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La segunda arista de la conceción marxista del mundo: la dialéctica (sexta aproximación)

Fuentes: Rebelión

Durante el curso académico 1982-1983, Manuel Sacristán dictó en la UNAM mexicana un seminario de postgrado sobre «Inducción y dialéctica» que posteriormente retomaría en 1984-1985, en la Facultad de Económicas de la UB. La introducción de la «Parte primera: El término ‘dialéctica», seguía el siguiente desarrollo: «1. Como en el caso de la inducción, la […]

Durante el curso académico 1982-1983, Manuel Sacristán dictó en la UNAM mexicana un seminario de postgrado sobre «Inducción y dialéctica» que posteriormente retomaría en 1984-1985, en la Facultad de Económicas de la UB.

La introducción de la «Parte primera: El término ‘dialéctica», seguía el siguiente desarrollo:

«1. Como en el caso de la inducción, la falta de doctrina universalmente admitida es característica, y llega desde la declaración de que la dialéctica es el único método científico (Hegel) hasta la negación de que exista algo llamado dialéctica.

2. Hay, además, la circunstancia agravante de un desacuerdo importante acerca de la palabra misma

2.1. Lo que ha sugerido abandonarla, como lo registra Perelman

2.2. Y da pie a intentos de zanjar convencionalmente el problema, como hace López Medina

2.3. La misma extendida etimología es falsa.

2.31. Aunque explicable por el uso del término desde la obra platónica.

3. Todo ello aconseja una exploración semántica que conviene hacer históricamente.

3.1. Para reunir las informaciones acerca de los varios sentidos de dialéctica

3.2. Para averiguar el o los hilos de enlace entre ellos, si los hay.

3.3. Cuando Abbagnano quiere describir los «cuatro sentidos de dialéctica» lo que hace es resumir historia:

3.3.1. Dialéctica como método de división (Platón).

3.3.2. Dialéctica como lógica de lo probable (Aristóteles).

3.3.3. Dialéctica como lógica (Edad Media hasta el siglo XII).

3.3.4. Dialéctica como síntesis de opuestos (Hegel)».

 

El segundo apartado -«Nacimiento y vicisitudes del término «dialéctica» hasta la Crítica de la Razón Pura » seguía el siguiente guión:

«1. La consideración de los pre-platónicos en el tema de la dialéctica

1.1. Es tradición hegeliana.

1.2. Incluye sobre todo a Heráclito, Zenón de Elea y los sofistas.

1.3. Y revela la concepción no-formal, sino sustantiva, de la dialéctica por Hegel y los hegelianos.

1.3.1. Concepción que los hegelianos no describen así sino como formal y material.

1.3.1.1.Pero el supuesto metafísico de esa versión es tan fuerte que sólo resulta convincente con idealismo, no con «teoría del reflejo’.

2. En cualquier caso, el término ‘dialéctica’ cuaja su uso en el área platónica: Viano.

2.1. Pero oscilación de sentido en el mismo Platón y/o en los platonistas.

2.1.1. La tesis de Stenzel de las dos dialécticas.

2.1.1.1. La de los diálogos socráticos típicos.

2.1.1.1.1. Ético-estética: areté.

2.1.1.2. La de la madurez ( Parménides , Sofista ).

2.1.1.2.1. Lógica, ontología, cosmología.

2.1.2. Eso muestra que los platonistas ven materialmente la dialéctica.

2.1.3. Pero es evidente el aspecto lógico: Critón , 46b 47a.

2.1.4. La dialéctica como ciencia y como metaxy: El Banquete , 198 d-e, 203 e-204b, esquema del discurso de Sócrates.

2.2. La técnica es siempre la división.

2.2.1. No deductivamente concluyente.

2.21.1. Crítica de Aristóteles.

2.2.2. Con una finalidad más «inductiva» (Abbagnano).

2.2.3. Cadena inferencial constrictiva por aceptaciones en cada división: Critón 47a-d.

2.3. Y referencia a situación dialógica».

 

Con Aristóteles, señalaba Sacristán, irrumpía un sentido del término muy difundido en la plena Edad Media, un sentido inequívocamente formal: dialektiké téchne.

«3.1. Arranca de Platón, como tendencia a formalizar la dicotomía.

