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La situación socio-histórica en el Sur del Lago de Maracaibo

Fuentes: Rebelión

ELISEO FERMÍN O LA POLÍTICA COMO IGNORANCIA A propósito de las lamentables lluvias y sus efectos devastadores en el Sur del Lago de Maracaibo y otras zonas del país, el gobierno del presidente Hugo Chávez solicito a la Asamblea Nacional, que le fuera otorgado poderes especiales a través de una Ley Habilitante con el objeto […]


ELISEO FERMÍN O LA POLÍTICA COMO IGNORANCIA

A propósito de las lamentables lluvias y sus efectos devastadores en el Sur del Lago de Maracaibo y otras zonas del país, el gobierno del presidente Hugo Chávez solicito a la Asamblea Nacional, que le fuera otorgado poderes especiales a través de una Ley Habilitante con el objeto de asumir la reconstrucción integral de las zonas afectadas. Se trata de asumir el diseño de una política pública que responda a una visión compleja que abarque no sólo el tema económico, sino lo estructural, sobre todo ligado a la infraestructura de comunicación y servicio, que tan afectada fue en estos procesos.

Precisamente en este contexto de integralidad, es que el gobierno del presidente Chávez asumió la necesidad de adelantar la ejecución de lo dispuesto en la Ley de Tierras, relacionado con el tema de la propiedad y la productividad de los centros productivos. El Sur del Lago es un espacio con un conjunto de particularidades que hacía imprescindible la intervención del Gobierno nacional, no sólo para rehabilitar las carreteras y vías de comunicación dañadas, sino restituir los equilibrios económicos y sociales que durante siglos han sido alterados, sobre la base de la coacción y la fuerza violentamente ejercida.

Ante este hecho, y motivado por la acción inmediata del Ejecutivo nacional a través del Ministro de Agricultura y Tierras, Juan Carlos Loyo, que generó la intervención de un conjunto de 43 Fundos, a los cuales se ha procedido a examinar y evaluar en función de las circunstancias legales que se presentan en torno a los títulos de propiedad de los mismos, el representante de la Mesa de la Unidad, miembro del partido Un Nuevo Tiempo (UNT), el diputado Eliseo Fermín, aseguró – ante el pronunciamiento de los movimientos sociales que reivindicaban el derecho indígena en esas tierras- que nunca había existido presencia indígena en esos espacios ((http://www.noticierodigital.com/2010/12/eliseo-fermin-presidente-busque-a-losguerrilleros-a-su-alrededor-y-no-se-meta-con-los-productores/). Las declaraciones de Fermín demuestran dos cosas esenciales: 1) la defensa a ultranza de los terrófagos y terratenientes que adelanta el Gobierno regional de Pablo Pérez, sobre los derechos y potestades de campesinos y comunidades Barí y 2) el profundo desconocimiento y manipulación que hacen de la Historia Regional.

El Diputado Eliseo Fermín, al contrario de lo que intentan demostrar con las propagandas políticas el partido UNT, es una muestra de cómo se desconoce la historia del Zulia y se hace uso – maniqueo- del orgullo identitario del zuliano para favorecer a una fuerza política.

LA MALINTENCIONADA INVISIBILIZACIÓN DE LOS BARÍ

Los datos arqueológicos aportados por Erika Wagner en su texto Datos arqueológicos de la Cuenca del Lago de Maracaibo; los de Iraida Vargas en la Revista GENS de arqueología; los aportes etnológicos de Stephen Beckerman, publicados en la Revista Montalbán de la Universidad Católica Andrés Bello dan cuenta del vastísimo territorio ocupado por los mal llamados indígenas Motilones en el Sur del Lago (hoy reconocidos como indígenas Bari, de filiación lingüística Chibcha).

Este territorio es el que ocupan hoy los municipios zulianos Machiques, Catatumbo, Jesús María Semprum, Francisco Javier Pulgar, Colón y los merideños Alberto Adriani, Obispo Ramos de Lora, Carracciolo Parra y Olmedo, y Francisco Antonio Zea, solo por nombrar algunos para hacernos una idea del territorio abordado y de sus pobladores primigenios, de acuerdo a lo planteado por los autores antes señalados, en particular por la doctora Iraida Vargas.

Los estudios científicos realizados hasta los actuales momentos indican que los distintos grupos étnicos que poblaron la Cuenca del Lago de Maracaibo, y por ende la Sierra de Périja, tanto en su vertiente colombiana como venezolana, así como los territorios del Sur, norte, este y oeste del Lago, eran para el instante histórico de la irrupción violenta del español de origen Arawak (Wayuu y Añu), Chibcha (Bari) y Caribe (los Yukpa, Yanshitu o Japreiria).

