El miércoles de la próxima semana se cumplen diez años del golpe de Estado que sacó del poder a Hugo Chávez por 48 horas ¿Y qué fue lo que hizo la derecha y los militares? ¿qué fue lo que hicieron los medios de comunicación? ¿qué fue lo que hicieron algunos periodistas? Valga recordarlo estos días. […]
El miércoles de la próxima semana se cumplen diez años del golpe de Estado que sacó del poder a Hugo Chávez por 48 horas ¿Y qué fue lo que hizo la derecha y los militares? ¿qué fue lo que hicieron los medios de comunicación? ¿qué fue lo que hicieron algunos periodistas? Valga recordarlo estos días.
El 11 de abril de 2002 se dio un golpe de Estado en Venezuela en el que participaron militares y medios de comunicación y hay detalles gruesos que no debemos olvidar. No debemos olvidar aquel video donde militares golpistas «pronosticaron» unas muertes antes de que los francotiradores accionaran los gatillos.
No debemos olvidar que cuando el Presidente dio un mensaje en cadena nacional, los medios de comunicación «partieron» la pantalla en dos y la otra mitad de las imágenes tenía como fin provocar en la gente un sentimiento de odio contra el Presidente, responsabilizándolo de las muertes anunciadas por los militares golpistas.
No debemos olvidar que consumado el golpe, una vez hecho preso a Chávez, los medios de comunicación audiovisuales privados le negaron al pueblo venezolano el derecho a estar informados veraz y oportunamente. Se «encadenaron» trasmitiendo películas para niños y niñas y ocultaron la revuelta popular en apoyo al primer mandatario.
No debemos olvidar que a aquel «Se acabó», titular a ocho columnas del diario El Universal del día 12, le siguió la «legitimación» por parte de medios y partidos políticos del decreto del dictador Carmona donde se eliminaron los poderes públicos y la República de Venezuela dejó de ser bolivariana.
Valga recordarlo en estos días cuando la muerte de venezolanos a manos del hampa es utilizada por políticos opositores y medios de comunicación privados sin misericordia o respeto con el dolor de amigos y familiares. Valga recordarlo en estos días, cuando periodistas y dueños de medios privados justifican la utilización del dolor ajeno con el falaz y despreciable argumento de que «los venezolanos se den cuenta de que nos están matando por culpechávez».
Valga recordarlo estos días cuando se planifica una campaña comunicacional para hacerle creer a la gente que está tomando merengada de pupú con cloro.
Valga recordarlo estos días cuando el candidato presidencial de la derecha no cuaja, no prende y eso hace que ya se pueda escribir el guion de una derrota anunciada. Pesadilla opositora. La película. Una producción de la MUD.
Valga recordar entonces, en estos días, que son los mismos medios de comunicación de hace diez años. Valga recordar lo mala consejera que es la desesperación que hace que la oposición y medios privados exploten infaustos acontecimientos y busquen crear un estado de conmoción que ayude a Capriles a remontar una cuesta para la que necesita más entrenamiento. El problema es que ya no hay tiempo para reforzarle esas batatas. Ni que use esteroides anabólicos.