3.2. Desemboca en la «escala de los seres».

3.3. Lo que permite el silogismo categórico.

3.31. La teoría lógica formal ha nacido como perfeccionamiento de la primera dialéctica.

3.4. A partir de ahí un Aristóteles ya maduro reconstruye la dialéctica como silogística de premisas sólo probables.

3.4.1. La noción de éndoxa.

3.4.2. Diferencia entre el silogismo dialéctico y el agonístico o erístico».

 

Con las escuelas cínica, megárica y estoica, proseguía Sacristán, aparecía en primer plano el aspecto lingüístico de la noción:

«4.1. Dialéctica como fundamento crítico-lingüístico del escepticismo: cínicos y megáricos.

4.2. Dialéctica como análisis de sofismas: estoicos.

4.3. Las paradojas de la implicación material y la lógica proposicional.

4.4. Las demás paradojas megárico-estoicas.

4.5. Son aportaciones a la lógica, no a la «dialéctica».

4.51. Salvo indirectamente, por las sesgadas interpretaciones de Hegel».

A los avatares del término en la Edad Media estaba dedicado el siguiente apartado:

«5.1. Dialéctica = lógica, hasta el siglo XII.

5.2. La importancia de la questio, a partir del sic et non de Abelardo.

5.2.1. Comprensible renacer de la noción dialogal de dialéctica.

5.3. La recepción plena del Organon: Las Summulae logicales de Pedro Hispano y la recuperación del sentido aristotélico de ‘dialéctica.»

 

La sección de la dialéctica renacentista estaba dividida en cuatro apartados:

«6.1. La reacción anti-medieval.

6.2. El ejemplo de Petrus Ramus.

6.3. El psicologismo de Port-Royal.

6.4. Posible influencia en la dialéctica hegeliana».

 

El sentido kantiano de ‘dialéctica’, el siguiente apartado del esquema, presentaba la siguiente división:

«1. Consideración histórica de la dialéctica como lógica falaz de la apariencia B 84-B 85.

2. El uso abusivo de la razón, de la lógica como organon, es la dialéctica.

2.1. Crítica anticipada de Hegel.

2.2. La razón es naturalmente dialéctica.

2.2.1. «Eternidad» de los problemas metafísicos.

2.2.2. Origen de Hegel.

2.3. Pero si se usa así, se violan sus condiciones de validez.

2.3.1. Y se hace falaz como en el argumento ontológico».

 

La dialéctica de Hegel y la de Marx eran «el horizonte contemporáneo de la problemática». El apartado dedicado a Hegel adquiría el siguiente desarrollo:

«1. La visión tradicional de la génesis de la dialéctica hegeliana.

1.1. La tesis kantiana de la dialecticidad de la razón.

1.2. Interpretación antikantiana de la tesis por el idealismo alemán.

1.3. La tríada de Fichte y la totalidad de Schelling.

1.4. Complementos posibles. Markovic:

1.4.1. Idea heracliteana del mundo.

1.4.2. El método de refutación de Zenón de Elea.

1.4.3. El arte de discutir (dialektiké, téchne, sofistas).

1.4.4. Un método de clasificación (Platón).

1.4.5. La anámnesis platónica.

1.4.6. La concepción aristotélica de dialéctica.

1.4.7.1.Aquí ligera confusión de Markovic.

1.4.8. El principio de coincidencia oppositorum (Cusa).

1.4.9. La doctrina epistemológica de los opuestos de Böhme.

1.4.10.Spinoza, la sustancia y la determinación.

1.4.11.El yo de Fichte.

1.4.12.La totalidad de Schelling.

2. La edición de los escritos juveniles teológicos y políticos añade (sin refutar la anterior) otra perspectiva genética [Sacristán seguía en este punto a Rossi y Lukács].

2.1. Trennung, Vereinigung y Positivität en el origen de la dialéctica.

2.1.1. Interpretaciones teológica y política.

2.2. Paso gradual a la formulación filosófica.

2.2.1. La relación de lo finito a lo infinito.

2.2.2. De la religión a la razón.

3. Desde el punto de vista de la filosofía de la ciencia, propia de este curso, lo que más interesa es la consecuencia de la filosofía de la identidad idealista consistente en la indistinción entre lógica y ontología.

