En este artículo el autor describe el régimen fascista de Bolsonaro, que actúa como si de una realidad paralela se tratara.
En la película «Vengadores: endgame”, el villano Thanos acaba con la mitad de los seres vivos de la Tierra para luego destruir las llamadas Joyas del Infinito, que permitirían revertir la situación. En la película, cada vez que se altera el pasado, surge un universo paralelo en el que todo ocurre de forma diferente gracias al pasado transformado.
Pero no hace falta ser un cinéfilo para ver que éste ha sido el ideal del gobierno fascista de Brasil. Y no solo de los cambios -«reinterpretaciones»- del pasado de la dictadura que el fascismo ha hecho en nuestra historia. Sino también en las conquistas civilizatorias que hemos logrado con los gobiernos de Lula y Dilma, como la transformación del mundo del trabajo, los avances del Sistema Único de Salud (SUS), las universidades para todos, la financiación de las artes y el cine. Los fascistas en el poder han destruido el pasado para exterminar al pueblo de Brasil, como la destrucción de la selva amazónica, la entrega de las tierras indígenas a la minería, y así destruir más de la mitad de la vida brasileña.
No es necesario ser psiquiatra, el mal se expone y se desarrolla. Pues la Realidad Paralela es la realidad política de Brasil bajo Bolsonaro. Ha habido delitos, faltas de respeto, burlas, robos y atracos con castigo y marco penal, pero un Congreso encadenado por fondos millonarios excusa, prevarica, hace como si nada hubiera pasado, en su cínica reinterpretación de los delitos cometidos por la presidencia. Sin embargo, nada de esto debería ser una sorpresa. Esta es una pesadilla que se ha autocumplido de forma previsible. ¿Dónde está la indignación porque el fascismo actúa como tal?
La élite corporativa y sus medios de comunicación de servicio y mascotas han creado el monstruo. Pero el monstruo resulta ser más grande de lo que imaginaban, contra Lula y las conquistas democráticas para la población, todo el mundo se puso en contra. El diablo era que el monstruo se salía del guión. Para gran sorpresa de los empresarios y de los medios de comunicación, que ahora se escandalizan. La noticia de hoy es un golpe del mayor cinismo y desprecio.
En la Folha de São Paulo: «Sérgio Camargo sugiere que los negros de la izquierda sean enviados a África». En G1, de Globo, un trabajador de IFood declara: «He trabajado con hambre varias veces llevando comida a la espalda». Ahora salen a la luz cartas de lectores que se preguntan «¿dónde está nuestro futuro? No lo es. ¿Qué podemos decir de otra burla y desprecio a la Constitución federal? El Gabinete de Seguridad Institucional, encabezado por el ministro Augusto Heleno, respondió al diario O Globo que no sería posible dar los detalles sobre las reuniones de Bolsonaro con pastores evangélicos que cobraban pagos en oro para intermediar en inversiones en escuelas:
«La petición no puede ser atendida. Se observa, así, que el tratamiento de los datos personales recogidos en el caso, el nombre y la fecha de entrada de los visitantes en la Presidencia de la República, cumple la finalidad específica de la seguridad,
Se ha convertido en una burla. Es increíble la falta de compostura del vicepresidente, el general Morão, sobre la compra de Viagra a precio excesivo para los oficiales de las fuerzas armadas: «No puedo usar mi Viagra. Pues que se acuesten con el dinero sacado de la miseria del pueblo brasileño. Por eso repetimos: los medios de comunicación y los empresarios han alimentado su monstruo y ahora se asombran del monstruo. Hablan y escriben con otras palabras: «¡Esto es demasiado! Esto está fuera del trato».
En la televisión, el periodista Merval Pereira, ahora presidente de la Academia Brasileña de Letras (!!!!!!!!!!), sigue en su forma natural de hablar cosas obvias y reaccionarias con el aire de una persona seria. ¡Pero si es el presidente de la Casa de Machado de Assis! Si no hubiera nada más trágico en la vida brasileña actual, un no escritor en la presidencia de la Academia Brasileña de Letras sería un retrato acabado del mundo paralelo en el que hemos caído. ¿Tenemos o no un Brasil de realidad paralela al nacional que amamos?
El intelectual y escritor comunista José Carlos Ruy, en su necesario Dicionário Machado de Assis, aún pendiente de publicación por la Editora Anita Garibaldi, destacó en una de sus brillantes entradas:
«Costa – Un estimado ciudadano de Itaguaí, que recibió una herencia de 400 mil cruzados, la dividió en préstamos y, al final de 5 años, se quedó sin nada; pasó de la opulencia a la pobreza. Fue llevado al manicomio como un loco. (El alienista, 1882)».
Solo José Carlos Ruy y Machado de Assis pueden hacer que terminemos esta pesadilla de Brasil con una carcajada.
Urariano Mota es escritor y periodista. Autor de la novela A mais longa duração da juventude (La más larga duración de la juventud).
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