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La privatización de todo

Fuentes: Rebelión

Hace unos meses empecé esta serie de artículos sobre las privatizaciones en España. En el artículo originario se relacionaba la privatización con la estructura deficitaria del sistema tributario español, que obliga a contraer deuda y hacer recortes, pero también impone la enajenación de las grandes empresas del sector público, que son codiciadas por inversores-especuladores privados, […]

Hace unos meses empecé esta serie de artículos sobre las privatizaciones en España. En el artículo originario se relacionaba la privatización con la estructura deficitaria del sistema tributario español, que obliga a contraer deuda y hacer recortes, pero también impone la enajenación de las grandes empresas del sector público, que son codiciadas por inversores-especuladores privados, que tienen su coto de expansión agotado. Desde luego, la insuficiencia de los ingresos debe mucho a la falta de progresividad del sistema tributario y a la permisividad del fraude. En definitiva, un sistema bien vertebrado para la mejora del negocio de las grandes fortunas que pagan menos impuestos, hacen negocio con la deuda y compran las empresas de todos.

Cuando Argentina nacionalizó el 51% de YPF estudié el proceso de privatización de Repsol con más detenimiento. Desde entonces, he querido extender el estudio de procesos concretos de privatización de grandes empresas a las otras joyas de la Corona. Este es el resultado.

Para que no se quede fuera, traigo el gráfico que resume la secuencia de privatización de Repsol, en el que se ven los años y los porcentajes cedidos. Se ve como en el caso de Repsol la mayor responsabilidad de la salida de la gran empresa del patrimonio público corresponde a los gobiernos del PSOE.

Telefónica. Su privatización empezó en 1987, con un 6% de las acciones de la empresa, enajenada por unos 300 millones de euros, como se ve en la noticia de ABC. En 1995, se vendió el 12% por mil doscientos millones de euros, según el ABC. En 1997, se privatizó el 20,9% de la empresa, por unos 4 mil millones de euros, según EL MUNDO. En total, un 39% de la empresa, que era la participación que el Estado tenía todavía en los ochenta. Actualizando las tres cifras con los datos del INE, serían 9 mil millones de ahora. Teniendo en cuenta los beneficios de 10 mil millones anuales, la venta de casi media gran empresa se hizo por poco más de dos años de los beneficios. Empate de responsabilidades de PSOE y PP.

Endesa. En 1988, se vendió el 18% por unos 450 millones de euros. Así lo explicaba el director del INI en aquella época. En 1994, se enajenó el 8,7% por 900 millones. En 1997, se privatizó el 25,57% por 4200 millones. En 1998, se terminó el proceso con la privatización de 41,19% por unos 7500 millones. Gana el PP en responsabilidad.

Seat. En 1986 se vendió de forma negociada el 75% a Volkswagen por 360 millones, como se narra en este artículo de ABC. Se alcanza la venta total en 1990, por 200 millones más. En total, de esa privatización se obtuvieron 560 millones. Responsabilidad del PSOE.

Argentaria tuvo tres ofertas públicas de venta en época socialista. En ellas se extrajo del patrimonio público el 24,10%, 24,30%, 25,40% entre 1993 y 1996. Se recaudaron 2345 millones de euros. En este artículo de ABC se observa el sprint privatizador del gobierno de González. Se terminó el proceso en 1998, con 2300 millones más para las acciones restantes. Vence el PSOE en responsabilidad.

La privatización de Iberia se hizo entre 1999-2001, sin antecedentes. Una privatización tardía. En 1999 se vendió de forma negociada el 40% por más de mil millones a varias empresas aéreas multinacionales y españolas financieras. Se hizo en 2001 una oferta pública de venta por el 54% por 600 millones. Expropiación totalmente atribuíble al PP.

En la época exclusiva de Aznar también cabe destacar la privatización de Tabacalera y de Retevisión por unos 4000 millones.

De lo relatado, cabe pensar que en materia de privatizaciones los dos grandes partidos coinciden en lo esencial: cubrir la insuficiencia de ingresos con ventas de patrimonio público. Se diferencian quizá en que el PSOE en épocas de ingresos extraordinarios que cubran el vacío de ingresos estructurales (burbuja inmobiliaria) frena en el proceso privatizador, mientras que el PP continúa en esa inercia. En cualquier caso, ninguno tiene un planteamiento sólido de defensa de lo público frente a lo privado y a favor de un sistema tributario capaz.

El PSOE es máximo responsable en la expropiación de Repsol, Argentaria, Seat. Empatan en Telefónica. Gana el PP en Endesa, Iberia, Retevisión y Tabacalera.

En el periodo actual, nuevamente se recurre a la privatización. En la anterior legislatura se intentó el de AENA y Loterías. Hay que recordar, aunque no fuese una privatización al uso, el proceso de bancarización de las cajas como un episodio muy próximo. Ya se ha anunciado el proceso privatizador para Renfe. Posiblemente luego apunten a Correos, Loterías, AENA, Adif, empresas públicas de transporte local, agua… Todavía hay golosinas en el patrimonio público.

Igualmente, desde hace años los alargados dedos de lo privado intentan meterse en el núcleo del Estado del Bienestar. En cuanto a las pensiones, la deducción por planes de pensiones se mantiene inconmovible con uno y otro gobierno (todos los años se pierden 2 mil millones de ingreso en ella), la sanidad y la educación privada y sobre todo concertada se mantiene al acecho constante, para lanzar su ataque a los bienes comunes, a los derechos sociales.

Samuel García Arencibia, autor del blog Utópico terminando el prólogo

 

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.