Recomiendo:
0

Entrevista a Marshall Auerback, economista del Levy Institute

«La salida es una ruptura ordenada de la unión»

Fuentes: Página 12

¿Está la Eurozona en riesgo por una corrida contra los bonos de los países más débiles o los bancos privados? -Europa está en riesgo en 2012 porque hay un problema de solvencia de los países, que sólo el Banco Central (BCE) puede resolver, y por la deficiente demanda agregada, que requiere una política fiscal más […]

¿Está la Eurozona en riesgo por una corrida contra los bonos de los países más débiles o los bancos privados?

-Europa está en riesgo en 2012 porque hay un problema de solvencia de los países, que sólo el Banco Central (BCE) puede resolver, y por la deficiente demanda agregada, que requiere una política fiscal más fuerte para compensar la inversión y el consumo privado. En definitiva, el BCE es el único que puede salvar a Europa de una profunda recesión, porque ahora los países no pueden gastar sin obtener ese ingreso a través de impuestos, porque son usuarios, pero no emisores, del euro. Ese es el resultado de un sistema monetario neoliberal. Como único emisor, el BCE puede respaldar a las naciones y evitar que sigan pagando tasas usurarias, pero sólo avanza en ese sentido exigiendo medidas de austeridad, que redundan en una menor actividad económica y mayor déficit público. A menos que el BCE se mueva hacia una dirección más pro-crecimiento, Europa tendrá años de alto desempleo. Lamentablemente, el BCE piensa, al igual que Alemania, que la crisis ha sido causada por excesos fiscales, en lugar de verla como un problema institucional del euro en sí mismo.

¿Pueden Grecia, Irlanda y Portugal recuperar el crecimiento sin salir del euro?

-Una posibilidad es que se cree una autoridad fiscal federal en serio, integrada con el BCE, que desarrolle políticas de gasto y recaudación a ese nivel y que se emitan bonos europeos. Pero dado que eso no va a ocurrir, la única salida es una ruptura ordenada de la unión, que cada país reponga su moneda. Esta última opción no será tomada a voluntad, pero su aplicación se verá forzada a medida que el tiempo pase. Creará enormes de-sequilibrios en Grecia, Portugal e Irlanda, pero de no aplicarse se vienen muchos años de depresión, algo políticamente insostenible.

Sin embargo, los gobiernos parecen apostar por la reducción de salarios, del gasto público y con ello realizar una «devaluación interna».

-Eso va a acelerar la carrera hacia el pozo y destruirá cualquier vestigio de poder de compra, una política muy contraproducente. Se basan en los casos de Letonia y Estonia, que experimentaron devaluaciones internas masivas y el desempleo continúa en el 20 por ciento. En 2012, la recesión europea se va a intensificar.

Pareciera que la expansión monetaria y fiscal no es suficiente en Estados Unidos para recuperar el crecimiento.

-El déficit fiscal está en el 8 por ciento y no se está aplicando la austeridad europea, por eso Estados Unidos crece, aunque muy poco. Sin embargo, hubo paquetes de estímulo inadecuados porque no fueron suficientemente grandes en términos de inyección de demanda y no estuvieron enfocados a crear empleo. Además, la creencia de que la política monetaria estimulará la demanda fue siempre equivocada, y refleja la promoción que el mainstream hace de esa herramienta. Reniegan de la política fiscal, necesaria por el enorme monto de la deuda privada que tenemos en Estados Unidos.

¿Por qué dice que, si bien existen similitudes con la situación de Argentina en 2001, la débil situación económica de algunos países de Europa es diferente de nuestra crisis?

-Argentina nunca abandonó el peso. La convertibilidad tuvo el efecto, como el euro, de reducir la libertad para aplicar política fiscal expansiva. Cuando la abandonaron, tuvieron ciertas ventajas que los países del euro no tienen: fue en un momento de alza del comercio global y suba en la demanda de commodities, y ahora hay una importante recesión. De todas formas, creo que Argentina demostró que las amenazas de la comunidad financiera internacional de que nunca más iban a recuperar la confianza de los mercados no tenían sentido. El Gobierno hizo una oferta a los mercados del tipo «tómalo o déjalo» y desafió al FMI. Esa es una lección que todos los países deberían tomar. El capitalismo no toma decisiones «políticas», sólo persigue la ganancia. Los gobiernos soberanos no son necesariamente rehenes de los mercados financieros globales que, creo, no causarían estragos en una economía griega que podría volverse muy competitiva si se restaurara la flotación de la moneda.

http://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/cash/subnotas/5695-1010-2012-01-02.html