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La situación de la economía crítica ante la crisis

Fuentes: Economía Crítica o Crítica de la Economía

Casi todos los economistas reputados, con independencia de su orientación ideológica, están de acuerdo con la idea según la cual atravesamos una de las crisis más graves de la historia del capitalismo. Si esto es así, y nosotros lo creemos también, estamos ante una oportunidad política e ideológica de extraordinaria importancia para la izquierda. Es […]

Casi todos los economistas reputados, con independencia de su orientación ideológica, están de acuerdo con la idea según la cual atravesamos una de las crisis más graves de la historia del capitalismo. Si esto es así, y nosotros lo creemos también, estamos ante una oportunidad política e ideológica de extraordinaria importancia para la izquierda. Es el mejor momento para hacer llegar a los ciudadanos programas políticos y económicos alternativos al capitalismo, dando una respuesta alternativa a las desastrosas políticas que nos han conducido a esta situación e invirtiendo el orden de valores instalado por el neoliberalismo.

Sin embargo, estamos comprobando atónitos cómo los sindicatos han rehuido de las movilizaciones sociales mientras que los partidos políticos han carecido de las fuerzas y ganas suficientes para canalizar la rabia de los ciudadanos hacia propuestas constructivas de naturaleza anticapitalista o como mínimo progresista. En algunos casos la crisis ha pillado a los partidos políticos de izquierdas a contrapié, mientras claudicaban definitivamente ante los postulados ideológicos neoliberales. Sólo algunos movimientos sociales, políticos y sindicales, aunque pequeños y dispersos, han sabido estar a la altura de las consecuencias y, entre otras cosas, han reaccionado con contundencia ante la gran estafa que ha sido y es la gestión actual de la crisis.

No podemos olvidar que la batalla por la salida de la misma, que especialmente marcará el comportamiento de la tendencia distributiva futura del capitalismo, se está produciendo en dos escenarios muy distintos, aunque estrechamente relacionados. En primer lugar, en el ya citado ámbito político, donde la presión ciudadana puede conseguir que la salida a la crisis sea en positivo y evitar al menos que, como proponen los políticos de derechas, se haga mediante una agudización de las ya denigrantes condiciones de trabajo y vida en general.

En segundo lugar, y también importante, en el ámbito académico que da soporte intelectual a las políticas económicas llevadas a cabo por los gobiernos. La universidad, y más concretamente las facultades de economía, han estado copadas en su mayoría por profesores de marcada tendencia neoliberal que, apoyándose en los modelos neoclásicos, han justificado la regresión social de los últimos años. Ahora, con la crisis revelando la debilidad de sus fundamentos y supuestos teóricos, la alternativa académica tiene también la oportunidad de ganar el espacio que merece en los centros universitarios.

Sin embargo, de nuevo la izquierda en este ámbito no ha sabido responder con la contundencia necesaria. Se han elaborado algunos trabajos sobre la crisis, y sin duda se ha arrojado luz a las causas de la misma y a las consecuencias que tiene la gestión neoliberal de la vida social, pero estamos aún lejos de ver elaboraciones teóricas consistentes que puedan rivalizar con éxito ante la teoría económica neoclásica. Más aún, salvo casos contados, ni siquiera los análisis sobre la crisis surgidos del ámbito de la economía crítica han logrado traspasar la barrera de los medios de difusión marginales en la que estamos acostumbrados a encontrarlos.

Es cierto que, a pesar de ello, las humildes iniciativas que prosperan en este sentido lo hacen con un éxito que sería impensable en otros tiempos ( ver Dossier Especial ). Y también es cierto que las respuestas políticas y académicas, aunque minoritarias, contienen en su seno la clave y el espíritu de lo que estamos buscando. Sin embargo estamos lejos de poder poner en marcha una estrategia contundente de acoso y derribo a la teoría neoclásica en las facultades de economía. Y sin ella es más difícil llevar a la calle la movilización social.

En este sentido no es que pensemos que con dicha estrategia la generación de profesores educados en las enseñanzas neoclásica vayan a reconocer ahora, de forma inmediata, la inutilidad de las mismas. Pero en cambio sí esperamos que poner encima de la mesa una elaboración teórica alternativa y profunda sea suficiente para atraer y educar a las nuevas generaciones de economistas, que serán a su vez las encargadas de poner otra base para la interpretación del mundo llevada a cabo por los movimientos políticos y sociales contestatarios.

Aunque somos conscientes de que ese es un camino muy largo, es necesario un primer paso, por lo que desde la revista Economía Crítica y Crítica de la Economía hacemos un llamamiento para la construcción de nuestro próximo número especial sobre la crisis. En dicho número trataremos de recoger una serie de artículos que aportan las claves para una comprensión crítica de la crisis, priorizando aquellos que tratan de dar claves propositivas para derrotar la teoría económica dominante y elaborar las herramientas necesarias para construir otro modelo de economía desde abajo y a la izquierda.

Para que esta compilación de artículos no se quede coja, trataremos también de presentar un dossier especial sobre las iniciativas frente a la crisis que están surgiendo desde los movimientos sociales. Os animamos a que participéis en ambas iniciativas enviándonos vuestras propuestas a la dirección [email protected]

http://www.economiacritica.net/web/

 

Rebelión ha publicado este artículo a petición expresa de los autores, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.