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¿La salida esta por dentro o por fuera del régimen?

Fuentes: Opiniao Socialista

La avalancha de corrupción que asola los noticieros cotidianamente expusieron los bastidores de los podridos poderes de la democracia de los ricos y corruptos. En estos últimos 20 años de democracia burguesa, nunca hubo una crisis política tan fuerte que provocase un distanciamiento tan grande de millones de trabajadores con este régimen. El descrédito en […]

La avalancha de corrupción que asola los noticieros cotidianamente expusieron los bastidores de los podridos poderes de la democracia de los ricos y corruptos. En estos últimos 20 años de democracia burguesa, nunca hubo una crisis política tan fuerte que provocase un distanciamiento tan grande de millones de trabajadores con este régimen. El descrédito en los «políticos» indica que las ilusiones reformistas, de que es posible cambiar el sistema «por dentro», por el voto, están siendo reducidas a solo polvo.

La crisis se agrava y dejando a Brasil cada vez más próximo de las crisis que asolaron países latinoamericanos como Ecuador y Bolivia. Aunque aún no existen grandes movilizaciones de masas, tal cual se dieron en esos países, sin embargo ya existe un sentimiento en un sector de los trabajadores y de la juventud de «fora todos» (que se vayan todos).

Esta experiencia que los trabajadores están teniendo con la democracia burguesa es absolutamente progresiva, porque, en verdad, la democracia burguesa es una dictadura de la minoría (empresarios, banqueros y terratenientes) sobre la inmensa mayoría de la población.

Toda la izquierda debería analizar profundamente la ruptura de las masas con la democracia de los ricos, denunciando el carácter reaccionario de este régimen, y llamar a los trabajadores a confiar solo en sus propias luchas y movilizaciones. Esta es una de las polémicas centrales que tenemos con los compañeros del P-SOL, con los cuales estuvimos juntos en la marcha a Brasilia del día 17.

¿Podemos confiar en el Congreso?

La principal figura pública del P-SOL, la precandidata a la Presidencia de la República, Heloísa Helena, viene ocupando gran destaque y proyección en función de su actuación en la CPI (Comisión Parlamentaria Investigadora) de los Correos. Heloísa Helena, en una entrevista en el talk show de Jô Soares (un programa con alto ratting en las clases medias y pequeño burguesas), elogio la actuación de la CPI y dijo que tiene «esperanzas» en la salvación del Congreso.

Justo cuando es el momento en que más del 80% de la población evalúa que el Congreso es la institución más corrupta del país, la senadora presta, en lo mínimo, un mal servicio al avance de la conciencia de las masas. Peor aún es llevar a alimentar ilusiones en los trabajos de la CPI, cuyos integrantes y partidos políticos están envueltos hasta el pescuezo con los escándalos de corrupción. Es absolutamente incoherente, por lo tanto, hablar en tener confianza en los trabajos de una CPI de un Congreso de estafadores.

Plebiscito revocatorio: u otra salida en los marcos del régimen

El P-SOL está discutiendo la propuesta de realizar un petitorio en defensa de una PEC (Propuesta de Enmienda Constitucional), que posibilite la realización de un plebiscito para decidir sobre la permanencia o no de Lula. En lugar de asumir la bandera del ‘Fuera Todos’, el P-SOL actúa al revés, defiende un petitorio en defensa de una enmienda constitucional que sería votada por el Congreso corrupto. En el caso que el Congreso aceptase (lo que es muy dudoso), existiría entonces un plebiscito sobre la permanencia o no de Lula. El PSTU propone una campaña ya por el «Fuera Todos», incluso el gobierno y el Congreso Nacional.

Peor aún es la alternativa que los compañeros proponen, en la hipótesis remota de que el Congreso acepte el plebiscito, y que por medio de él el mandato de Lula fuese reducido. En ese caso, los compañeros del P-SOL defienden, más una vez, una salida por dentro de las instituciones de la democracia burguesa. Según un texto de Roberto Robaina y Pedro Fuentes, de la dirección del P-SOL, «Las elecciones, entonces, deben ser anticipadas y con nuevas reglas».

O sea, luego de toda esta crisis del gobierno y de la democracia burguesa, la salida se daría por dentro del régimen. ¿Alguien tiene dudas que esas nuevas elecciones serían realizadas con las mismas estafas típicas del régimen actual? Las grandes empresas manipulan las elecciones financiando las campañas carisimas de los partidos, comprando espacio en las televisiones y periódicos, votos y candidatos. Con eso, se aseguran que sus candidatos ganen las elecciones, o aún ganen los candidatos de «oposición» (como Lula), que ya están comprometidos con el mantenimiento de la misma política económica.

Eso no va a cambiar en cuanto la democracia burguesa siga existiendo, porque esta es la forma de existir de este régimen. Proponer elecciones como salida para esta crisis es un grave error, que los compañeros deberían reevaluar.

Basta llevar hasta el fin la propuesta de los compañeros para observar como es un camino hacia el desastre. Luego de toda esta crisis, de todas las movilizaciones, tendríamos elecciones que seguramente presentarían las mismas manipulaciones de la democracia burguesa, y probablemente serian vencidas por PSDB y PFL. Tendríamos un nuevo gobierno de derecha, ahora legitimado por las elecciones. E todo eso por propuesta de la izquierda.

¿Es esta una salida viable?

Los compañeros argumentan que, como no existe un ascenso revolucionario, esa sería una salida «viable». Realmente no existe un gran ascenso, y menos aún revolucionario.

Pero el papel de la izquierda no es el de presentar salidas «viables» para la burguesía. No existe en la lucha de clases la calificación de la «viabilidad» desligada del criterio de clase. ¿Viable para quién? ¿Sirve a los trabajadores tener un nuevo gobierno de derecha legitimado por elecciones? ¿O sirve para la dominación de la burguesía?

Tanto le sirve al capital que, en caso que la oposición burguesa cambie de actitud y decida ir hacia un impeachment, es probable que defienda elecciones generales. Ningún sector del gran capital defiende una solución con José Alencar o Severino Cavalcanti.

Como los trabajadores no viven aún un gran ascenso, es hora de construir las luchas, alrededor de la campaña política actual contra el gobierno y el Congreso, y unirlas a las luchas salariales del segundo semestre. Es el momento de avanzar en las movilizaciones directas y no de buscar la salida más fácil para la burguesía.

Esperamos que los compañeros del P-SOL revean esa posición, y vengan a construir con nosotros una alternativa de los trabajadores contra la democracia burguesa.