Traducido del francés para Rebelión por Caty R.
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El capitalismo tiene cada vez más tendencia a globalizar todos los aspectos de la vida humana, de la misma forma también nuestras luchas deben situarse a nivel mundial. Es vital desarrollar las estrategias con otras organizaciones que comparten nuestras posiciones. El capitalismo tiene como consecuencia formas cada vez más marcadas del imperialismo y de dependencia económica. La intensificación del capitalismo financiero ha conllevado el aumento de la deuda de los países del Sur. La problemática de la deuda es un elemento clave contra el cual tenemos que luchar ya que el fantasma de la deuda se apodera de nuestra lucha diaria. El objetivo principal de nuestra red egipcia es por lo tanto ofrecer un mejor conocimiento de la problemática de la deuda en Egipto y, al hacerlo, desarrollar una conciencia más viva de la necesidad del compromiso.
Esta presentación intenta definir la red, sus participantes, los papeles que pueden desempeñar las luchas en las cuales se va a comprometer dado el estancamiento económico y político en el que nos encontramos. Esbozaremos en primer lugar un rápido histórico de la creación de la deuda en Egipto y de la situación actual de la deuda en el país. Este vistazo nos permitirá comprender al mismo tiempo la economía política de la deuda en Egipto y las consecuencias sociales de este proceso.
¿Quiénes somos?
La red egipcia para la abolición de la deuda y el derecho a un desarrollo justo (ENADED) es un marco de coordinación que agrupa a los militantes de izquierda, instituciones de derechos humanos, organizaciones de la sociedad civil que luchan contra la dominación capitalista e imperialista y contra las políticas económicas que imperan a escala regional y mundial. La era imperialista en la que vivimos se caracteriza por políticas de desarrollo particularmente desiguales. Las políticas de la deuda pública están en el centro de las estrategias de la era imperialista a escala mundial. Nuestra red busca organizar la lucha contra esas orientaciones, en particular las políticas de endeudamiento.
La red trabaja con socios y compañeros regionales y mundiales para desarrollar estrategias de resistencia más eficaces. Buscamos promover políticas alternativas para un desarrollo justo. Gracias a la coordinación con los militantes y las organizaciones regionales y mundiales podemos reforzar nuestra estructura. La red trabaja en el marco de las estrategias del CADTM de la lucha contra la globalización capitalista y contra los procesos imperialistas de creación de deuda.
Situación actual
En septiembre de 2017 el Banco Central de Egipto (CBE) anunció que la deuda externa del país había llegado a 79.000 millones de dólares, es decir, un aumento del 41 % con respecto al año anterior. La deuda externa de Egipto en el ejercicio 2015-2016 era alrededor de 55.800 millones de dólares.
Las deudas a corto plazo representarían alrededor del 39 % de las reservas de cambio, en un momento en el que las normas internacionales considerarían que ese nivel era todavía seguro. La deuda externa de Egipto ha crecido debido al aumento de los préstamos de «efecto palanca» consentido por las instituciones financieras internacionales (IFIS) y a la emisión de obligaciones internacionales para cubrir el déficit de su balanza de pagos. El mercado de la deuda soberana ha conocido una fuerte subida de inversiones extranjeras desde el pasado noviembre, con la introducción de la fluctuación de la moneda local, las tasas de interés registran una subida de 700 puntos básicos desde entonces.
La estimación de la deuda externa por el Banco Central egipcio para el último ejercicio era más elevada que la del FMI, que firmó un acuerdo de préstamo con el país en noviembre de 2016. En un informe publicado en el mes de abril de 2018, el FMI estima la deuda externa en el curso del ejercicio de 2017 en 76.000 millones de dólares y prevé un una vuelta a 74.000 millones de dólares para el año siguiente.
Esas señales de una recurrencia creciente a la deuda para financiar el déficit presupuestario egipcio son tanto más inquietantes en cuanto que el endeudamiento público en Egipto está en aumento, la deuda pública interna alcanza casi el 200 % del PIB. Después de la adopción por parte del Banco Central egipcio, en noviembre de 2016, de una política de tasas de cambio flexibles, la moneda local perdió más de la mitad de su valor. Esta subida espectacular del dólar frente a la libra egipcia ha contribuido a un aumento cada año de las tasas de inflación, que han vuelto a niveles próximos a los alcanzados a mediados de los años 80. Eso ha tenido graves efectos sobre el consumo nacional, en caída especialmente entre las clases inferiores, principalmente constituidas hoy en Egipto por trabajadores pobres y campesinos marginados.
El conjunto de la economía egipcia entró en una fase de estancamiento a mediados de los años 80, debido a las políticas de creación de la deuda, y los índices de la deuda interna y externa llegaron a niveles astronómicos mientras el Gobierno egipcio y el Banco Central del país aseguraban que la deuda todavía estaba bajo control.
Egipto también debe enfrentarse a un fenómeno preocupante en lo que concierne a la agravación del endeudamiento privado en el interior del país. La ley 141 adoptada en 2014 autorizó la concesión de microcréditos a los ciudadanos egipcios por las empresas financieras. Esta evolución es peligrosa, ya que conduce a hacer entrar a los ciudadanos pobres de Egipto en el engranaje del capitalismo financiero mundial. Nuestra red debe luchar contra esas medidas, hacer frente a las políticas de la deuda pública y trabajar por otras soluciones justas en favor de la población.