3.1. Hegel en la Fenomenología .

3.2. En la Ciencia de la Lógica .

3.3. Consecuencia para la ciencia positiva: apriorismo que ignora la naturaleza de la ciencia moderna. Disparates».

 

A la consecuencia «lógico-metodológica importantísima» estaba dedicado el aparado siguiente: la peculiaridad de la «negación» dialéctica hegeliana. Hegel en la Lógica .

«4.1. Comentario Rossi.

4.2. Engels en el Anti-Dühring .

4.3. La sobredeterminación de Althusser.

4.4. Desde un punto de vista lógico, es indeterminación.

4.5. Ella explica la noción hegeliana de «contradicción».

4.5.1. Hegel en la Lógica

4.6. Por otra parte, explica el progresismo idealista. Rossi.

4.6.1. En el que perdura el origen religioso (Rossi 15).

5. La mayor razón de plausibilidad de la dialéctica hegeliana es la tesis idealista de la identidad.

5.1. De la que se desprende para Hegel la identidad de método y sistema.

5.2. Lo que hace dudoso el «enderezamiento» de Hegel por Marx. Comentario Rossi».

 

El siguiente apartado versaba sobre Marx y los primeros clásicos marxistas:.

«1. Desde un punto de vista teórico-metodológico y teórico-lógico, Marx y Engels no aportan nada importante a la cuestión de la dialéctica.

1.1. A pesar de la gran importancia material de la obra de Marx,.

1.2. Eso podía desprenderse ya de la misma tesis del «enderezamiento», de la preservación del método como abandono del sistema.

1.2.1. Discusión de la distinción de Colletti.

1.3. Pero las cosas son mucho más complicadas que eso, porque la noción de Umstülpung [enderezamiento] -que es una metáfora- no resulta suficientemente clara.

1.3.1. De modo que Marx no sólo no aporta gran cosa teóricamente a nuestra cuestión, sino que incluso la confunde.

1.3.1.1. Y eso prescindiendo de su juventud, incluso limitándose a la época de madurez que empieza en 1857, con la recuperación de Hegel. Comentar ‘Bearbeitung’.

1.3.1.2. Si se añade la crítica juvenil, todo es más difícil y plantea problemas serios.

2. Marx en El Capital.

2.1. En el Prólogo a la 1ª ed. hablaba sólo de capacidad de abstracción. OME 40, p.6.

2.2. En el Epílogo a la 2ª ed., habla de dialéctica por contestar a sus críticos.

2.2.1. Al citar – sin duda con aprobación, incluso complacencia,- la reseña de Sieber, ¿se da cuenta Marx de que está admitiendo que no todo su libro es «teoría propiamente dicha»?. Y no niega la deductividad del método.

2.2.2. Afirmación -con pregunta retórica- de que el método dialéctico es como el de la biología evolucionista.

2.2.3. El curioso reconocimiento de la apariencia de a priori.

2.2.3.1. Por algo que es un añadido a la ciencia común.

2.2.4. La comparación con el método de Hegel: dice que su método es lo contrario, no ya el sistema.

2.2.5. La expresión «coquetear’.

2.2.6. Y La metáfora del enderezamiento (Umstülpung), que contradice a 2.2,4.

2.2.7. Uso de «negación».

2.2.8. Uso de «contradicción».

2.2.9. Cuadro bastante confuso, en particular a propósito del concepto de método.

2.2.10. Explicable por la noción hegeliana de método, pero no por ello claro.

2.3. La frase de finales del cap. XXIV de KI con negación de la negación. OME 41, p.409.

2.3.1. Es muy categórica.

2.3.2. Pero es la única en todo el Capital (salvo error).

2.3.2.1. Claro que eso es sólo una cuestión de lenguaje.

2.3.2.2. Pero no es despreciable el hecho.

2.3.2.2.1. Sobre todo porque la frase ocurre cuando el fenómeno ya está explicado .

2.4. Tampoco se precisa el concepto de «dialéctica científica» de su crítica a Proudhon. MEW 16, p.31.

2.5. Como es sabido, Marx no llegó a escribir su «Dialéctica»

2.6. Relación con la Introducción de 1857.

2.6.1. Historia y lógica.

2.6.2. Lo concreto.

2.6.3. Relación con mi tesis.

3. En sus últimos años, Marx complica aun más el cuadro.

3.1. Hacerse cargo de lo que representa para «la dialéctica» la repetida afirmación del Marx viejo de que su modelo del Capital sólo es válido para Europa occidental (y lo que se desarrolle como ella).

