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La verdad sobre los disturbios en la ULA

Fuentes: Rebelión

Cualquiera de nosotros que no haya estudiado en algún colegio privado tiene marcada experiencia -lo de marcada es literalmente cierto- en manifestaciones, alborotos, apedreos, molotov y demás yerbas. Los venezolanos sabemos de cabello porque es nuestra especialidad. ¡Dígalo ahí, Manuel San!. Lo que ha ocurrido en la ULA rompe con todos los esquemas. Ni el […]

Cualquiera de nosotros que no haya estudiado en algún colegio privado tiene marcada experiencia -lo de marcada es literalmente cierto- en manifestaciones, alborotos, apedreos, molotov y demás yerbas. Los venezolanos sabemos de cabello porque es nuestra especialidad. ¡Dígalo ahí, Manuel San!. Lo que ha ocurrido en la ULA rompe con todos los esquemas. Ni el plato ni los aliños son nuestros. Es una especie de papa exótica. Extraña. Ajena. Ni en los mejores momentos de la FCU de la UCV en manos de jóvenes revolucionarios con ínfulas tumba gobiernos se vio algo así.

Ayer, un grupo de organizados mercenarios, con más pinta y actitudes de paramilitares colombianos que de estudiantes, irrumpió en el centro de la Facultad de Humanidades, bien armados con pistolas de alta potencia y ametralladoras, rostros cubiertos por pasa montañas… ¿será la moda? ¿Dónde quedaron las franelas?, con radios de última tecnología, de esos «chísimos», disparando a discreción a la orden de ¿Dónde estás los chavistas para matarlos?. Igual se distribuyeron por toda Mérida en lugares estratégicos, en pequeños grupos, todos armados, e interconectados por el sistema de radio chísimo. ¿Se parece eso en algo a nuestras protestas?. Apelo a la memoria de todos mis compatriotas que de ese pabilo tienen un buen rollo.

¿Donde quedó la cuota romántica de clamor por la vida de un estudiante?. ¿Es de estudiante -de la ideología que sea-, semejante desprecio por la vida humana?. Estos «estudiantes» hirieron con cabillas (viejo recuerdo adeco), y a plomo limpio, a policías y guardias nacionales (dos gravemente heridos de bala en el pecho), más aún, según el testimonio de la propia víctima, una mujer policía, desarmada, fue perseguida hasta arrinconarla en una casa vacía, despojada brutalmente de sus ropas, manoseada, agredida, y para culminar… consideraron poco atractivo penetrarla con sus chísimos penes y salieron a buscar un palo de escoba para hacerlo, momento en el cual dejan a la dama con un solo vigilante y ella aprovecha para huir. ¿Habrase visto conducta más repugnante?. La misma víctima -mujer policía-, declaró que reconoce al máximo líder de estos «estudiantes» como quien disparó en el pecho contra su compañero. Nixon se llama esta joyita. Apropiado el nombrecito ¿no?.

La huella de una nueva forma de acción está clarita. Esto ni es casual ni responde al aplazamiento de las elecciones en la Universidad. La decisión -inoportuna del TSJ es sólo una rosa pintada de azul. Aquí hay más por debajo, por encima y por dentro. Aquí hay algo sumamente grave. Cuando ayer el secretario encargado de la ULA, Prof. Elías Méndez, declaró a las emisoras de radio y televisión que: «después de haber hecho una inspección al interior del Núcleo La Liria, he visto que los estudiantes sólo tienen un mortero», la indignación hizo presa de todos. Había muchas personas, Prof. Méndez, en la Facultad de Humanidades. ¡No sea mentiroso, prof. Méndez! El eco de los disparos resonaba provenientes de la avenida. Los guardias nacionales fueron heridos por disparos provenientes desde el interior de la Facultad.

Todo era confusión. Entraron por los dos accesos del núcleo con dos autobuses de la universidad, un grupo de personas, en bloque, megáfono en mano, radios «chísimos» para comunicarse entre ellos, con armas cortas y largas, pasamontañas y demás adornos tan estudiantiles. Destrozaron cristales, lámparas de la plaza de la facultad, lanzaron tiros, sacaron la basura de los cestos para hacer una fogata, amedrentaron a todos los presentes, estudiantes, empleados, profesores… lo hacían mientras gritaban, disparando, «¡¿dónde están los chavistas?!. ¡¡¡Que salgan para matarlos!!!. ¿Por qué tanto usted como el vicerrector declararon como lo hicieron? ¿Quién entregó los autobuses? ¿Están ustedes en este juego macabro? ¿Conocen las terribles consecuencias? ¿Hay ya contactos con los «maestros» paramilitares? ¿Qué pretenden? ¿Dónde estamos? ¿Qué clase de protesta estudiantil es esta? ¿Es esta una protesta espontánea? ¿Por qué no denuncian las autoridades universitarias estos hechos criminales? ¿Qué nexos hay entre ustedes y el canal Globoterror que estuvo toda la tarde presentando «expertos» que elogiaban la conducta heroica de ese delincuente de nombre Nixon?. Por si no lo saben, respetables secretario y rector encargados, esto es serio, muy serio.

Estos delincuentes que ustedes presentan a Venezuela (Globoterror de por medio) como héroes, estaban armados. Sí estaban armados y bien armados. Profesores, empleados y estudiantes sufrieron el horror de sus amenazas. Impotentes, los más determinados, apenas alcanzaron a gritarles «¡fuera balandros!». ¿Qué buscan, ustedes y los planificadores del plan, muertos? ¿Es eso? ¿Están conscientes?. Esto no es una manifestación más ni por lo «espontánea» ni por las herramientas para defenderse. No son estos delincuentes unos chamos que luchan por sus derechos. ¡No lo son! Estamos ante una novísima casta de facinerosos a quienes hay que ponerles coto a tiempo. La posibilidad de seguir siendo libres en nuestra querida alma mater está en riesgo. La paz en Venezuela, en toda Venezuela, también. La mano de los paramilitares está presente. ¿Conocen las consecuencias? ¡No sean irresponsables… carajo!