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La USAID y la oposición venezolana en el ojo del huracán

Fuentes: Rebelión

En los últimos años, Venezuela ha sido escenario de una intensa lucha política, marcada por la polarización y la intervención extranjera. En este contexto, la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) ha jugado un papel controversial, siendo acusada de desviar fondos destinados a la ayuda humanitaria y de estar involucrada en tramas de corrupción que involucran a figuras de la oposición venezolana.

Recientemente, se ha denunciado que opositores venezolanos desviaron 116 millones de dólares entregados por la USAID, lo que ha generado un escándalo que pone en tela de juicio la integridad de los líderes opositores y la efectividad de la ayuda internacional. Durante el periodo del denominado «Gobierno interino» de Juan Guaidó, se destinaron fondos significativos bajo el concepto de «ayuda humanitaria» para los venezolanos dentro del país. Sin embargo, esta asistencia fue canalizada a través de organizaciones no gubernamentales (ONG) que, en realidad, están vinculadas a otros políticos y a familiares de éstos, muchos de los cuales residen en el extranjero sin desempeñar ningún trabajo.

Documentos filtrados de la embajada de EE.UU. en Venezuela han revelado que el opositor venezolano Carlos Vecchio, quien se encuentra prófugo de la justicia, habría sido el receptor de 116 millones de dólares a través de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional. Ya se sabe que el Buró Federal de Investigaciones (FBI) de Estados Unidos investiga al exlíder de la oposición venezolana Juan Guaidó por corrupción y malversación de fondos.

Este desvío de fondos no solo representa una traición a la confianza de quienes realmente necesitan asistencia, sino que también plantea interrogantes sobre la transparencia y la rendición de cuentas dentro de la oposición venezolana.

Además, el mercenario Jordan Goudreau (orquestó la incursión en territorio venezolano el 3 de mayo de 2020 para derribar al Gobierno de Maduro) ha revelado que la CIA y el FBI habrían cubierto a elementos opositores venezolanos como Leopoldo López y Juan Guaidó, quienes están acusados de estafar a la USAID. Denunció que en 2020 las agencias estadounidenses ya tenían pruebas del fraude, pero decidieron proteger a los dirigentes ultraderechistas. Estas revelaciones sugieren una complicidad más profunda entre la oposición y agencias de inteligencia estadounidenses. Ya para todo el mundo está evidente que la lucha por el poder en Venezuela no es solo un conflicto interno, sino también un juego geopolítico en el que los intereses de potencias extranjeras están en juego.

La situación ha llevado al Gobierno venezolano a abrir investigaciones contra opositores vinculados a estas tramas de corrupción. Este movimiento es visto como un intento de desmantelar las redes de corrupción que han socavado la credibilidad de la oposición y de la ayuda internacional.

La USAID, por su parte, se encuentra en una posición complicada. Su misión de “promover el desarrollo y la asistencia humanitaria” se ve empañada por las acusaciones de corrupción y malversación de fondos. Esto no solo afecta su reputación, sino que también limita su capacidad para operar efectivamente en un país.

En conclusión, la USAID se ha consolidado como un instrumento geopolítico clave en la estrategia de Estados Unidos para influir en gobiernos y sociedades en diversas regiones del mundo, no solo en América Latina. A través de la canalización de fondos y la promoción de programas de «ayuda humanitaria», la agencia ha sido utilizada para desestabilizar gobiernos considerados adversos a los intereses estadounidenses, facilitando la intervención en asuntos internos de países soberanos. Así, la USAID, en lugar de ser vista como un agente de desarrollo, se convierte en un actor en el complejo entramado de la política internacional, donde la lucha por el poder y la influencia prevalece sobre las necesidades humanas fundamentales.

Jorge Sánchez, periodista especializado en la política internacional.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.