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Palabras del secretario general del Partido Comunista Ruso en el aniversario del nacimiento de Lenin

La vida demuestra lo justa que era la causa de Lenin

Fuentes: Pravda

Traducido del ruso para Rebelión por Josafat S.Comín

En este luminoso y soleado día, les quiero felicitar con motivo del aniversario del nacimiento de Vladimir Ilich Lenin, una persona con una mente preclara y grandes ideas –dijo el Presidente del CC del PCFR, dirigiéndose a los numerosos medios de comunicación y moscovitas, tras la ceremonia de ofrenda de una corona de flores, frente al Mausoleo de Lenin en la plaza Roja– Son las ideas más geniales del siglo XX. Hoy el país agoniza, solo porque los actuales gobernantes, renegaron del socialismo, la justicia y la soberanía popular, que formaban parte indisoluble de la vida del pueblo soviético.

¿Qué tenemos como resultado? –continuó Ziuganov– Todas las acciones del actual régimen parecen dirigidas al saqueo de los ciudadanos: la reventa de la propiedad estatal, la supresión de las ventajas sociales, que han dejado sin medios de vida a 103 millones de habitantes del país. Todo esto no hace si no reafirmarnos en nuestras convicciones y nos ayuda a comprender hasta que punto eran justas las ideas a las que sirvieron Lenin y el Poder Soviético.

El gobierno en los últimos años, también se las ha arreglado de maravilla en el intento de privatizar las fiestas nacionales y convertirlas en algo chabacano. La emprendieron a golpes con los trabajadores en la celebración del 1º de mayo y con los veteranos de guerra que acudieron el 23 de febrero (día de las fuerzas armadas. Se celebra la creación del Ejercito Rojo. N de la T.) a rendir tributo a la tumba del soldado desconocido. Ahora se han atrevido a levantar la mano contra la celebración del Gran Octubre, aprobando su supresión en la Duma como fiesta nacional. Pero todo esto es en vano.

A aquellos que osan insultar la memoria de sus padres y abuelos, no les perdonará ni la actual generación, ni las futuras, ni la historia, ni el «Todopoderoso»…

Con motivo de la posible prohibición de la celebración de la manifestación de la oposición, en honor del día de la Victoria sobre el fascismo, me he dirigido oficialmente por escrito al Sr. Putin y a los ministros del interior y defensa, –respondió Ziuganov a la pregunta del planeado «cierre de la capital» para el 9 de mayo– En la solicitud para celebrar la marcha, por el mismo recorrido que siguieron nuestros padres, han puesto su firma 22 importantes organizaciones y movimientos políticos. Cada año hemos celebrado el día de la Victoria, atravesando las mismas avenidas por las que desfilaron los milicianos de Moscú, nuestros combatientes victoriosos: desde la estación Bielorrussky, pasando por la principal avenida del país, hasta la plaza Roja.

Este año, no va a ser distinto. El 9 de mayo de 2005 nadie impedirá que la gente siga ese mismo recorrido, para demostrar a todos, que los descendientes de aquellos combatientes, no olvidan aquella gloriosa victoria.

Consideramos –subrayó Ziuganov– que la intención de impedirnos el acceso al centro de Moscú en un día como este, no es otra cosa que una provocación. Es algo sencillamente inaceptable. Algo criminal. Exigimos que rectifiquen, que ni siquiera lo intenten.

Sea como sea, junto a la estación Bielorrussky, se congregarán decenas de miles de personas. Nadie les puede negar el derecho a marchar por la principal arteria del país y mostrar sus opiniones, su sentimiento hacia la Victoria, y ante lo que acontece en la Rusia actual.

En el Kremlin y en la alcaldía nos han respondido que «lo estudiarán» –informó Ziuganov– aunque el problema tiene fácil solución. Proponemos separar las celebraciones oficiales y la marcha de la oposición. Aquí en la plaza Roja, tendrán lugar de 9 a 11, los actos oficiales a los que asistirán numerosos jefes de estado. Comprendemos las necesidades de protocolo y las exigencias de seguridad.

Estamos dispuestos a reunirnos más tarde, a las 11’30h junto a la Bielorrussky y seguir el camino de nuestros padres, sin cruzarnos con nadie. Es una propuesta más que razonable, e insistimos en que debe ser aceptada. Nosotros respondemos por la seguridad de la marcha.

Cuantas veces los comunistas y demás fuerzas patrióticas hemos celebrados manifestaciones donde han participado 100 y 200 mil personas, sin incidentes, sin romper escaparates ni volcar coches. –señaló Ziuganov– Simplemente ocurre que los provocadores vuelven a intentar acabar con el 9 de mayo.

Que sepan que nadie les perdonará. Por eso nuevamente les advertimos: cuídense señores, con el pueblo no se juega. Menos aún con el pueblo vencedor el día de la Victoria.

Los representantes de los medios asediaron a Ziuganov con preguntas sobre las últimas declaraciones de la secretaria de Estado de los EE.UU, Condoleezza Rice, después de su encuentro con la dirigencia rusa.

Sobre la última invitada de Putin, C. Rice, Ziuganov dijo: Ha venido a imponer su orden tejano. Nada nuevo. Lo curioso es que, según lo veo yo, la Secretaria de Estado, por primera vez, de una forma clara, como se dirige el amo al criado, le ha indicado a Putin que no espere aspirar a un tercer mandato. Por lo visto, los americanos apuestan ya por otras candidaturas. Ya veremos como reacciona Putin ante esto.

Los intentos de los EE.UU de supervisar incluso nuestros arsenales nucleares son absolutamente inaceptables –afirmó categóricamente el presidente del CC del PCFR- por que la principal prioridad de cualquier estado es garantizar la seguridad nacional y la integridad territorial.

El escudo nuclear fue creado por dos generaciones de nuestros compatriotas. Supuso un esfuerzo económico incalculable. Ingenieros, científicos, constructores, pusieron en ello todos sus conocimientos y su talento. Nuestro escudo militar nuclear, continúa siendo hoy día una garantía de seguridad absoluta, para todo el planeta. Así que los intentos de los señores de la guerra de EE.UU. de romper ese escudo, representan la ruptura del equilibrio elemental de las fuerzas mundiales y la liquidación de la soberanía de la Federación Rusa.

Para Putin, una capitulación como esa, significaría su muerte política. Ninguna nación podría aceptar que sus arsenales nucleares fuesen controlados por coroneles y generales foráneos.

Confío en que nuestro gobierno, no acabe cometiendo semejante error estratégico, o más exactamente, una traición de ese calibre.