No sé de los efectos que haya tenido el anuncio del canciller Nicolás Maduro solicitando el derecho a réplica de tres diarios de EEUU, España e Italia que publicaron informaciones inexactas, falsas, sobre Venezuela, repetidas por agencias y luego destacadas por diarios latinoamericanos. Cree el Canciller que se trata de una campaña promovida por los […]
No sé de los efectos que haya tenido el anuncio del canciller Nicolás Maduro solicitando el derecho a réplica de tres diarios de EEUU, España e Italia que publicaron informaciones inexactas, falsas, sobre Venezuela, repetidas por agencias y luego destacadas por diarios latinoamericanos. Cree el Canciller que se trata de una campaña promovida por los restos del gobierno Bush, lo que haría pensar que una vez que en enero lo reemplace Obama Barack, esa campaña podría cesar. Ojalá tenga razón.
Pero la política editorial de la mayoría de la llamada «gran prensa» es muy coherente en el tratamiento de Venezuela como noticia y de los procesos similares, aunque a ritmos distintos y unos más radicales que otros, que se desarrollan en la región. Sus páginas y espacios, cuando se trata de TV, están abiertos para todo aquello que los desfigure, desacredite, confunda.
El domingo pasado comenté uno de los hechos de la política regional más trascendentes, como fue la creación de un organismos que inevitablemente reemplazará a la OEA, la conformación del Consejo de Defensa Suramericano y el ingreso de Cuba al Grupo de Río. Esas cumbres de 31 jefes de Estado terminaron el miércoles, ¿y cuál creen ustedes que pudo ser el tratamiento noticioso de estos hechos en las primeras páginas de las ediciones del jueves 18? Tuve el cuidado de mirar las de 19 diarios de países latinoamericanos y tres españoles. Clarín, La Nación y Página 12 (Argentina), O Globo (Brasil), El Espectador, El Colombiano y La República (Colombia); Granma (Cuba); El Mercurio, La Nación y La Tercera (Chile); La Hora (Ecuador); El Universal, Excelsior y La Jornada (México); El Comercio (Perú), El País y El Observador (Uruguay); La Prensa, de Honduras; El País, El Mundo y ABC (España).
Ninguno de los tres españoles, no obstante su esfuerzos por sentirse hispanoamericanos, tuvo un solo título o anuncio en primera página en los días 17, 18 y 19. Sencillamente, tales acontecimientos fueron ignorados en portada, no eran noticia, no les interesaba a los españoles.
Vean lo que sucedió con los diarios latinoamericanos. Con la excepción de Granma y Página 12, que los valoraron en sus portadas, y los mexicanos, que pusieron el acento en el presidente Calderón, en los otros 14 fueron ignoradas esas noticias. Para el brasileño O Globo y el chileno La Tercera, ¡lo más noticioso de estas tres cumbres fueron las fotos en traje de baño de la presidenta Bachelet! Esa es una muestra de cómo la «gran prensa», manipula la información, escamotea la verdad, deforma o ignora hechos como las reuniones y conclusiones de las cumbres de 31 jefes de Estado de la región en tanto estén reñidos con sus intereses, los de potencias extranjeras y el poder económico.
Ojalá Maduro hubiese tenido razón, y su réplica no sólo sea publicada en los tres diarios que la originaron, sino que igualmente hubiese sido rebotada y difundida por los mismos periódicos que la multiplicaron en sus primeras páginas.