ese consumo suponga la muerte de miles de habitantes del Congo); «porqué voy a dejar de tomar este refresco si me gusta y hasta me viene bien para estudiar. Al fin y al cabo, no voy a cambiar nada por dejar de hacerlo» (dejando de lado que quizás esa empresa multinacional ha cometido a lo largo de su historia y comete crímenes humanos, hidrológicos y biofísicos).

Además, la emergencia del hedonista narcotizado va a favorecer e impulsar la creación de proyectos de vida extremadamente materialistas como «tener una casa grande y un coche bonito», «estar a la última en innovación tecnológica» o «viajar mucho».

En definitiva, el futuro economista es un consumidor compulsivo en acto y en potencia, que se baña en la posibilidad de una vida cómoda destinada al placer inmediato. Esto, al tiempo que disfruta consumiendo en bares (principalmente alcohol), y consumiendo el espectáculo que se ofrece en la sociedad cibernética (en forma de redes sociales, series y películas o videojuegos) 14 , lo que genera unas estructuras mentales que según Ramón Fernández Durán se asemejan a las de un niño de dos años (Durán, 2009). Por estas razones es un hedonista que no es capaz de sensibilizarse ante las problemáticas que subyacen a la reproducción de su comportamiento:

  • violencia real mediante guerras internacionales, represión a colectivos disidentes o mediante crímenes machistas.
  • y violencia simbólica mediante la aparición de fenómenos como la anorexia, el machismo sutil, la adicción a internet, la baja autoestima y la insatisfacción permanente.
  1. Producci ó n , empresa y empleo

El segundo factor a tener en cuenta es la asimilación de ideas que abarcan conceptos alrededor de la producción y la empresa. Por tanto, en este punto trataré de abordar cuestiones referidas a la producción, el papel de las empresas y el empleo generado (o no) por las mismas.

En cuanto a la producción, esta le viene dada al alumnado de dos formas: a través de funciones de producción de una empresa o conjunto de empresas, o a través de agregados monetarios nacionales como el PIB. El hedonista va a narcotizarse intelectualmente, en la medida que extrae de las clases impartidas la conclusión de que es necesario y primordial maximizar los beneficios o minimizar los costes, por medio de una función de producción que está sujeta a dos factores endógenos- capital y trabajo- y un factor exógeno-tecnología-. Estas nociones impuestas impiden por ejemplo, que conozca que pueden existir empresas que trabajen de manera autogestionaria 15 . Las personas que estudiamos economía deberíamos ser capaces de recibir en las clases diversidad de enfoques que nos permitiesen analizar y proyectar ideas y hechos de manera crítica y multidisciplinar, para poner en cuestión aspectos de la producción tan arraigados en las estructuras mentales como por ejemplo, el trabajo asalariado, su naturaleza, origen y evolución.

Además, esta ideología de maximización de beneficios impedirá a los alumnos ver de manera adecuada los conflictos y costes sociales 16 existentes entre las empresas y, por ejemplo los trabajadores de ésta o los ecosistemas a los que afecta.

Por eso, el papel que juegan las empresas en la sociedad capitalista será siempre contemplado como parte fundamental de cualquier sociedad, a pesar de que se admitan ciertas imperfecciones sobre su comportamiento (a través de conceptos como «información asimétrica» o «mercados imperfectos»).

Esto hará también, que el alumnado no tenga capacidad para analizar y señalar los efectos en la sociedad y las mentes humanas, que se derivan de las lógicas empresariales, tales como:

  • las relaciones de dominación/subordinación (a través de la legitimación de la autoridad del empresario y las jerarquías).
  • el hecho de no diferenciar entre trabajo y empleo (que se traduce en desprecio e ignorancia sobre ciertas formas de trabajo que no son remuneradas económicamente).
  • el miedo al despido o la bajada de salarios.
  • el sentimiento de culpa al no encontrar trabajo.
  • o el incremento de sentimientos misóginos o racistas frutos de la competencia por un puesto.

La ausencia de análisis sobre estos efectos se debe principalmente a que en la gran mayoría de las asignaturas (diría que en un 90%) ni se mencionan.

Hay que añadir además, que a pesar de que se considere reducir el desempleo como objetivo de política económica, las fórmulas y recetas para conseguir dicho objetivo se basan sobre todo en eufemismos como la flexibilidad, la flexiseguridad, la eficiencia o la productividad. Las ideas subyacentes a estas recetas, me atrevería a decir que:

  • camuflan intencionadamente la pobreza social y económica que generan (diciendo que «hay que apretarse el cinturón» o «la crisis es cosa de todos», por citar algunos tópicos).
  • trivializan la creciente atomización y fragmentación individual-social 17 (se asume que la sociedad es cada vez más una suma de individuos aislados, tal y como plantea la economía ortodoxa) generada por el miedo, la competencia, y la pérdida de vínculos comunitarios.

Esto es, el devenir androide narcotiza al alumnado en la medida que no le enseña a plantearse nuevas preguntas sobre si existen otras formas de contemplar y organizar la producción y el trabajo.

