Ante la cancelación de la deuda reclamada por el Fondo Monetario Internacional, por parte de los gobiernos de Brasil y Argentina, las organizaciones y campañas de Jubileo Sur en estos países manifestamos lo siguiente: 1.- Denunciamos que se cumple con el FMI, dejando de lado la gran deuda histórica, social y ecológica que se tiene […]
Ante la cancelación de la deuda reclamada por el Fondo Monetario Internacional, por parte de los gobiernos de Brasil y Argentina, las organizaciones y campañas de Jubileo Sur en estos países manifestamos lo siguiente:
1.- Denunciamos que se cumple con el FMI, dejando de lado la gran deuda histórica, social y ecológica que se tiene con nuestros pueblos, con los miles de campesinos que esperan ansiosos la tan mentada reforma agraria, con los pueblos originarios expulsados de sus tierras, con los niños y niñas que mueren cada día de hambre en los dos países de mayor producción alimenticia de América Latina, con los y las trabajadoras que sufren la precarización de sus empleos y sus salarios, con los millones de argentinos y brasileños que sobreviven en la miseria.
¿Cuándo se saldrá esta enorme deuda con nuestros pueblos? Mientras Argentina cancela, de un solo pago, los 9.810 millones de dólares reclamados por el FMI, miles de ahorristas, mayoritariamente jubilados, siguen dentro del corralito bancario sin poder tener acceso a los ahorros de toda su vida. Mientras en Brasil se dispone de 15.500 millones de dólares para pagar al Fondo, continúan las políticas de ajuste y reducción a los principales gastos e inversiones sociales.
2.-Rechazamos que la coordinación entre nuestros países se haya puesto al servicio del pago de deudas ilegítimas, inmorales, odiosas y ya pagadas, y con ello, de la profundización de la impunidad que goza el organismo contra el cual los mismos gobiernos, haciendo eco de los reclamos populares, han elevado fundadas críticas acerca de su corresponsabilidad en las crisis que se sucedieron en nuestros países. En Argentina, el Fondo concedió préstamos en plena crisis, violando su Carta Orgánica, primero con el blindaje que facilitó la fuga de capitales y luego para compensar a los bancos involucrados. Desde aquel 19 de diciembre de 2001, en medio de la crisis social más aguda de nuestra historia, se ha pagado al FMI más de 8.343 millones de dólares netos. Juntos, nuestros dos países contaban con considerable fuerza para cuestionar los pagos reclamados por el Fondo en vez de privilegiarlo entre todos los supuestos acreedores, tanto externos como internos. En cambio, esta decisión premia al FMI, dejándolo libre de culpa y cargo, mientras profundiza el incumplimiento de las obligaciones de nuestros gobiernos frente a los millones de compatriotas que sufren la violación cotidiana de sus derechos humanos económicos y sociales a través del empobrecimiento y la indigencia.
3.- Alertamos que el mismo Fondo Monetario Internacional es quien propicia la política de desendeudamiento que supuestamente traerá más autonomía y soberanía para nuestros países. Desde los inicios de la Administración Bush, opositora acérrima de los grandes préstamos de emergencia que se estilaron a fines de los años noventa y que dejaron al Fondo con un pasivo peligrosamente alto y concentrado en cuatro países, ha ganado prioridad dentro del organismo la necesidad de recuperar su solvencia y por ende, capacidad de actuar, por medio del cobro riguroso y en la medida posible anticipado, de las grandes deudas pendientes. A mediados de julio de 2005, el propio Fondo le planteó a Argentina que debía pagarle su deuda con reservas del Banco Central. Así, la decisión tomada por los dos gobiernos, complementando la cancelación que realizó Rusia a fines de 2004, contribuye a cerrar el círculo del desendeudamiento motorizado por el FMI. El último de los grandes deudores del Fondo, Turquía, está pagando puntualmente y se encamina también a cancelar su deuda. Por eso las felicitaciones de Rodrigo de Rato, director gerente del FMI, no se hicieron esperar. ‘Nos complace la decisión de Brasil’ afirmó primero, para agregar categóricamente que la ‘gestión política acumulada por las autoridades ha proporcionado la base para la confianza de los mercados y Argentina debería seguir el ejemplo’. Dos días después, Argentina cumplió.
4.-Cuestionamos el argumento de que nuestros países ganarán grados de libertad en el diseño de sus políticas económicas, sobre todo cuando los mismos gobiernos continúan sus políticas de endeudamiento en los mercados financieros y con otros organismos como el Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo. El visto bueno del Fondo sigue siendo un requisito para esas transacciones. Asimismo, mientras los dos países continúen integrando el FMI, permanecerán sujetos a sus políticas de supervisión y control. Es por lo menos curioso, además, que dos gobiernos que desde hace dos años se han jactado públicamente de la independencia de sus decisiones frente a los condicionamientos impuestos por el Fondo, ahora destacan como lo más importante de su decisión el haber recuperado esa misma independencia. ¿Tendríamos que haberles creído entonces? ¿o ahora?
