La República Bolivariana de Venezuela ha sido señalada para ser intervenida militarmente por la fuerza Imperial del siglo XXI. No es una exageración. No es un mal sueño. De nada sirve aferrarnos a la creencia de que los imperios ya no existen. Somos objetivo militar. Nada nuevo. Pero ahora es claro y abierto. La conducta […]
La República Bolivariana de Venezuela ha sido señalada para ser intervenida militarmente por la fuerza Imperial del siglo XXI. No es una exageración. No es un mal sueño. De nada sirve aferrarnos a la creencia de que los imperios ya no existen. Somos objetivo militar. Nada nuevo. Pero ahora es claro y abierto.
La conducta imperial tiene algunos rasgos inconfundibles. Declaran abiertamente que protegen sus intereses antes y por encima de cualquier consideración por los de otras naciones. Hace falta una buena dosis de racismo para sostener esa posición frente al mundo pero, increíblemente, esto no se nota y aún menos con un Presidente del otro color. Esta irracional renuncia a la visión global, sin embargo, contrasta con el amplio rigor matemático con el que suelen enfrentar las decisiones ejecutivas. Toda decisión de ese tipo parece tener asociada una utilidad esperada que se puede estimar como el resultado sumar todas las utilidades de cada posible decisión, ponderadas estas por la probabilidad de su ocurrencia. Algo así como:
Utilidad esperada de controlar Venezuela = Utilidad neta de (la intervención militar) * Probabilidad de éxito de tal tipo de intervención + Utilidad neta de (apoyo a la oposición) * Probabilidad de éxito de la oposición asumiendo el control del país + Utilidad neta de (negociar con los Chavistas) * Probabilidad de éxito de tal negociación.
Esta expresión, obviamente, depende de esos cálculos de utilidades netas y de sus probabilidades. Todos esos son números cargados de enormes errores potenciales. Sin embargo, y contrario a lo que se podría esperar, pueden ser aprovechados «hacia atrás». En lugar de calcular la utilidad total esperada a partir de las otras, se podría usar la expresión para acotar los niveles de las utilidades netas parciales que alcanzan cierto nivel total. De esta manera, se pueden tomar decisiones aún sin una estimación muy precisa de los montos y de los otros números involucrados.
Controlar a Venezuela tiene una ventaja clara, bien definida y hasta cuantificable para los poderes estadounidenses: la reserva petrolera más grande del mundo1. Aún sin poder precisar la magnitud, en términos de dinero, disponer de millones de barriles de petroleo, incluso del tipo extra-pesado, equivale a una gigantesca cantidad en cualquier tiempo y espacio.
Uno podría reescribir y transformar la expresión anterior, de esta manera:
UplanA * PrA + UplanB * PrB + UplanC * PrC >=MuchoDinero
en donde:
UplanB = (Ganancia por el acceso a la faja – financiamiento a la oposición )
PrB = Probabilidad de que la oposición asuma el control dado que tiene apoyo
UplanA = (Ganancia por el acceso irrestricto a la faja – costo del conflicto para los EEUU)
PrA = Probabilidad de vencer en el conflicto
UplanC = (Ganancia por acceso regulado a la faja – costo por pérdida de influencia en Latinoamérica)
PrC = Probabilidad de una acuerdo con los Chavistas
Veamos ahora con algunos números. Supongamos que no tienen ni idea del cómo saldrían las cosas en cada caso (es decir, todas las probabilidades son 0.5):
Una expresión que podría ser una referencia es esta:
100*0.5 + 85 *0.5 + 15 *0.5 = 100
Una lectura posible es que, aún con total ignorancia, podrían contar con ese nivel de utilidad de referencia (100) pesando con igual probabilidad la intervención militar, la confianza en la oposición afecta y una negociación con los chavistas para conformar lo que se conoce como una estrategia mixta.
Sin embargo, es bastante claro que ellos no están en situación de total ignorancia. No se trata solamente de su sofisticado sistema de espionaje, sino también que algunas de esas probabilidades dependen, cuando menos parcialmente, de sus propias decisiones.
Por ejemplo, se podría decir que la guerra es la opción más costosa (incluso en dólares), de manera que «normalmente» se inclinarían por reducir la probabilidad de intervención militar, siempre y cuando se mantenga el nivel de ganancia. Su apuesta histórica ha sido por controlar el país indirectamente, a través de una clase política que les rinda tributo y que tenga suficiente apoyo popular (o falta de resistencia) para lucir «democrática». Eso tiene un costo, desde luego, porque la burocracia local querrá quedarse con una tajada. Pero ya lo han hecho, en muchos lugares, y saben muy bien cómo funciona.
