aunque lentas, las condiciones económicas del país siguen mejorando. el aumento en el número de personas que consiguieron trabajo el pasado mes de agosto es muestra de ello. sin embargo, para los latinos es otra la historia. este grupo étnico sigue presentando incrementos en los índices de desempleo. Mientras los candidatos presidenciales John F. Kerry […]
aunque lentas, las condiciones económicas del país siguen mejorando. el aumento en el número de personas que consiguieron trabajo el pasado mes de agosto es muestra de ello. sin embargo, para los latinos es otra la historia. este grupo étnico sigue presentando incrementos en los índices de desempleo.
Mientras los candidatos presidenciales John F. Kerry y George W. Bush se encuentran enfrascados en una intensa batalla verbal y publicitaria sobre sus carreras militares durante la Guerra de Vietnam algo que ocurrió hace 40 años para los votantes estadounidenses, incluidos los latinos, existen otros asuntos más importantes que los afectan en la actualidad. La economía, el empleo, la falta de seguro médico y la seguridad nacional son algunas de sus prioridades.
Cuando se trata de los electores hispanos, el desempleo es una de sus mayores preocupaciones, superada sólo por la educación. Un estudio realizado por el Pew Hispanic Center y el Henry Kaiser Family Foundation, llamado The 2004 National Survey of Latinos: Politics and Civic Participation, comprobó que para el 54 por ciento de los latinos residentes en Estados Unidos la educación es el asunto más importante, seguido por el empleo y la economía (51 por ciento).
Sin embargo, las últimas cifras reveladas por el Departamento del Trabajo no se han traducido en buenas noticias para la comunidad latina. Mientras los datos oficiales muestran una leve recuperación en los empleos a nivel general en parte porque 152.000 personas abandonaron la búsqueda de trabajo el índice de desempleo entre los latinos en Estados Unidos subió una décima y se colocó en el 6,9 por ciento en agosto. El Departamento de Trabajo informó que el mes pasado había 19 millones 482 mil hispanos en la fuerza laboral, de los cuales 1,3 millones estaban sin empleo. Otros 8,7 millones de hispanos están en edad de trabajar pero ya no buscan o no tienen empleo. Entre la población total de Estados Unidos, el índice de desempleo bajó una décima en agosto y se colocó en 5,4 por ciento de la fuerza laboral, el más bajo desde el 2001.
Estas cifras no pasaron desapercibidas entre demócratas y republicanos, en una campaña electoral que está entrando en la recta final y en la que la economía se ha perfilado como uno de los asuntos centrales. Para el presidente Bush, quien busca la reelección a la Casa Blanca en los comicios de noviembre próximo, los datos sobre el empleo se convirtieron, sin duda, en buena noticia. La secretaria de Trabajo, Elaine Chao, dijo que estas cifras muestran que «tenemos algo que celebrar, y gracias al firme liderazgo del presidente George W. Bush esta economía ha creado 1,7 millones de empleos en el último año». En respuesta, la líder demócrata en la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, dijo que «los hispanos han trabajado demasiado duro por demasiado tiempo para que ahora sufran el desempleo desproporcionado por culpa de una administración republicana que no trabaja para ellos».
Según la Oficina de Estadísticas Laborales, la tasa de desempleo para los hispanos es 16 por ciento más alta que cuando el presidente Bush entró a la Casa Blanca, y viene a representar la tercera vez que se incrementa en este año.
Decreciente índice salarial
El desempleo no es el único indicador negativo que afecta a la comunidad hispana en el ámbito económico. Los latinos son el segmento de la sociedad estadounidense que cuenta con los índices más bajos de salarios. Según reporta el Pew Hispanic Center en su estudio sobre el mercado laboral de los latinos en el primer trimestre del 2004, se estima que la media salarial, que en el primer trimestre del 2002 era de 403 dólares por semana para los hispanos, ha bajado a 395 dólares en el mismo período de este año, mientras que para los anglosajones es 593 dólares semanales y para el conjunto de todos los trabajadores del país es de 550 dólares. Roberto Suro, director del Pew Hispanic Center, explicó que esta disminución salarial puede deberse a que la mayor proporción de empleos se ha registrado entre los inmigrantes recién llegados, generalmente con menor dominio del inglés y menor calificación y experiencia laboral en el país, y ellos «están más dispuestos a aceptar los empleos peor remunerados». Suro dijo que, a pesar de haberse registrado un aumento en las contrataciones de nuevos inmigrantes, no se ha conseguido aún bajar el desempleo de los hispanos a los niveles anteriores a la recesión económica del 2001. «La tasa de desempleo para la segunda generación de hispanos se mantiene todavía alta y no muestra signos de descenso».
Rakesh Kochhar, investigador de Pew y autor del estudio, señaló que la industria de la construcción figura como la mayor fuente de empleo de los latinos en este país. Se trata, principalmente de la contratación de hombres inmigrantes. El experto señaló que más de una cuarta parte (28,5%) de los trabajadores que se han beneficiado de los 1,3 millones de puestos de trabajos creados hasta ahora no son ciudadanos estadounidenses y por tanto no votarán en las próximas elecciones presidenciales.
«El empleo entre los no ciudadanos ha aumentado a un ritmo dos veces más rápido que su crecimiento demográfico», comentó Kochhar, indicando que por ello el impacto político de la creación de empleo puede verse menguado en las urnas.