3.1.1. Hegel no habría podido admitir una relativización análoga de la dialéctica.

3.1.1.1. Que era en el campo social, filosofía de la historia, como acertadamente subrayan Bobbio o Gurvich.

3.2. Pero Marx ha acabado por negar explícitamente toda filosofía de la historia, y precisamente en relación con la limitación de su modelo a Europa Occidental. Carta a O.S. MEW 19, 111.

3.2.1. Con eso se podría sostener que su teoría quedaba reducida a un modelo hipotético normal. Discusión. Carta a V.S. MEW 19, 242, 394″.

 

A la inversión, «el enderezamiento» de Hegel por Marx, dedicó Sacristán unas palabras años antes. Fue en 1973, en la Facultad de Derecho de la Universidad Autónoma de Barcelona, cuando Sacristán, en sesión organizada por Juan-Ramón Capella, dictó una conferencia «Sobre la dialéctica», asunto que, como es sabido, le acompañó a lo largo de los años: su último curso de metodología de 1984-1985, como dijimos, estuvo centrado en este polisémico concepto, sobre el que en 1983, en una entrevista para La Vanguardia, comentaba: «Su enfoque totalizador [el de Marx], lo que con léxico hegeliano se llamaría dialéctico , ha hecho época en las ciencias sociales y está tan vivo como el primer día». Recuérdese, por otra parte, lo que escribía a Adolfo Sánchez Vázquez en una carta de junio de 1985: «Si consigo reunir a tiempo energía suficiente, enviaré un trabajo sobre dialéctica que tenia pensado para tu jubileo».

En esta intervención en la UAB, después de comentar sucintamente el uso de la noción en Heráclito y Platón y las novedades de la categoría en Hegel, se centró Sacristán en el análisis de la concepción joven-marxiana, advirtiendo que aunque la relación Hegel-Marx no era cuestión simple, no había ninguna duda de que el pensamiento marxiano provenía genéticamente de Hegel; negarlo, como hacían entonces algunas escuelas marxistas, era lo mismo que afirmar que la suma de 2 más 2 fuera 18, 23 o lo que se quisiera: Marx había aprendido del autor de la Fenomenología y usaba su léxico; sostener lo contrario era falsear los hechos por un supuesto cientificismo que, en el fondo, no era tal sino desinformación o, peor aún, puro sectarismo. Ahora bien, aun aceptando, como había que hacer, que la dialéctica marxiana proviniera de la hegeliana no por ello debía inferirse que fueran una y la misma cosa: génesis no es estructura.

Generalmente, proseguía Sacristán, la manera de presentar la relación entre ambos consistía en afirmar que Marx prescindía del sistema hegeliano, pero conservaba su método invirtiéndolo: en el Marx epicúreo el punto de partida no era lo ideal sino lo real-empírico. Ya en 1843 había formulado el joven Marx su primer comentario crítico y en él aparecían afirmaciones que avalaban esa línea interpretativa: «La familia y la sociedad civil son los presupuestos del Estado. Ellas son los elementos propiamente activos, pero en la especulación [es decir, en el sistema de Hegel, aclaraba MSL] sucede a la inversa». Hegel había sostenido que el Estado era la base de la familia y de la sociedad, mientras que para Marx era el Estado lo fundamentado en aquéllas. Empero, si sólo se destacaba esta inversión, se ignoraba entonces, señalaba inmediatamente Sacristán, otro tipo de crítica que Marx había formulado también muy tempranamente.

Así, en ese mismo texto, podía leerse: » Lo importante es que Hegel hace en todas partes de la Idea el sujeto y del sujeto real o propio el predicado » (Curiosamente, Francis Wheen, en un reciente estudio sobre la génesis de El Capital , ha recogido este apunte de Marx que sobrevivió a uno de los cuadernos utilizados por él en Kreuznach: «Nota. Bajo Luis XII; la Constitución por la gracia del rey (Carta magna otorgada por el rey); bajo Luis Felipe, el rey por la gracia de la Constitución (monarquía impuesta). En general, podemos señalar que la conversión del sujeto en predicado y del predicado en sujeto, la sustitución de lo que determina por lo que es determinado, constituye siempre la revolución más inmediata … El rey hace la ley (vieja monarquía), la ley hace al rey (nueva monarquía)» [El énfasis es nuestro]) .