5.-Rechazamos también por ser cuando menos engañosa, la afirmación que esta quita significa una reducción del pago de intereses, porque nuestros países, al mismo tiempo que pagan al FMI, con intereses del 4 a 6% anual, toman préstamos en el mercado internacional a tasas de interés cercanas o mayores al 10%, y aún fluctuantes. De hecho si de ahorrar se trata, sería más sensato cancelar las deudas que conllevan mayores tasas de interés que las cobradas por el Fondo, como planteó el Premio Nobel de Economía Joseph Stiglitz en su visita a la región unos meses atrás.
6.- Señalamos que estas decisiones presidenciales afectan la soberanía y la construcción democrática de nuestros países, al actuar en forma unilateral e inconsulta, desconociendo las responsabilidades constitucionales de los Parlamentos así como también, la participación y control de la ciudadanía. En el caso de Argentina, se pasa por encima del fallo de la Justicia Federal en la Causa Alejandro Olmos, que sustanció la fraudulencia de la Deuda Externa y la giró al Congreso Nacional para que éste se haga cargo de gestionar la deuda e identificar y sancionar a los responsables de su criminal acumulación. En Brasil, se viola la obligación constitucional del Parlamento de realizar una Auditoría de la Deuda. Asimismo se desoye la voluntad popular que en varias oportunidades se ha pronunciado sobre estos temas. En septiembre de 2000, se llevó adelante en Brasil el Plebiscito Popular sobre la Deuda Externa, donde más de 6.000.000 de brasileños se pronunciaron por romper el acuerdo con el FMI y NO continuar pagando la deuda sin la realización de una Auditoría. En Argentina, en noviembre de 2003, las 2.300.000 personas que participaron en la Consulta Popular sobre el ALCA, la Deuda y la Militarización, también se manifestaron abrumadoramente por el NO pago de la Deuda Externa.
7.- Por lo tanto reclamamos a nuestros gobiernos, con los Parlamentos respectivos y la amplia participación y control ciudadano, que realicen una Auditoría integral antes de continuar pagando lo que se nos reclama, para establecer con transparencia y fundamentos, quiénes realmente deben a quienes. Durante la reciente III Cumbre de los Pueblos en Mar del Plata, así como en la II Asamblea Global de Jubileo Sur realizada en setiembre, en La Habana, los miles de participantes de todo el continente reafirmamos que uno de los ejes centrales para la construcción de alternativas de Vida y Soberanía es el reconocimiento de que somos Nosotros, los pueblos, los verdaderos acreedores, y que NO pagamos porque NO debemos. Una Auditoría integral, no sólo de las deudas financieras, sino también de las enormes deudas sociales, históricas y ecológicas que se adeudan a los pueblos de Brasil y de Argentina, mostraría con fuerza cuáles son las deudas que tendrían que ser canceladas con prioridad y urgencia, incluyendo los pagos de más al Fondo Monetario Internacional que el mismo tendría que restituir y reparar.
8.- Convocamos asimismo a las organizaciones y movimientos de nuestros países, a la ciudadanía en general, a unirse a estas demandas, estimulando el debate y la movilización y colaborando en la investigación, la denuncia y la organización para construir alternativas de justicia.
¡Si a la vida, no a la deuda!
¡No pagamos porque nos debemos!
¡Somos nosotros los acreedores!
Argentina – Brasil, 19 de diciembre de 2005
– Adolfo Pérez Esquivel, Premio Nobel de la Paz ‘ Fundación Servicio Paz y Justicia
– Nora Cortiñas, Madre de Plaza de Mayo, Línea Fundadora
– Beverly Keene, Coordinadora Jubileo Sur/Américas
– Rvdo. Angel Furlan, Iglesia Evangélica Luterana Unida
– Rvdo. Juan Pedro Schaad, Iglesia Evangélica del Río de la Plata
– Hna. María Bassa, Confederación Argentina de Religiosos y Religiosas
– Rina Bertaccini, Secretaria General Movimiento por la Paz, la Soberanía y la Solidaridad entre los Pueblos
– Auditoría Ciudadana de la Deuda Brasil
– Campaña Jubileo Sur Brasil
– Diálogo 2000 – Argentina
– Programa de Incidencia sobre Deuda Externa Ilegítima (Federación Luterana Mundial)
– Red Brasil sobre las Instituciones Financieras Internacionales