Así que Una PrA = 0.35 tendría sentido para no entrar en un conflicto traumático cuando se tiene varios frentes abiertos y arriesgando costos mayores con una batalla cercana a sus fronteras. A EEUU no le conviene el conflicto abierto. Pero para ello sólo necesitan equilibrar con las otras probabilidades:
100*0.35 + 85 *0.7 + 15 *0.5 = 102 >=100
Desde luego, también saben que con esa escalada, una negociación satisfactoria con los Chavistas es muy poco probable (digamos de un 10%). Una expresión más precisa, en este caso es:
100*0.4 + 85*0.7 + 15 *0.1 = 100.2 >=100
De manera que en una situación en la que la oposición tenga 70% de probabilidades de conquistar el poder, los norteamericanos tendrían en poca estima la intervención militar (solo un 40% de probabilidad). Ese puede haber sido el estatus por varios años, quizás convencidos de que las medidas concertadas por la oposición con el aparato comercial nacional (que es prácticamente de su propiedad) como inflación inducida, manos caídas, acaparamiento, especulación, guarimbas, escasez selectiva y sabotaje sistemático a los servicios públicos, terminarían por erosionar la base electoral del Chavismo y elevarían las posibilidades de una victoria categórica de la oposición en alguna consulta electoral nacional (con un 70% de probabilidad).
¿Qué puede haber provocado que los norteamericanos cambiaran completamente de opinión, iniciando el protocolo habitual de intervención con esa orden ejecutiva que declara al potencial enemigo como amenaza y reclama poderes especiales para el Presidente Obama?
100* 0 . 7 + 85*0.35 + 15 *0.1 = 101.25 >=100
Es decir, los analistas norteamericanos deben haber percibido una caída de la probabilidad de que la oposición gane el control de la nación, quizás hasta a la mitad del estadio previo. Por ello, procedieron de inmediato a re-equilibrar la situación con la escalada militar. No hay otra razón a la vista.
¿Cómo es posible que en un país con extraordinaria inflación, escasez (siempre selectiva) de productos alimenticios y de salud de uso cotidiano (falta leche, pero no las cremas de leche, ni yogures, ni queso, que se venden sin regulación), colas por todos lados (en servicios públicos y privados), criminalidad común desatada y fallas en los servicios públicos administrados por el gobierno (como la electricidad, la distribución de gas y gasolina y de productos derivados del petróleo), la oposición pierda hasta la mitad de su empuje electoral?.
Se podría explicar por una combinación de circunstancias y un efecto sistémico. Para muchos es evidente la conexión entre los problemas y sus causantes. Para otros quizás no es tan evidente, pero están disfrutando de las ventajas de la cultura rentista del país. Por ejemplo, quienes controlan sus salarios o tienen propiedades cuya renta explotan, no sufren la inflación, pues se ajustan constantemente a los nuevos niveles y hasta pueden aprovechar las nuevas oportunidades de ganancia fácil que surgen por doquier. Así que no ven la necesidad de cambiar. Qué importa que el bolívar valga menos, si todo lo indizan al dólar.
El gobierno venezolano, no obstante, debería asumir que se trata de una situación de equilibrio muy inestable. Otro efecto sistémico puede jugar en su contra. Al elevar la amenaza de intervención militar aumentará la entropía del sistema. Esto significa que la sensación de pobreza2 y caos aumentará y podría confirmar el discurso opositor de que los Chavistas no somos buenos para el país, mejorando aquellos alicaídos chances electorales. Incluso ya han podido, los opositores, justificar la escalada militar gringa con el muy colonizado argumento de que los norteamericanos tienen razón de estar preocupados por el desorden chavista, puesto que amenaza el suministro de petroleo disciplinado y regular que ha mantenido Venezuela hacia los EEUU durante casi 80 años, incluyendo los 15 con el Comandante Chávez al frente (y que solo fue afectado cuando los mismos opositores intentaron el bloqueo petrolero entre 2002 y 2003).
100* 0 . 7 + 85*0.40 + 15 *0.001 = 104.02 >=100
Los gobernantes chavistas deben restaurar el orden y equilibrar la economía de una buena vez con medidas menos cándidas que las que han tomado, como la regulación total en salud y alimentación.
Es, entre todas las otras cosas, una guerra psicológica. Un gigantesco esfuerzo mediático por conquistar la mente de la mayoría que ha favorecido a la revolución en 18 de 19 consultas en 16 años. Pero está a punto de convertirse en una guerra total seguida de una ocupación sutil, disfrazada de democracia, y la captura absoluta de recursos que los venezolanos hemos mostrado querer compartir, sobretodo con quien menos tienen, pero a cuya soberanía no renunciaremos.¡Que Dios cuide a nuestros hijos e hijas!. Solo podemos decir:#ObamaDerogaYA
La ventaja chavista, gracias a la revolución bolivariana y a nuestro diseño constitucional, pero también a la torpeza de la política exterior de los gobiernos de Bush y Obama, es exactamente igual a la desventaja imperial. Es el Imperio el que lo ha convertido en un juego de suma cero: si ellos gana, los otros pierden, y viceversa. Como siempre en capitalismo: someone has to pay and it is not me.
Así que cualquier ventaja chavista, así simple y con todos sus problemas (no tenemos que estar conformes con todo lo que tenemos antes de rechazar la garra imperial), es una gigantesca ventaja para la República Bolivariana y para la Patria Grande Latinoamericana.
1http://es.wikipedia.org/wiki/
2http://www.aporrea.org/
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