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La vergüenza de ser estadounidense…

Fuentes: Global Research

Traducido del inglés para Rebelión por Germán Leyens

El gobierno de EE.UU. ha sobreestimado la cantidad de vergüenza que él y los ciudadanos estadounidenses pueden aguantar. El 15 de febrero «el pueblo indispensable» tuvo que sufrir la hipocresía de que la secretaria de Estado de EE.UU. pronunciara un discurso sobre el compromiso de su país con la libertad de Internet mientras el Departamento de Justicia (sic) emprendía una acción inconstitucional contra Twitter para revelar cualquier conexión entre WikiLeaks y Bradley Manning, el héroe estadounidense que, obedeciendo el Código Militar de EE.UU., sacó a la luz crímenes de guerra del gobierno de EE.UU. y está encarcelado en condiciones despiadadas no permitidas por la Constitución de EE.UU. El corrupto gobierno de EE.UU. trata de crear un caso de «conspiración» contra Julian Assange a fin de castigarlo por revelar documentos gubernamentales que prueban más allá de toda duda la mendacidad de ese gobierno.

Es algo bastante malo, pero palidece en comparación con las implicaciones reveladas el 15 de febrero en el periódico británico, The Guardian. http://www.guardian.co.uk/world/2011/feb/15/curveball-iraqi-fantasist-cia-saddam

The Guardian obtuvo una entrevista con «Curveball», la fuente del discurso totalmente mentiroso de Colin Powell ante las Naciones Unidas sobre las Armas de Destrucción Masiva de Iraq. El discurso de Colin Powell preparó la escena para la invasión ilegal de Iraq por parte de EE.UU. The Guardian describe a «Curveball» como «el hombre que logró cometer el mayor timo en la historia de los servicios modernos de inteligencia». Como dice The Guardian», «Curveball», «fabricó un cuento de horror».

La «inteligencia» de EE.UU. nunca entrevistó a «Curveball.» Los estadounidenses iniciaron una guerra basada en información de segunda mano que les fue entregada por la incompetente inteligencia alemana, que se dejó engañar por las mentiras de «Curveball» en las que los servicios alemanes actuales no creen.

Como ahora sabe el mundo Sadam Hussein no tenía armas de destrucción masiva (ADM). El régimen Bush/Cheney, por supuesto, lo sabía, pero las mentiras de «Curveball» fueron útiles para sus intenciones ocultas. En su entrevista con The Guardian «Curveball», Rafid Ahmed Alwan al-Janabi, admitió que había inventado toda la historia. Quería dañar a Sadam Hussein y contó cualquier fantasía que pudo imaginar que sirviera su propósito.

Si el régimen Bush/Cheney hubiera creído realmente que Sadam Hussein tenía armas de destrucción masiva que amenazaban al mundo, habría sido un acto criminal concentrar la fuerza invasora de EE.UU. en una pequeña área de Kuwait donde unas pocas ADM podrían haber borrado del mapa a toda la fuerza invasora estadounidense, poniendo así fin a la guerra antes de que comenzara.

Algunos estadounidenses son tan irreflexivos que dirían que Sadam Hussein nunca hubiera utilizado las armas, porque habríamos hecho esto o aquello a Irak, incluso bombardeando Bagdad con armas nucleares. ¿Pero por qué le iba a importar a Sadam Hussein si él y su régimen ya estaban marcados para la muerte? ¿Por qué un hombre condenado iba a desistir de infligir una extraordinaria derrota a la superpotencia de EE.UU., alentando así a los árabes de todas partes? Además, si Sadam Hussein no estaba dispuesto a utilizar sus ADM contra una fuerza invasora, ¿cuándo iba a usarlas? Para el gobierno de EE.UUU. era obvio que esas armas no existían. Los inspectores de armas lo dejaron bien claro al régimen Bush/Cheney. No había ADM iraquíes y todo el gobierno de EE.UU. lo sabía.

¿Por qué entonces no hubo sorpresa o comentario en los medios «libres» ante el hecho de que la Casa Blanca acusase a Iraq de poseer terribles armas de destrucción masiva, pero no obstante concentró su fuerza de invasión en un área tan pequeña que esas armas podrían haber aniquilado fácilmente a la fuerza invasora?

¿Existe realmente la democracia en un país en el cual los medios son incompetentes y no se puede responsabilizar al gobierno que miente descaradamente cada vez que abre la boca?

«Curveball» representa un nuevo grado de inmoralidad. Rafid al-Janabi comparte la responsabilidad de un millón de muertos iraquíes, 4 millones de iraquíes desplazados, un país destruido, 4.754 soldados estadounidenses muertos, 40.000 soldados estadounidenses muertos y mutilados, 3 billones [millones de millones] de dólares de EE.UU. desperdiciados, de los que cada dólar es una carga de la deuda para la población estadounidense y una amenaza para el dólar como moneda de reserva, diez años de propaganda y mentiras sobre el terrorismo y conexiones con al-Qaida, una «guerra contra el terror» de EE.UU. que está destruyendo innumerables vidas en Afganistán, Pakistán, Yemen, Somalia, y que apunta a Irán, y ha destruido la Declaración de Derechos, la Constitución de EE.UU., y las libertades civiles que garantizan. Y el pedazo de mierda mentiroso, Rafid al-Janabi, se enorgullece de haber producido la caída de Sadam Hussein a un precio tan enorme.

Ahora, cuando Rafid al-Janabi ha sido puesto al descubierto por la entrevista del Guardian, ¿cómo está de seguro? Hay millones de iraquíes capaces de exterminarlo por sus sufrimientos, y decenas de miles de estadounidenses cuyas vidas han sido arruinadas por las mentiras de Rafid al-Janabi.

¿Por qué persigue el gobierno de EE.UU. a Julian Assange y a WikiLeaks por decir la verdad, cuando «Curveball», cuyas mentiras destruyeron a inmensas cantidades de personas junto con la reputación de EE.UU., piensa que puede formar un partido político en Iraq? Será un milagro si ese montón de mierda, Rafi al-Janabi, no es asesinado en cuanto aparezca en Iraq.

Así que sólo nos queda contemplar cómo un gobierno de EE.UU. totalmente incompetente ha causado enorme inestabilidad en sus Estados títeres en Medio Oriente, porque deseaba desesperadamente creer en la «inteligencia» defectuosa de Alemania de que un sinvergüenza suministró evidencia de que Sadam Hussein tenía Armas de Destrucción Masiva.

Y EE.UU. es una superpotencia, una nación indispensable.

¡Qué chiste!

© Copyright Paul Craig Roberts, Global Research, 2011

Paul Craig Roberts fue editor del Wall Street Journal y secretario adjunto del Tesoro en el gobierno de Ronald Reagan. Su último libro, How the Economy Was Lost, fue publicado recientemente por CounterPunch/AK Press. Se puede contactar con él en: [email protected]

Fuente: http://www.globalresearch.ca/index.php?context=va&aid=23237

rCR