Recomiendo:
0

La reorganización del «lulopetismo». Concesiones y alianzas con la derecha

Fuentes: Correio de Cidadania

Complementaría el asustador di­ag­nós­tico del fi­ló­sofo Marcos Nobre con la siguiente observación: Bolsonaro se va a radicalizar, sí. Pero, al mismo tiempo, hará maridaje con la derecha tradicional, con el objetivo de aislar a la izquierda (entendiéndose por ello el arco lulista). Y exactamente eso llevará a una intensificación de la búsqueda de alianzas entre […]

Complementaría el asustador di­ag­nós­tico del fi­ló­sofo Marcos Nobre con la siguiente observación: Bolsonaro se va a radicalizar, sí. Pero, al mismo tiempo, hará maridaje con la derecha tradicional, con el objetivo de aislar a la izquierda (entendiéndose por ello el arco lulista). Y exactamente eso llevará a una intensificación de la búsqueda de alianzas entre tal izquierda y la derecha que siempre estuvo allá.

En lugar de distanciarse de esos dos bloques, hasta para no quedar aislado, el PT,  dicho de izquierda, hará todo lo posible para caerle en gracia a la derecha y mostrarle a la elite que sí (¡y es verdad!) es un gran socio de las clases dominantes. Diría más: el PT es la izquierda que las elites siempre soñaron, aunque por una burrada acabaron no reconociendo.

Tal «izquierda» ya dio suficientes muestras de que va a disputar con Bolsonaro la simpatía de la derecha. La alianza con Maia [1] y petistas en el ámbito federal, la alianza entre el PT y el PSL (Partido Social Liberal) bolsonarista en el ámbito fluminense (Río de Janeiro), sumado al apoyo de los gobernadores petistas a la reforma previsional, son los grandes aperitivos que se aprontan.

Lejos de lanzarse en un frente de oposición o de lucha contra la extrema derecha, el «lulopetismo» va hacia la vieja fórmula de la conciliación. Pero ahora, delante del crecimiento del bolsonarismo, va con la cara más limpia de ese mundo a jugar con el viejo esquema de la derecha (que funciona muy bien con la dicha «izquierda crítica»): «es preciso luchar contra el mal mayor». Sólo que ahora (risas) el mal menor es la propia derecha (más risas). La rebaja de las ex­pec­ta­tivas es cada día más grande.

El discurso de «seré resistencia» no llegará a la página 13. El negocio, para el PT, es: «juntos con la derecha por un Brasil mejor y sin Bolsonaro». «Seremos cínicos» es la definición más correcta.

Nada de «frente an­ti­fas­cista» o «unidad entre las izquierdas». Como siempre hicieron, los petistas hablarán unas cosas para las bases, en especial, «sus bases» del PSOL (Partido Socialismo y Libertad), como forma de tragarlas, mientras practicarán otra bien diferente en el plano de la gran política, de las grandes concertaciones institucionales y electorales.

Será curioso ver que los petistas diputen la tapa del apoyo y aceptación de la derecha. Es cierto que los petistas fluminenses innovaron, pues adelantaron aliarse directamente con la propia extrema derecha. ¿Pero cuál es la importancia de eso ante la nueva foto de Ta­bata Amaral [2] con FHC (Fernando Henrique Cardoso) , es no es?

O sea, quien sale ganando con todo esto es la vieja oligarquía de los Maias, Sar­neys [3], Bar­ba­lhos [4] y todos los clanes que pueblan las siglas como el PMDB (Partido Movimiento Democrático Brasileño), DEM (Demócratas) y PP (Progresistas). Esta va a seguir lucrando, sea con Bolsonaro sea con el lu­lo­pe­tismo.

Entre nosotros: siempre fueron aliados, por más de 13 años, antes, durante y después del «golpe», Sólo que ahora la harán de manera más abierta y sin ningún pudor.

Al fin y al cabo, la derecha prevalecerá.

La izquierda lulista va a tener que agarrarse de la foto de Ta­bata Amaral o de factores laterales, para intentar camuflar su gran concertación entre la vieja y deplorable derecha.

Haya paciencia.

Traducción: Correspondencia de Prensa

Notas (Correspondencia de Prensa)

[1] Rodrigo Felinto Maia, nacido en Chile, miembro del partido Demócratas. Actualmente ejerce como presidente de la Cámara de Diputados. Está en la lista de corruptos que se beneficiaron con los sobornos de Odebrecht.

[2] Tabata Claudia Amaral de Pontes, cientista política, diputada federal por San Pablo, afiliada al Partido Democrático Trabalhista (PDT). Cofundadora del Movimiento Mapa Educación y del Movimiento Acredito, corriente política nacional y «suprapartidaria» que pretende la «renovación del Congreso».

[3] José Sarney, presidente de la República entre 1985-1990, miembro del PMDB, jefe histórico de la oligarquía en el estado de Maranhão.

[4] Jader Fontenelle Barbalho, empresario y terrateniente del estado de Pará. Miembro del PMDB y senador.