Alan Grrenspan, presidente de la FED, ante preguntas de los senadores del Comité de Finanzas, tuvo que aventurar una previsión de los beneficios reales que EEUU puede conseguir con el nuevo sistema de cotización de la divisa china. El presidente de la FED reconoció que la posibilidad de que se produzca una inversión en la […]
Alan Grrenspan, presidente de la FED, ante preguntas de los senadores del Comité de Finanzas, tuvo que aventurar una previsión de los beneficios reales que EEUU puede conseguir con el nuevo sistema de cotización de la divisa china.
El presidente de la FED reconoció que la posibilidad de que se produzca una inversión en la curva de tipos de interés es ahora más remota. Con el mercado ciego de cambio que China ha instaurado para que cada día se fije un nuevo valor de su divisa frente al resto de las monedas mundiales, el banco central del país oriental tendrá una menor necesidad de comprar activos en dólares, especialmente deuda.
Según Greenspan, a medio plazo, ese recorte de la demanda significará un aumento de 50 puntos básicos en las actuales rentabilidades de los tipos de interés a largo plazo. Ayer mismo, la negociación de deuda pública norteamericana cumplía al pie de la letra este guión.
La rentabilidad del bono a 10 años llegó a situarse en el 4,27%, forzada por una potente oleada vendedora que situó esta cifra en cotas no alcanzadas desde el pasado 1 de abril. Hoy, sin embargo, la presión de una demanda menos nutrida que en otras ocasiones forzaba un recorte del guarismo hasta un 4,24%.
El tirón alcista de las rentabilidades de los bonos será gradual, porque tampoco el Banco Central de China puede arriesgarse a una repentina pérdida del valor de la deuda estadounidense que todavía tiene en cartera. Curiosamente, ni Greenspan ni la mayor parte de los analistas que opinaban hoy sobre la devaluación del yuan daban importancia al posible recorte del déficit comercial que puede derivarse de un aumento de los precios de las importaciones chinas.
Segundo cambio. El Banco Central de China ha hecho público hoy el segundo cambio del yuan frente al dólar con el nuevo sistema, 8,1111 unidades.
Una mínima variación con respecto a la cifra de ayer que consolida la revaluación del 2,1% de la divisa china.
Beneficios para la burbuja inmobiliaria. Otra consecuencia de la revaluación del yuan va a ser probablemente el aumento de los tipos de interés inmobiliarios en EEUU, que también se espera paulatino. Ayer, en línea con lo esperado, el tipo medio hipotecario a 30 años se situó en el 5,73%, tras una subida de seis puntos porcentuales.
La principal consecuencia macroeconómica negativa que tenía hasta ahora el recorte en la rentabilidad de los tipos de la deuda a largo plazo era su influencia sobre las tasas hipotecarias.
Los créditos baratos estaban nutriendo una vez más la burbuja inmobiliaria que en algunos estados como California o Nueva York parecía a punto de estallar. Ahora, es probable que se desinfle poco a poco.