Donde no parece hay discusiones económicas alternativas de desarrollo económico en América Latina. Más en América del Sur que en otras latitudes pero están en curso de una forma o de otra. Hay esencialmente dos canteras teóricas circulando en América latina hasta ahora. Una primera que se podría denominar la cantera del conocimiento que parte […]
Donde no parece hay discusiones económicas alternativas de desarrollo económico en América Latina. Más en América del Sur que en otras latitudes pero están en curso de una forma o de otra. Hay esencialmente dos canteras teóricas circulando en América latina hasta ahora. Una primera que se podría denominar la cantera del conocimiento que parte del principio de que estamos en la era del conocimiento y que la utilización de este conocimiento en la agregación de valor a los bienes y servicios puede ser un motor de desarrollo sostenido. Detrás de esto estarían Jorge Katz y Carlota Pérez, esencialmente, aunque este es un punto sobre el cual hay que reflexionar y elaborar mucho más.
Al otro lado estarían los, llamémosles «populistas» que no son propiamente una escuela ni una corriente teórica sino que desde una práctica política real de redistribución del ingreso han logrado hacer crecer sus economías, reducir la pobreza, y amortiguar el efecto de la crisis internacional que de hecho no se observa aún en América latina salvo por el efecto inflacionario. Allí están los gobiernos de Bolivia, Argentina, Brasil y Venezuela con el recién llegado Ecuador que está intentando hacer esto. Estos tienen un componente de expansión de la demanda interna bastante sustantivo que impacta sobre los precios de los alimentos y la escasez de algunos productos que no producen. Estos no están pensando en el desarrollo futuro sino en cómo reponer los 25 años perdidos desde 1981 y como se hace para retornar a los niveles de ingresos por habitante de la década del 70, cuando llegó a su punto más alto. Estos y los primeros tienen en común una preocupación por la actuación del Estado y la urgencia de mayores ingresos fiscales para poder alimentar el crecimiento liderado por el gasto público que en realidad ahora es parcialmente subsidio al consumo.
Hay un tercer grupo, que, tentativamente, los llamaría la escuela asiática de Cambridge que es un grupo de post keynesianos que han reflexionado sobre lo que se ha hecho en Asia en las últimas décadas y más aún, sobre los impedimentos que ha puesto Occidente al desarrollo económico sea a través del FMI, del BM, de la OMC o la suma de todos. En este grupo están Jomo K.S. con The Misunderstood Asian Miracle, Jong-Ho Chang con The Bad Samaritans, Ajit Singh, con Jayayit y de alguna manera, los trabajos de Walden Bello que tiene un sesgo más político que económico estricto sensu. Una preocupación de ellos es el contrabando que del desarrollo asiático se està haciendo en occidente, como si fuera bajo los lineamientos ortodoxos. Por ejemplo The World is Flat de Thomas Friedman. Todos ellos concurren en indicar que el alto crecimiento asiático es posible porque hay política industrial, intervención pública en la inversión, regulaciones, protección del mercado en algunas etapas, y un proceso de acumulación de conocimientos. Asia se desarrolló en esta visión con mucho ahorro interno que sale de altos impuestos, un nivel de protección a las industrias jóvenes y mucha inversión en educación. El común denominador de los asiáticos es la falta de recursos naturales lo que los ha obligado a echar mano a su única fuente real de riqueza: el tamaño de su mercado, la calidad de su fuerza de trabajo y la capacidad de innovación.
Emparentan los trabajos de los grupos conceptuales darle importancia al conocimiento y a la cultura. Su único capital es la fuerza de trabajo. Quizás en América latina el único país en esta pista sea Cuba que no ha sido reflexionado ni estudiado adecuadamente a partir de los cambios de los años 90 pero que tiene tasas sostenidas de crecimiento desde hace más de una década y media de màs de 8% , según CEPAL.
Hay otro grupo que trabaja temas de integración económica y financiera y que no está coordinado con el anterior. En este grupo estarían Arestis y de Paula con su trabajo sobre South American Monetary Union que va en busca de una moneda única para la ampliación del mercado sumado de Brasil y Argentina con una sola política monetaria. Es un primer intento en esa dirección. Otro es el esquema presentado en la Genealogía de la Arquitectura Financiera Internacional de Ugarteche cuyo último capítulo revisa los esquemas en marcha en Asia, África, Medio Oriente, Europa, y América del Sur en la búsqueda de desvincular las economías del dólar y fortalecer el mercado interno ampliado regionalmente. En esta escuela está Bárbara Fritz de la Universidad Libre de Berlín.