La cuestión de la deuda y la dependencia económica
Históricamente la cuestión de la deuda está en el centro de todos los movimientos sociales en Egipto, desde la revolución Orabi en 1882 hasta la guerra de 1956. En 1956, la batalla de Port Saïd se libró porque el Banco Mundial y las potencias coloniales negaron a Egipto el derecho a nacionalizar el Canal de Suez en reacción a las medidas del Banco Mundial que privaron al país de los fondos necesarios para la construcción de una presa en el Nilo. La cuestión de la deuda proporcionó argumentos a los movimientos populares de Egipto y desembocó en reivindicaciones como la «liberación nacional» y el «desarrollo independiente». En consecuencia el Estado autoritario que se estableció tras la independencia adoptó un discurso relativamente socialista a pesar del hecho de que esos regímenes autoritarios también profundizaron la distorsión modernista aquí en Egipto.
Pero aunque la economía egipcia posindependencia se apoyaba en las estrategias nacionales de fabricación y de sustitución de las importaciones, no llamaba explícitamente al desligamiento del centro capitalista. ¿Quién puede tomar la responsabilidad de la desvinculación respecto al centro capitalista? La única vía a seguir es el desarrollo de un nuevo movimiento social. Ese movimiento se opondrá al mismo tiempo a las clases burguesas tradicionales y al orden capitalista mundial en el que están integradas. El nuevo mundo que queremos construir estará más bien asociado a las clases populares víctimas del empobrecimiento (campesinos pobres, trabajadores marginados y población urbana necesitada). Como consecuencia la desvinculación es la política de los excluidos. La desvinculación presupone el surgimiento de una voluntad política de cambio. Ese principio supone igualmente progresos en los terrenos de la democracia y de los derechos colectivos, la unidad del Tercer Mundo y la autonomía de cada nación. Un mundo multipolar es también un medio de desvincularse. Se trata igualmente de una forma bien determinada de no-alineamiento, permitiendo varias suertes de negociaciones tácticas.
Las reivindicaciones de la red egipcia
1.- El objetivo primero de la red egipcia es combatir la deuda y trabajar por un desarrollo igualitario, anular inmediatamente y sin condiciones la deuda externa de Egipto y dedicarse a la disminución de las microdeudas de los ciudadanos desfavorecidos, al abandono de las políticas de estabilización y de ajuste estructural, a la lucha contra las políticas de microcrédito a los ciudadanos y a la defensa de políticas económicas y de desarrollo justas y favorables para la mayoría.
2.- La red pretende en primer lugar poner en marcha auditorías de la deuda pública, con la participación de los ciudadanos egipcios, los sindicatos, los partidos, los movimientos populares y los sindicatos de estudiantes. La finalidad de ese trabajo de la red es la abolición de cualquier forma de deuda ilegítima.
3.- Lucha contra las políticas de microcréditos a los ciudadanos: invitar a todas las instituciones y a las ONG del sector del desarrollo a luchar contra esa medidas y a defender políticas de desarrollo diferentes, susceptibles de reforzar las capacidades de las categorías marginalizadas y vulnerables de la sociedad; sustituir las políticas económicas generales favorables a los negocios por políticas económicas favorables a los más necesitados y a las personas marginalizadas.
4.- La red lucha por la ruptura de todos los acuerdos con el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial.
5.- La red considera denunciar cualquier acuerdo (económico, militar, etc.) que usurpe la soberanía del pueblo y perpetúe los mecanismos de dependencia.
6.- La red colaborará con las fuerzas sociales y políticas con el fin de que se reconozca en el derecho internacional la condición de deuda ilegítima.
7.- Rechazar cualquier condición impuesta por los acreedores.
8.- Lucha por recuperar los bienes y los fondos desviados por las dictaduras corruptas con la complicidad de las autoridades y establecimientos bancarios nacionales e internacionales en la actualidad y en el pasado.
9.- Acciones judiciales contra esas instituciones financieras.
10.- Erradicación del hambre, la pobreza y las desigualdades.
11.- Igualdad de los hombres y las mujeres en todos los ámbitos de la vida.
12.- Definición de nuevas políticas financieras gracias al control estrecho de los movimientos de bienes y de capitales, a la adopción de leyes sobre la imposición del capital (gastos generales, impuestos sobre el patrimonio), al levantamiento del secreto bancario, a la prohibición de los paraísos fiscales y a la especulación de los mercados financieros.
13.- Instaurar una utilización de los recursos naturales sin recurrir al endeudamiento.
14.- Cooperación con todos los movimientos populares a nivel nacional, regional e internacional, para definir nuevas soluciones que liberen a la humanidad de cualquier forma de opresión, ya sea social, patriarcal, neocolonial, ya se trate de persecución racial, de dominación de clase, de persecución política o de dominación cultural, sexual o religiosa.
15.- Una política del medioambiente dirigida a restablecer la estabilidad climática.
16.- Garantía de la soberanía económica, política y alimentaria.
17.- Sustitución del sistema capitalista, centrado únicamente en la búsqueda del máximo beneficio, en el crecimiento y en el individualismo, por una sociedad nueva en la que las necesidades sociales y medioambientales estén en el centro de las elecciones políticas.
18.- Colaboración con todos los movimientos sociales para reafirmar la superioridad de los derechos humanos sobre el derecho comercial y obligar a los estados, las instituciones y las sociedades financieras internacionales a respetar las declaraciones internacionales tales como la Declaración Universal de los Derechos Humanos (1948), la Convención de los Derechos Políticos de la Mujer (1952), el Pacto Internacional de los Derechos Económicos, Sociales y Culturales (1966), el Pacto Internacional de los Derechos Civiles y Políticos (1966), la Convención de la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación de las Mujeres (1981), la Declaración del Derecho al Desarrollo (1986), la Convención Internacional del de la Protección de los Derechos de Todos los Trabajadores Emigrantes y de los miembros de sus familias (1998) y la Declaración de los Derechos de los Pueblos Autóctonos (2007).
Traducción y revisión de Christine Pagnoulle y el equipo del CADTM