Para mi modo de ver, estas nuevas preguntas deberían hacer que se plantease la posibilidad de reflexionar acerca de formas basadas en la solidaridad, la autogestión, la resiliencia y el fortalecimiento de las relaciones de reciprocidad. La negativa a esta posibilidad, podría ser debida a que tanto en el profesor como en el hedonista narcotizado actúan emociones que le llevan a sentir ignorancia y miedo ante la proyección de escenarios alternativos.

  1. El Estado.

El papel que se le asigna al Estado es visto de manera reduccionista, sobre todo mediante la ausencia de una perspectiva histórica sobre el mismo. Siguiendo la economía tradicional (que hace emerger la potencia androide del profesorado), el Estado puede ser visto desde tres puntos de vista:

  • Un punto de vista microeconómico, donde o se defiende el enfoque de que los mercados se autorregulan, o es visto como un ente neutral que pone impuestos y otorga subvenciones, en favor de una idea (interesada) de eficiencia.
  • En segundo lugar, un punto de vista macroeconómico, donde se presenta como un agente que es capaz de modificar el comportamiento de las empresas o de los propios estados (en el caso de que el regulador sea un organismo supranacional) mediante sus actuaciones o anuncios sobre la política monetaria o fiscal.
  • Por último, un punto de vista basado en los distintos enfoques de la política económica. Aquí, a mi manera de ver se analiza de manera a-crítica y superficial tanto el papel del gobierno en la toma de decisiones colectivas, los procesos que llevan a su formación (olvidando los procesos llevados a cabo para su auto legitimación tales como la represión real y simbólica mencionada en el apartado anterior), así como la forma en que los individuos (aislados) de una sociedad modelan sus preferencias a la hora de enfrentarse a una votación.

Bajo estos tres puntos de vista se deja de poner una mirada crítica sobre los efectos perversos que pudieran generar las instituciones nacionales (Estados) o supranacionales (UE, FMI, ONU, etc.) sobre las poblaciones que «gobiernan» como:

  • falta de identificación de gran parte de la población con la participación política.
  • reproducción de intereses y favoritismo sobre una clase empresarial minoritaria (ya sea local, nacional o multinacional).
  • pérdida en la calidad de la democracia 18 , en tanto que se omiten por censura o desprestigio las opiniones de muchos profesores o colectivos críticos en los procesos de toma de decisiones.
  • falta de criterios para hacer frente a problemas ambientales inminentes, siendo el monetario a través del análisis coste-beneficio el único legítimo.
  • o posibles efectos sobre poblaciones ajenas (en diferentes grados e intensidades) que tienen las lógicas productivistas de una parte del planeta sobre la otra.

Así, el devenir androide que emerge del profesorado optará implícitamente por la tecnocracia como la idea política que realiza de manera más adecuada los objetivos de política económica. Transmitiendo al alumnado para su asimilación, ciertas dosis de crítica superficial (por ejemplo con conceptos como la gobernanza o el desarrollo sostenible) que le harán estar sumido en un estado mental cada vez más próximo al suyo: ya no sólo alelado, sino completamente ajeno a la realidad en la que viva.

Un estado que defino como narcotizado porque impide la imaginación de alternativas de organización social, que provengan de conocimientos vernáculos o movimientos sociales que optan por el asamblearismo y las formas de asociación comunitarias, llevando a cabo una crítica ecologista, anti patriarcal y anticapitalista.

  1. Conclusi ó n

En resumen, se está dejando de lado la reflexión sobre alternativas presentadas por colectivos que, situándose en los márgenes 19 , tratan de proponer formas de convivencia basadas en los principios de autonomía y auto-organización, crítica y auto-crítica, necesariamente compatibles con una convivencia resiliente de todas las personas y los ecosistemas en los que estas se desenvuelven.

El hedonista narcotizado obtiene su parte de dosis de soma 20 en las aulas, soñando despierto con mensajes hipnopédicos 21 que le mutilan la imaginación creativa.

Bibliografía:

Aguilera, F. (2009), «La economía como sistema abierto: de la disociación a la integración», en Revista Chilena Sustentabilidades.

Damasio, A. (2007). «Entrevista a Damasio», El País 11 de noviembre de 2007.

Deleuze,G. y Guattari, F. (1988), Mil Mesetas. Capitalismo y esquizofrenia.

Delval, J. (1990), «La destrucción del conocimiento», El País, 16 de enero de 1990.

Durán, R. (2009), «Tercera piel, sociedad de la imagen y conquista del alma», en Rebelion.org.

Durán, R. (2010), «El antropoceno: la crisis ecológica se hace mundial», en Rebelion.org.

Esteva, G. (1996), «Desarrollo», en Diccionario del desarrollo. Una guía del conocimiento como poder. Wolfgang Sachs.

Galbraith, J. (1972). Anales de un liberal impenitente.

Galbraith, J. (1972). «El poder y el economista útil», en Trimestre Económico Mexico, Fondo de Cultura Económica.

Huxley, A. (1969), Un mundo feliz.

Kapp, W. (1950), «Los costes sociales de la empresa privada», Naturaleza y significado de los costes sociales: antología.