El paso anterior le permitía a Sacristán construir su propia interpretación: ante el hecho de que los griegos habían tenido una cultura muy geométrica, un historiador empirista se limitaría a constatarlo; un historiador de orientación materialista buscaría las causas de ello y, muy probablemente, estudiaría la base agrícola de esa cultura; en cambio, proseguía, Hegel lo que sostiene es que el Espíritu de Geometría se realiza a sí mismo en Grecia. El sujeto ya no es el individuo -los griegos, materialmente viviendo, que son geómetras- sino el predicado. Y a la inversa. Hegel no dirá, pues, que «Los griegos han sido geómetras» sino que «La Geometría es griega», que «la Edad de la Geometría es la Edad griega».

Hasta aquí, hasta esta primera parte del enunciado marxiano, seguiríamos en la socorrida idea de que hay que invertir a Hegel para obtener una dialéctica ajustada, materialista. Pero, proseguía Sacristán, Marx añadía a continuación: » Pero de hecho el proceso va siempre por el lado del predicado «. Marx estaba señalando, en su opinión, que Hegel sostenía en teoría, sólo en la teoría, la inversión de sujeto y predicado (Grecia-Geometría), pero en su práctica lo que hacía propiamente es historia de los griegos, y el proceso seguía entonces por el lado del predicado. Con ello, el supuesto Hegel-idealista, el autor especulativo por antonomasia, adquiría riqueza y fuerza empíricas porque, a la hora de la verdad, desarrollaba el predicado -los hechos, la vida material griega- aunque, teóricamente, no los considerara propiamente sujetos.

Pero había más. La crítica que Marx formuló a Hegel era una crítica en dos frentes: no sólo le reprochaba su falseamiento de lo real, de lo empírico, convirtiéndolo en ideal, sino que, además, discrepaba de él por transformar frecuentemente lo ideal en empírico. Cuando Hegel sostenía que «la edad de la Geometría es Grecia», Marx pensaba que no sólo se estaba deformando la realidad griega sino también la idealidad de la propia ciencia geométrica. No se trataba sólo de invertir, de poner la Geometría donde estaban los griegos y viceversa, sino de reconstruir los dos polos, dado que, señalaba, al cambiar sujeto por predicado, observación que solía pasarse por alto, «Hegel ha falseado los dos», no sólo uno y, además , impedía pensar correctamente el tema si nos limitábamos a la usual metáfora de la inversión. Marx no sólo había dicho, pues, que la dialéctica hegeliana invertía los hechos sino también que falseaba la Geometría misma porque para hacer plausible la afirmación de que «la Geometría es griega» o que «la Idea se hace Geometría en Grecia» no tiene más remedio que forzar la idea de Geometría para «embutirla» en los datos griegos, falseando simultáneamente de este modo la vida griega real y la idea de Geometría. En la lectura de Sacristán, no se trataba sólo de invertir sino de recomponer los dos extremos y «obtener» así la dialéctica marxiana de la hegeliana.

Como nota final de su comentario, Sacristán recordó que muy pronto la dialéctica de Marx aplicaría al pensamiento de Hegel una crítica que normalmente se suponía que había dirigido sólo a la filosofía de Feuerbach: la consideración de que el verdadero conocimiento se consumaba en la práctica, no tan solo en la contemplación teórica. Marx no sólo había sostenido que tenía que invertirse el idealismo hegeliano sino que tenían que recomponerse, además, los dos polos de la relación y, por último, para llegar al punto final, había «que resolver ese conocimiento en la consciencia práctica, en la vida cotidiana y en la práctica revolucionaria, transformadora».

