En este artículo el autor analiza la trayectoria corrupta de los ministros de bolsonaro, en este caso del ex ministro de Educación.
El Ministerio de Educación [MEC] de Jair Bolsonaro es escenario de varios escándalos de corrupción, generalmente silenciados, como en otros ministerios y órganos del gobierno militar, incluidas las Fuerzas Armadas.
Antes del esquema de corrupción de los pastores que controlaban la agenda y las transferencias de fondos públicos, se conocieron otros escándalos del MEC, como, al menos el millonario fraude con gráficas para imprimir exámenes del ENEM.
También la licitación fraudulenta de tres mil millones de reales (unos 575 millones de dólares) para la compra de computadoras para escuelas públicas, a través de la cual 255 alumnos de una determinada escuela recibirían 30.000 laptops, un promedio de 117,6 laptops por alumno; y el proceso de licitación, también fraudulento, con sobreprecio de 700 millones de reales (unos 135 millones de dólares) para la compra de autobuses escolares.
La detención del reverendo y ex ministro de Educación Milton Ribeiro el 22 de junio pone en otros términos la discusión no solo sobre la notoria y sistémica corrupción del gobierno militar, sino también sobre la responsabilidad directa de Jair Bolsonaro en el esquema de corrupción que derrocó al reverendo del Ministerio de Educación (MEC).
El robo “en nombre de Dios”, operado por los pastores evangélicos Gilmar Santos y Arilton Moura a instancias del propio Bolsonaro, consistió en el cobro de sobornos por parte de los “agentes de Dios” –incluido un kilo de lingotes de oro– como requisito previo para posibilitar la transferencia de fondos del MEC a los municipios.
Cuando estalló el escándalo, el entonces ministro Milton Ribeiro declaró que “fue un pedido especial que me hizo el Presidente de la República sobre el tema del [pastor] Gilmar [dos Santos]”.
Además de no impugnar y, por lo tanto, dar como verdadera y confiable la versión de Milton Ribeiro sobre la actuación corrupta de los pastores en su nombre, Bolsonaro también declaró que “me ardía la cara por Milton” [sic ].
Esta vez, sin la promulgación de 100 años de secreto sobre ilegalidades para sofocar aún más este escándalo de corrupción, el gobierno militar quedó desnudo.
El eslogan electoral de Bolsonaro – “Brasil sobre todo, Dios sobre todo” – que, por cierto, es el lema del Ejército brasileño [Brasil sobre todo] es, de hecho, una corrupción alentadora de “robar en nombre de Dios”.
Jeferson Miola es miembro del Instituto de Debates, Estudios y Alternativas de Porto Alegre (Idea), fue coordinador ejecutivo del V Foro Social Mundial y colaborador del Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE).
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