Finalmente como núcleo teórico esta Joan Martínez Allier y el grupo en torno a la revista Ecología Política de Barcelona, del Instituto de Ecología Política de Santiago de Chile y la Red Iberoamericana de Economía Ecológica, REDIBEC, que manejan el concepto de la deuda ecológica e ingresan en la noción del desarrollo al tratar de impulsar un desarrollo que respete y conserve el entornó visto el calentamiento global y el daño acumulado en los quinientos años de historia colonial. Este grupo, por el momento, es el más alternativo de todos al salirse de los patrones convencionales de análisis económico y plantear el desarrollo desde la conservación y recuperación de la naturaleza. Lo interesante de este grupo, que no está articulado, es que busca en muchos casos la compensación por los daños ocurridos al ambiente en el pasado referido por algunos como la deuda colonial.
Finalmente, en líneas generales, la ortodoxia y las instituciones multilaterales que le dieron fuerza y poder político, está de salida. El FMI ha terminado sus funciones y si bien aún no cesa su existencia está camino de reducirse de forma importante como resultado de la frustración global de los gobiernos y las sociedades con sus recomendaciones de políticas y ante la pérdida de credibilidad, legitimidad y recursos que ha sufrido tras las crisis de Asia, Rusia, Argentina y sobre todo su paralizas ante el deterioro de la economía de Estados Unidos y la irrelevancia ante la inmensa crisis estadounidense cuyo síntoma son hipotecas de mala calidad impagas por 1 billón de dólares que es más que el PBI de Brasil y México sumados. La cartera del FMI se ha reducido en el 2007 a un tercio de lo que fue en el año 2003. El Banco Mundial, de su parte, que jugó el papel de partido político que ponía las ideas, la agenda política, los técnicos y producía los préstamos para pagarles a estos – y que tuvo un papel tan importante en la dictadura peruana de Alberto Fujimori- igualmente ha resentido sus condicionamientos crecientes y múltiples de forma que los clientes, que son gobiernos, han optado por no pedir prestado allí y antes bien devolverles su dinero. Su cartera se redujo en 40% entre 1996 y 2006. Con su debilitamiento y con el auge asiático hay la nueva conciencia en construcción de que el mercado puro y duro no es el camino del desarrollo justo, distributivo y ecológicamente sustentable.
Lo que sabemos después de 25 años de políticas ortodoxas en América latina es que las exportaciones han crecido, los salarios no lo han hecho, la tasa de formación bruta de capital está estancada, hay presiones tributarias modestas, con mayor concentración del ingreso, y se ha creado la conciencia de que la privatización significó el traslado de activos del Estado sobre todo a empresas trasnacionales pero no con una mejora de servicios sino con el encarecimiento de los mismos. TELMEX de México con las tarifas más altas de América latina y con una calidad de servicio espeluznante, como en general son los servicios privatizados en México,es un caso de esto. Los bancos comerciales que cobran comisiones obscenas y tasas de interés varias veces la internacional, que han sido rescatados en todas partes una o dos veces, es otro. La tendencia actual, por lo tanto, ha sido recuperar el control accionario de las empresas privatizadas que generan altos ingresos, en casi todos los países. Esta es la base de la altísima tasa de crecimiento económico de Bolivia no obstante los intentos de desestabilización estadounidenses, por ejemplo.
En curso, para dar vida a las nuevas ideas de desarrollo, está el Banco del Sur del que son signatarios ocho de los diez países sudamericanos, la unidad de cuentas sudamericana lanzada inicialmente por Alan García en Quito en enero del 2007, y que fuera mencionada en la declaración de Quito de mayo del 2007 y bautizada por Evo Morales como la «Pacha». Hay en curso una dinámica de integración sudamericana en los planos económicos, financiero, político y militar inédito, con algunos gobiernos menos interesados que otros pero al final todos pensando que mejor es la actuación en el plano global del conjunto que la actuación singular. El enemigo de este proceso es G. W. Bush quien, afortunadamente, tiene pocos meses más de gobierno antes de pasar al basurero de la historia.
– Oscar Ugarteche, economista peruano, trabaja en el Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM, México, e integra la Red Latinoamericana de Deuda, Desarrollo y Derechos (Latindadd). Es presidente de ALAI