 

Anexo:

Sobre la inspiración sacristaniana en su aproximación a la noción de dialéctica en Marx vale la pena recoger esta anotación en una ficha depositada en Reserva de la BC de la UB:

 

«[…] Cita [Lassalle] una frase de «Heráclito el Oscuro», en la cual éste, para ilustrar la reversión de todas las cosas en su contrario, dice: «Así, el oro se transforma en todas las cosas, y todas las cosas se transforman en oro». El oro, dice Lassalle, es dinero aquí ( c´est juste ), y el dinero, valor. Es decir, lo ideal, lo general, la unidad (valor), y las cosas son lo real, lo particular, la pluralidad. Aprovecha esta sorprendente noción para ofrecer, en una extensa nota, an earnest of his discoveries in the science of political economy [un pregusto de sus descubrimientos en la ciencia de la economía política]. Cada palabra es un error, pero expuesto con notable pretensión. De esta nota deduzco que el tipo tiene la intención de exponer hegelianamente la economía política en su segunda gran opus . Con dolor habrá de aprender que una cosa es, mediante la crítica, llevar sólo una ciencia hasta el punto adecuado en que se la pueda exponer dialécticamente, y otra muy distinta es aplicar un sistema abstracto y acabado de la lógica a nociones precisamente de un sistema semejante. Pero, tal como te escribí de inmediato ante su primera carta de entusiasmo para consigo mismo, los hegelianos antiguos y los filólogos han de haber estado, en efecto, pleased de hallar una naturaleza tan antigua en un hombre joven, a quien se considera un gran revolucionario. Además, distribuye sonrisas y reverencias a diestra y siniestra, a fin de asegurarse una acogida favorable. En cuanto haya hojeado esa cosa, te la enviaré también a ti» (Marx a Engels (1/2/1858), MEW 20, 274-275).

 

MSL: Me parece que tengo un texto definitivo para mi idea del uso correcto de ‘dialéctica’ en MEW 20, 275 (Carta de Marx a Engels, 1/2/1858).

El punto más necesitado de aclaración es la frase del primer paso. Por ahora la interpreto así: hay que criticar los datos y su sistematización estática. El método dialéctico es de exposición. No se puede meramente aplicar. Marx da por supuestos los hechos, el conocimiento. Pero se trata de criticarlo. Es el pésimo lado de la crítica, el resto de hegelismo joven.

 

También estas anotaciones y observacioes críticas resultan de interés:

1. La lógica formal es además un método que permite descubrir nuevos resultados, permite llegar de lo conocido a lo desconocido; así con mayor razón para la dialéctica que, rompiendo los límites estrechos de la lógica formal, lleva en sí los gérmenes de una concepción del mundo amplia y sintética. La situación es la misma en las matemáticas… No obstante, casi todas las pruebas de las matemáticas superiores son falsas desde el punto de vista de las matemáticas elementales. Y no puede ser de otro modo si se trata de probar los resultados obtenidos por vía dialéctica por medio de la lógica formal. (Paul Sandor, Historia de la dialéctica , pp. 127-128).

Para oscurantismo de la ortodoxia engelsiana.

Esta píldora del AD es una buena muestra condensada del oscurantismo de la concepción.

 

2. «(…) todo saber digno de ser tal es ciencia y, por lo tanto, no mero saber o contemplación» (G. della Volpe, «Sobre la dialéctica. Una respuesta a los compañeros y a los demás», pág. 72)

Esta declaración de cientificismo, autocita de Rousseau a Marx , pág. 157, es la raíz de muchos vicios de la escuela. Si no hay más saber que la ciencia, todo lo que dice Marx tiene que ser ciencia; como no es corriente, es superciencia, dialéctica científica.

 

3. El ejemplo marxiano de las parafinas, desarrollado por Engels:

Si, como es corriente en química, representamos un átomo de carbono por C, un átomo de hidrógeno por H, un átomo de oxígeno por O, y el número de átomos de carbono contenidos en cada combinación por n, podemos expresar del modo siguiente las fórmulas moleculares de algunas de esas series… ( A-D , p. 131).