Todo indica que de esos tres grupos, fueron los Arawak (Wayuu y Añu) los primeros pobladores de las riberas del Lago de Maracaibo, y los siguieron – en ese proceso ocupacional- los Caribes que los desplazaron hacia la entrada del Lago, parte de sus riberas y la Península de la Guajira, obligando a los Arahuacos (chibcha) a moverse hacia la Sierra nevada de Santa Marta (Castro, 1979:46)

Los Chibchas ocuparon la Sierra nevada, las tierras planas que la rodean, así como Valledupar en la actual Colombia, desde el Río hacha hasta el Magdalena, la Sierra de los Motilones hasta el Río Catatumbo (Edo Zulia). La irrupción más reciente – por lo menos unos 6.000 años de antigüedad, que contrastan con los más de 8.000 años de los otros grupos- de los caribes, a las riberas del sureste del Lago de Maracaibo, y la Sierra de Perijá y los actuales municipios Rosario y Machiques de Perijá.

Evidencias lingüísticas determinan un origen común para las lenguas Yukpa, el Opón-carare de colombia y las lenguas del grupo Caribe oriental de Venezuela. Los Yukpas emigraron a la Sierra de Perijá desde la región nororiental de Venezuela y luego fueron prograsivamente cercados a partir de la acción europea desde los siglos XVI-XVII (Durbin y Seijas, 1975 en Ruddle y Wilbert 1983:45)

Esto demuestra en 1er lugar la falsedad del planteamiento del presidente del Consejo legislativo del estado Zulia, Eliseo Fermín, quién refiriéndose a declaraciones del Ministro Loyo y del Vic-.presidente Elías Jaua, indicaba que nunca había existido presencia indígena en esas zonas. Con ello se articula con toda una estrategia de INVISIBILIZACIÓN de DESAPARICIÓN de la memoria y el rastro humano de los grupos originarios, con el objeto de justificar la apropiación indebida de tierras en la Zona del Sur del Lago. Habría que señalarle al diputado de Un Nuevo Tiempo (UNT) en el Zulia, que revise los datos arqueológicos aportados por Cruxent, (1962); Erika Wagner (1978) y Sanoja(1988) y Vargas (1990)

Toda esta evidencia arqueológica e histórica, nos permite hablar de un conjunto de subsistemas culturales en la cuenca del Lago de Maracaibo que reflejan esa presencia histórica de más de 10.000 años de antigüedad: 1) subsistema étnico del Golfo de Venezuela y la Barra, comprendiendo los grupos aliles, toas, zaparas, sinamaicas y arubaes, genéricamente denominados onotos y alcojolados, 2) subsistema étnico de la guajira, comprendido por wayuu y los cocinas (Laguna de Cocineta en la frontera con Colombia al noroeste del estado Zulia); 3) subsistema étnico de Perijá y Costa occidental del Lago, comprendiendo a los grupos indígenas buredes, chaques, guanaos, macoas y mapes, genéricamente llamados motilones y coronados; 4) subsistema étnico del Sur del Lago y de la Costa oriental, comprendido por los grupos indígenas pemenos, Bobures, kirikires, conocidos como coronados y 5) subsistema étnico de la costa oriental del Lago (centro y norte) comprendiendo los caquetíos (Amodio, 2001)

Estos subsistemas conformaron una realidad histórica-geográfica sobre la cual el europeo español trazo las estructuras administrativas y geográficas denominadas provincias y Gobernaciones, haciendo uso de la tierra, mediante mecanismos legales de despojo y violencia que acorralaron a estos grupos originarios y terminaron en su dispersión y hacinamiento en áreas geográficas más estrechas y limitadas. Con ello queremos demostrar que HAY BASES HISTÓRICAS para indicar un proceso ilegal de movilización del pueblo indígena y más grave aún, un proceso ilegal de apropiación de tierras y desconocimiento de los derechos indígenas a los mismos. Este aspecto ES CRUCIAL PARA SER PLANTEADO EN EL MANEJO DE INFORMACIÓN CON RESPECTO A LAS EXPROPIACIONES.

LOS PUEBLOS BARÍ Y YUKPA Y ALGUNOS ELEMENTOS SOBRE LA REDUCCIÓN DE SU TERRITORIO EN UNA MIRADA HISTÓRICA

En el transcurso de los años finales del siglo XVI y durante todo el siglo XVII, los denominados indígenas macoa o macoaes, hoy llamados Yukpa vivían al este, en las tierras llanas que antecedían el piedemonte de la Sierra de Perijá, al sur del río Apón.

