A finales de noviembre del año que está acabando se publicó el
libro de Julen Bollain Renta Básica: una herramienta de futuro (Editorial Milenio,
2021). El prólogo lo
escribió Daniel Raventós. El epílogo, que ahora reproducimos, fue escrito por
Guy Standing. SP
Este libro se ha escrito en un momento oportuno. El mundo recibió una sacudida
sísmica en 2020 con una pandemia vírica que fue la peor desde la conocida como
gripe española de hace casi exactamente cien años. La gripe española mató a
unos cincuenta millones de personas, mucho más que la COVID-19. Pero,
irónicamente, el desplome económico asociado a la COVID-19 puede ser peor y
persistir durante más tiempo. 1
La razón principal es que el sistema económico en 2020 era excesivamente frágil. El indicador más revelador de ello son los niveles increíblemente altos de deuda privada a nivel global, acompañados de niveles de deuda corporativa sin precedentes. Una crisis económica estaba a punto de producirse.
Vivimos en la era de lo que he llamado capitalismo rentista, donde cada vez más ingresos y riqueza fluyen hacia aquellas personas que poseen propiedades —físicas, financieras e intelectuales—. La distribución funcional de la renta ha empeorado mucho en las últimas tres (o más) décadas y es muy probable que haya empeorado aún más a raíz de la COVID-19 y las reacciones de los gobiernos al hundimiento ocasionado por la pandemia.