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Las desigualdades económicas en México

Fuentes: Rebelión

Contrariamente a lo que algunos especialistas auguraban para el año 2106, la economía mexicana no ha crecido lo esperado, solo 2,5 % del Producto Interno Bruto (PIB), mientras que la pobreza y la desigualdad tomaron nuevos impulsos. El año 2017 se ha iniciado con mayores incertidumbres para los pobladores pues se decretó un denominado tarifazo […]

Contrariamente a lo que algunos especialistas auguraban para el año 2106, la economía mexicana no ha crecido lo esperado, solo 2,5 % del Producto Interno Bruto (PIB), mientras que la pobreza y la desigualdad tomaron nuevos impulsos.

El año 2017 se ha iniciado con mayores incertidumbres para los pobladores pues se decretó un denominado tarifazo en el combustible que eleva el precio de la gasolina entre 14 y 20 %. Ante esa medida, aumentará el valor de todos los productos, tanto del agro como de la industria lo cual será catastrófico para la gran mayoría pobre de la población.

Al analizar los datos, no solo se puede medir el PIB de la nación, sino lo que ha significado abrir al capital privado todos los sectores productivos y de servicio, como lo exige el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN).

El TLCAN acordado en 1994 entre México, Estados Unidos y Canadá, lejos de beneficiar al país azteca, le ha llevado a ser aun más dependiente económica y políticamente del gigante del norte.

Si en el año que entró en vigor el acuerdo, México según el Fondo Monetario Internacional (FMI), aparecía en el noveno lugar entre las naciones con mayor Producto Interno Bruto, hoy ese país se encuentra en el 15, después de sobrepasarlo Rusia, India, España, Australia y Corea del Sur.

Una de las pocas empresas estatales que aun quedan en el país es Petróleos Mexicanos (PEMEX) pues las compañías transnacionales con sede en diferentes países y en especial de Estados Unidos, se han adueñado de la economía, y en la práctica dirigen comercio, producción y servicio, a la par que extraen los beneficios obtenidos de la nación azteca.

Varios acápites del Tratado impiden a los mexicanos acudir a tribunales nacionales cuando se presenten diferencias, mientras en los internacionales las disputas son inapelables, las audiencias casi siempre son secretas y Estados Unidos puede ser demandado pero sin reclamos a los inversionistas. Además, cualquier gobierno que llegue al poder esta invalidado de promulgar leyes que atenten contra los intereses de esas compañías, so pena de tener que acudir a los tribunales.

Un reciente estudio de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) informó que el 54 % de los habitantes, unos 60 millones de personas, viven en situación de pobreza y el 10 % (unos 12 millones) en pobreza extrema.

El 48 % de las escuelas públicas carecen de acceso a drenaje, 31 % no tienen a agua potable, 12.8 % no cuenta con baños sanitarios y 11.2 % no poseen energía eléctrica. A lo que se suma que debido a la necesidad de ayudar económicamente a sus familiares, los niños trabajan a edades tempranas y no concurren a las aulas.

Las políticas neoliberales se hicieron más fuertes tras aprobar en diciembre de 1992 el ex presidente Carlos Salinas de Gortari el TLCAN, (entró en vigor en enero de 1994) y consecuentemente el hambre y la pobreza se convirtieron en males mayores de los aztecas, unido a la enorme violencia de los carteles de la droga que envían los estupefacientes hacia el país más consumidor del mundo: el vecino Estados Unidos.

Con el TLCAN se provocó que millones de campesinos, junto a sus familiares, abandonaran las tierras al no poder competir con la inundación de productos agrícolas y alimenticios provenientes de Canadá y Estados Unidos.

Los campesinos emigran en masa hacia las grandes ciudades donde les resulta sumamente difícil hallar trabajo y pasan a engrosar las filas de los vagabundos, o los más jóvenes tratan de cruzar las custodiadas fronteras norteamericanas en un vía crucis de inmigrantes clandestinos.

Con el gobierno actual, la situación ha empeorado ya que entre el 2012 y 2015, la pobreza abrazó a otros 2 000 000 de mexicanos.

En enero de 2014, el presidente Enrique Peña Nieto firmó la ley de reforma energética que abrió a las empresas extranjeras las grandes reservas petroleras del país con lo cual se cierra el cerco de privatizaciones y neoliberalismo iniciado con el TLCAN.

De esa forma, se eliminó el artículo 27 de la Constitución aprobado desde 1938 por el gobierno del presidente Lázaro Cárdenas que establece: «tratándose del petróleo… o de minerales radiactivos, no se otorgarán concesiones ni contratos, y la Nación llevará a cabo la explotación de esos productos».

Innegablemente que la decisión tomada por el actual Senado azteca, ha sido otro fuerte golpe a la soberanía e independencia de la nación.

Nuevamente con el denominado tarifazo, la situación económica de los mexicanos se deteriora aún más al elevarse todos los precios de la canasta básica, el transporte y los insumos.

Otro denigrante dato aportado por la Organización No Gubernamental Oxfan denuncia que el 1 % de la población concentra el 21 % de los ingresos totales del país, o sea, más de 3.4 billones de pesos (3.4 millones de millones).

Agrega la Organización que la suma de las fortunas de los cuatro mexicanos más ricos; Carlos Slim (77 000 millones de dólares), Alberto Bailleres (10 400 millones de dólares); Germán Larrea (13 900 millones de dólares) y Ricardo Salinas Pliego (8 000 millones de dólares), ascendió al 10,5 % del PIB en el 2015, mientras que en el 2002, representaban sólo el 2 % del PIB. En ese tiempo han aumentado su patrimonio en 480 %.

Con inequidades, pobreza y desaliento se fue el año 2016, y al parecer, el 2017 no traerá mejorías económicas para decenas de millones de mexicanos.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.