El poblamiento hispano no se dio en estos territorios hasta mediados de 1733, a partir del establecimiento de La Villa del Rosario por el colonizador vascongado don Juan Chourio (Matos, 1956). La conquista del Valle a lo largo de la cuenca del rio Apón se consolidó a partir de 1872, cuando las tropas de Venancio Pulgar obligaron a los indígenas a adentrarse en la Sierra de Perijá, al sur del río Apón y permitió a los criollos consolidar Machiques como un centro ganadero y agrícola. En el transcurso de los años se produce un proceso de «adjudicación» de tierras a pobladores y productores criollos, particularmente en Gaceta oficial n° 14.142 de fecha 18 de agosto de 1920, se le otorga a los hermanos José Trinidad García y Joviniano García tres lotes de terrenos de 4.500 hectáreas de superficie al oeste de la Sierra de Perijá con indios, bosques, montañas, fauna y ríos. En menos de 30 años, todas las tierras bajas del piedemonte de la Sierra de Perijá fueron invadidas por los hacendados y algunos comerciantes de la ciudad de Maracaibo. Este proceso fue legitimado jurídica y políticamente por el Estado venezolano. En 1931, el gobernador del Distrito Perijá, Coronel Humberto Méndez, recibió a los señores Joaquin Mac Gregor (Presidente del banco de Maracaibo 1945-1948), Armando Romero (socio de la familia Brillembourg) y los señores Régulo March, Levi Romero y otros, con el objeto de explorar y conocer las tierras llanas y las montañas de la Sierra de Perijá, para estudiar la región con el fin de desarrollar «la agricultura».

Con ello, se adelantó un proceso de desplazamiento y despojo, con el apoyo del estado venezolano, que le permitió a particulares dominar y controlar estas zonas productivas dejando en la indefensión jurídica a los habitantes de esas zonas.

En el caso de los Barí, su territorio para el momento de la irrupción de los españoles a principio del siglo XVI, tenía una extensión territorial de 33.000 km2 , para el siglo XVII el territorio era ya de 21.000 km2 y 16.000 Km2 para 1900 (Lizarralde, 1975¸Lizarralde y Beckerman, 1982). La lucha de los Barí es histórica, pues ellos ocupaban todo el sur y oeste de la Cuenca del Lago, en los actuales municipios Francisco Javier Pulgar, Jesús María Semprún, parte de machiques y Rosario de Perijá, así como municipios del actual Estado Mérida. Tienen más de 450 años luchando por sus derechos ante el proceso de terrofagia que adelantaron los blancos criollos, con la anuencia del Estado y el soporte jurídico dado. Los Barí, se opusieron tanto a la colonización en el Virreinato de Nueva Granada como en la Provincia de Maracaibo, no sería sino hasta 1772 cuando se llega a un acuerdo de no agresión, con un basto sector de la nación barí, ubicado entre los ríos Santa Ana, Aricuizá hasta el río Catatumbo.

Desde 1772 hasta 1818, gran parte de los barí fueron reducidas a través de misioneros capuchinos. Al salir los misioneros capuchinos españoles en 1821, por la Guerra de Independencia, pasan a sufrir agresiones derivado a la calidad agrícola de las tierras y el impulso de ocupación dado por las legislaciones de la República. Con el inicio de la explotación petrolera en Colombia en 1906, y en Venezuela a partir de 1910, las compañías trasnacionales de petróleo Colón Development Company, filial de la Shell y la Standart Oil de Venezuela (filial de la Standart Oil de New jersey de Rockefeller), invaden los territorios Barí. De los 16.000 km2 que tenían en 1910, para 1961 se ubicaban en apenas 1.492 Km2. . Los Barí perdieron 85,42% de su territorio (Lizarralde y Beckerman, 1982).

Se trata por lo tanto de una reivindicación a estos pobladores, pero además se trata de abordar un problema en cuanto al uso y apropiación de la tierra en esos territorios y que tiene relación con la forma en que se aplicó la legislación, favoreciendo, apoyando e instigando a los terrófagos a controlar esos espacios, con el apoyo político de partidos como Acción Democrática (AD) y COPEI en la zona. Es por lo tanto una reivindicación de justicia lo que adelanta el Gobierno Nacional en estos espacios.

TERRITORIO BARI

TERRITORIO PERDIDO

POBLACION

Año

Total área Km2

% área 1900

Total perdida década anterior Km2

% relativo perdida 1900

Total Estimado

Densidad X Km2

Km2 X persona

1900

16.000

100

2.000

0.12

8.0

1910

2.500

0.15

6.4

1920

14.000

87.5

1970

12.3

2.000

0.14

7.1

1930

13.500

84.5

475

3.0

2.000

0.15

6.7

1940

9.700

60.5

3.800

23.7

1.500

0.12

8.1

1950

7.400

46.2

2.300

14.4

1.200

0.16

6.2

1960

5.100

31.9

2.300

14.4

800

0.16

6.3

1970

3.300

20.6

1.800

11-2

1.200

0.36

2.7

1980

2.400

15.0

900

5.6

1.400

0.58

1.7

Cuadro: Cambios territoriales y de población Barí 1900-1980. Fuente: Beckerman 1983