MSL: Aquí se acerca mucho Engels a lo serio. «Cualidad» es en este caso estructura. Ácido no es un C, dos H y dos O, sino una estructura realizada en los elementos que indica la fórmula meramente cuantitativa. La presencia de algo más en determinadas circunstancias que presuponen una previa estructura (la de ácido acético, la de las relaciones de que son capaces los elementos C, H y O) es incompatible con esa estructura, no permite su formación, sino la de otra. No es que la cantidad se haya transformado en cualidad, sino que una estructura no puede nacer sino en ciertas circunstancias cuantitativas. Esto es lo único serio. Pero las circunstancias cuantitativas no son toda la estructura, como prueban los ejemplos que Engels, naturalmente, pasa por alto. La estructura compleja depende de las circunstancias cuantitativas y de las estructuras previas (de C, H y O).

 

4. (…) la dialéctica del pensamiento, aquella lógica que continúa siendo invisible para la mirada sin dotación filosófica, para el simple ‘sentido común’ (E. V. Iliénkov, Lógica dialéctica. Ensayos de historia y teoría , 1977, p.182).

Este elitismo antidemocrático, que viene del idealismo romántico, es religión ocultista: no la honrada del evangelio cristiano, sino la esotérica de los Agustines y los Hegel.

 

5. » Hay que señalar, por otra parte, que la utilización de tal o cual tipo de paradigma está a veces dictada por las características lógicas de los fenómenos analizados. Por ejemplo, no se ve cómo las teorías hipotético-deductivas del tipo de las que utiliza la física pudieran ser utilizadas -o en todo caso, pudieran ser exclusivamente utilizadas- en el análisis de los fenómenos singulares; por ello el análisis mertoniano de la máquina americana no puede tomar la forma de una teoría hipotético-deductiva» (R. Boudon, La crisis de la sociología, p. 221).

MSL: Este paso tiene dos debilidades fundamentales: la persistencia de la idea de que pueda haber teoría de lo singular, y la persistencia de la idea de que la teoría no sirva para entender lo singular. Toda la tecnología refuta esta idea, y Aristóteles ya refutó la primera.

 

6. Convenientemente traducidas y dilucidadas, las exigencias relativas a la «totalidad de las situaciones sociales» o a las «estructuras sociales» pueden, en efecto, transponerse en el lenguaje de las variables y de las relaciones entre variables. Basta con mostrar suficiente imaginación metodológica en la elaboración del plan de observación para satisfacerlas (R. Boudon, Ibidem, p. 141).

MSL: Explicable por las muchas arbitrariedades de los de la totalidad, la formulación es excesiva y utópica. Boudon lleva razón en que no hay «lógica» diferente para la totalidad. Se equivoca al creer que la aspiración de totalidad es completamente teorizable en sentido fuerte.

 

7. «[…] La negación dialéctica no significa que digamos no, o que pretendamos que una cosa no existe, ni siquiera que la destruyamos. No basta negarla, también hay que suprimir la negación. La primera negación debe ser tal que la segunda devenga posible. En cuanto a la manera de hacerla, varía según la naturaleza de cada caso particular. Si el grano de molido o si el insecto es aplastado [MSL: ejemplos de Engels, Anti-Dühring ], se realiza el primer acto, pero se hace el segundo imposible. Cada cosa, cada concepto, cada noción exige una especie particular de negación, permitiéndose devenir el punto de partida de una evolución: la negación en el cálculo infinitesimal será diferente de la que interviene en el establecimiento de la potencia negativa de raíces negativas» (Paul Sandor, Historia de la dialéctica, pp. 128-129).

MSL: Para crítica de los sistemas de lógica dialéctica.

Pese a todos los refinamientos, los Dubarle y Peña, etc., tendrán que mantener esto. Y es bastante para destruir la idea de la dialéctica como lógica o como método. La única escapatoria es una idea muy abstracta de «negación» bajo cuya extensión cupieran infinitas negaciones, una por cada cosa o especie. La abstracción de esa operación es estéril.

 

8. En cuanto a cuáles son las intuiciones principales de la dialéctica: para él [Lorenzo Peña], la contradictoriedad de lo real; para mí, la interrelación de lo real, el o un holismo de lo inestable. Por eso él va a la lógica de la contradicción y yo a la teoría de sistemas.

 

Notas:

[1] Reserva de la Biblioteca Central de la UB, fondo Sacristán.

[2] Manuel Sacristán, Sobre dialéctica . El Viejo Topo, Mataró (Barcelona), 2009.

 

Referencia Prólogo:

El prólogo de Sacristán en la red: http://archivo.juventudes.org/node/114

 

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.