Morales, E. (2012), «Discurso del presidente del Estado Plurinacional de Bolivia», en Rebelion.org.

Morin, E. (1990), Introducción al pensamiento complejo.

Naredo, J.M. (2006), Raíces económicas del deterioro ecológico y social: más allá de los dogmas.

Nieves, Y. «Hábitos de ocio y consumo en población universitaria menores de 30 años», en Fundación Atenea. Ministerio de Sanidad y Política Social.

Streeten, P. (2002), «¿Qué está mal en la economía contemporánea?»

1 Me cuestiono el hecho de que realmente se enseñe en las facultades de economía, diciendo con Juan Deval: aprender se convierte en un acto de sumisión ya que la función del alumno consiste en repetir lo que dice el manual o el profesor lo más fielmente posible. «La destrucción del conocimiento». Juan Deval.

2 Según la RAE: alelamiento, escasez de razón, perturbación del sentido.

3 Según la RAE: estado más o menos profundo de adormecimiento que procede del uso de narcóticos. En este caso, el narcotismo intelectual puede justificarse por ejemplo a través del adormecimiento que produce la excesiva carga de herramientas matemáticas en el alumno, impidiéndole ver de manera adecuada lo que ocurre en la realidad fuera de las aulas.

4 Según el Diccionario Crítico de Ciencias Sociales: Bourdieu entiende por hábitus al conjunto de esquemas generativos a partir de los cuales los sujetos perciben el mundo y actúan en él.

5 Ver «Manual de Antropología económica». José Luis Molina.

6 Un buen análisis de cómo las prácticas económicas han chocado contra los límites biofísicos del planeta en el siglo XX puede verse en: «El antropoceno. La crisis ecológica se hace mundial». Ramón Fernández Durán.

7 Al homo economicus lo definiría como una abstracción conceptual que supone que todos los sujetos toman sus decisiones maximizando alguna función medida en términos monetarios.

8 La justificación de este adjetivo para referirme a las grandes instituciones económicas puede encontrarse en: «Confesiones de un sicario económico». John Perkins.

9 Límites que se cuestionan de manera más oficial a partir de la publicación del Informe del Club de Roma en 1972 bajo el título «Los límites del crecimiento». Hoy en día pueden verse también muchas críticas al crecimiento económico desde las teorías del decrecimiento, por ejemplo en «En defensa del decrecimiento» de Carlos Taibo.

10 La negrita es mía.

11 En Rebelion.org: «Discurso del Presidente del Estado Plurinacional de Bolivia». Evo Morales Ayma.

http://www.rebelion.org/noticia.php?id=151843&titular=%22la-econom%EDa-verde-es-el-nuevo-colonialismo-para-someter-a-nuestros-pueblos%22-

12 Una buena reflexión sobre las necesidades puede verse en: «Desarrollo a escala humana: conceptos aplicaciones y reflexiones». Manfred Max-Neef. O también «Necesidades». Ivan Illich. (en Diccionario para el desarrollo). Además, he de mencionar que en asignaturas como economía de la empresa se pasa por alto hacer mención de esta diferencia, por lo que el alumno podrá deducir de las clases y los apuntes que todo deseo es necesidad.

13 Para profundizar sobre esto ver: «No-Logo». Naomi Klein.

14 «Hábitos de ocio y consumo en población universitaria menor de 30 años». Yolanda Nieves Martín. Fundación Atenea.

15 No es extraño que personas que imparten asignaturas de economía de la empresa no conozcan el término autogestión, ni la existencia de fábricas autogestionadas como las del movimiento de fábricas recuperadas en Argentina, tal y como se relata en el libro «Sin patrón». Colectivo Lavaca.

16 Con costes sociales me refiero, basándome en Kapp, a aquello que «abarca todas las pérdidas, directas o indirectas, soportadas por terceras personas o por el público en general, como resultado del desarrollo ilimitado de actividades económicas». «Los costes sociales de la empresa privada». K. William Kapp.

17 Para profundizar sobre este aspecto recomiendo la charla dada por Concepción Ortega en Radio San Borondón sobre lo que denomina «el sujeto neoliberal». Ver en: http://www.youtube.com/watch?v=UOCNYMFd9jo

18 Para profundizar sobre este efecto puede verse: «Calidad de la democracia y protección ambiental en Canarias». Federico Aguilera Klink (ed.)

19 Utilizando la expresión de Gustavo Esteva en «Desarrollo» (en Diccionario para el desarrollo).

20 En la novela de ciencia ficción «Un mundo feliz», su autor, Aldous Huxley, llama soma a una droga que toman todos los habitantes de la sociedad para asilarse de la realidad cotidiana y «viajar» a través de paisajes idílicos.

21 También en «Un mundo feliz» los mensajes hipnopédicos eran la forma de implementar normas en el discurso y la conducta. Los habitantes del mundo feliz escuchaban estos mensajes durante todo el día de manera repetida.

Alejandro Encinoso Rodríguez es Licenciado en Economía por la Universidad de La Laguna

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.