La República Bolivariana de Venezuela la integran 23 gobernaciones. En las elecciones del 28 de noviembre de 2008 fueron a votación 22 de ellas. En las elecciones de 2005 las fuerzas políticas aliadas del Presidente Chávez ganaron 21 de las 23 gobernaciones. De ahí que se indique que la oposición triunfó en dos de ellas. […]
La República Bolivariana de Venezuela la integran 23 gobernaciones. En las elecciones del 28 de noviembre de 2008 fueron a votación 22 de ellas. En las elecciones de 2005 las fuerzas políticas aliadas del Presidente Chávez ganaron 21 de las 23 gobernaciones. De ahí que se indique que la oposición triunfó en dos de ellas. Durante el año 2007, sin embargo, en dos de las gobernaciones ganadas por Chávez, sus gobernadores se pasaron a la oposición. Durante el 2008 ocurró otro evento similar, lo único que los dos gobernadores que se pasaron a la oposición lo hicieron después de ser expulsados del Partido Socialista Unificado de Venezuela. El PSUV sustituyó al ¨Movimiento Quinta República¨ y a otras organizaciones afines.
En esas elecciones comparecieron a las urnas el 65.45% de los 17 millones de electores. En ellas, la oposición al PSUV retuvo dos de las gobernaciones que desde el 2005 mantenía (Zulia y Nueva Esparta) y ganó en tres otras gobernaciones: Carabobo, Táchira y Miranda. El PSUV ganó los estados de Aragua y Sucre donde antes había ganado la oposición y retuvo el triunfo chavista en Guaricó, donde su gobernador había sido expulsado.
En la región del Orinoco, donde se encuentran los estados de Anzoategui, Barinas, Bolívar, Monagas y el Delta Amacuro, se encuetran los puntos económicos estratégicos más estratégicos de Venezuela. Allí se localizan los mayores recursos petroleros y las industrias básicas más importantes en la producción hidroeléctrica, aluminio, acero, hierro y petroquímicas. En estos estados ganó el PSUV.
Si bien se indica que el 43% de la población venezolana vive en los estados que entonces ganó por la oposición, lo cierto es que cuando uno compara los votos obtenidos por esa misma oposición durante el referéndum sobre reforma constitucional perdido por Chávez en diciembre de 2007, la oposición obtuvo en dichas elecciones cerca de 300 mil votos menos que los que obtuvo el NO en dicho referéndum. En las elecciones, de 2008, los votos obtenidos por el PSUV ascendieron a 5,508,000, lo que significó un incremento en el voto en favor de Chávez de 1,132,000 votos, lo que representó un incremento en los votos de un 25%. De hecho, en rigor es necesario aclarar que en todos los estados, Chávez y al PSUV obtuvieron un mayor número de votos con relación a la consulta de 2007.
En el caso de las alcaldías, el PSUV obtuvo el control en el 95% de ellas, obteniendo 4.1 millones de votos contra 1.3 en favor de la oposición, lo que establece una proporción de 76% contra 34%.
El próximo 7 de octubre el pueblo venezolano concurre una vez más a las urnas. Si bien se trata de la tercera ocasión en que Chávez disputa la presidencia de la República en unas elecciones, no debemos olvidar que bajo su mandato, se han llevado a cabo en Venezuela 13 consultas electorales previas, de las cuales el mandatario ha perdido solo una, la relacionada con las enmiendas a la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, la misma Constitución promulgada bajo su mandato. De prevalecer Chávez en los comicios, como se vaticina, juramentaría una vez más como Presidente constitucional seis años adicionales el 10 de enero de 2013.
En las próximas elecciones se enfrentan dos coaliciones: por un lado el Gran Polo Patriótico que respalda la candidatura del presidente Hugo Chávez Frías y la Mesa de Unidad Democrática que respalda al candidato de la derecha Henrique Capriles Radonski. La primera coalición la integran: el Partido Socialista Unido de Venezuela, Podemos, el PPT, la Unidad Popular Venezolana, el Movimiento Tupamaro, el MEP, el PSEV, la agrupación JOVEN y otras organizaciones sociales y políticas de izquierda del país. Por su parte, la Mesa de Unidad Democrática ha logrado integrar detrás de su candidato a un amplio grupo de organizaciones de la derecha política venezolana, la cual contradictoriamente, en ocasiones ha tenido que asumir parte del discurso político del presidente Chávez y su actual gobierno en el marco de los programas sociales impulsados como mecanismo de allegarse un poco a los sectores populares donde claramente domina el presidente Chávez.
De acuerdo con datos que nos proporciona Aram Aharonian en un reciente artículo titulado ¨Venezuela: Por las buenas…o por la malas también¨, durante el gobierno del presidente Chávez, la inversión en obras sociales ha aumentado ¨considerablemente¨ representando un 61%, lo que es 25 % más de lo que fue entre 196 y 1998. Evaluando la correlación de fuerzas entre Chávez y Capriles, el autor deja claramente establecido el triunfo de Chávez, aunque señala que uno de los objetivos de ambas coaliciones es su acercamiento al llamado sector medio de la población la cual se estima en aproximadamente un 13.55% o algo más de 4 de los 30 millones de la población del país. Con el propósito de ganar espacio en estos sectores, indica, Chávez ¨introdujo cambios en su campaña para acercarse a ella, rescatar lo que esta administración ha hecho por ella y diseñar ofertas para el futuro.¨
La proximidad del triunfo de Chávez se percibe en la manera en que la propia derecha venezolana ha estado creando desasosiego e inseguridad en la población mediante una campaña de miedo y terror, a la vez que promueve la inestabilidad en el país. Los recientes sucesos acaecidos vinculados con la explosión de varios tanques de petróleo en una de las refinerías más importante, la Refinería de Amuay, donde hubo un saldo de 40 muertos y donde aún al día de hoy se investigan sus verdaderas causas, es uno de estos incidente pre electorales que se suman en el discurso opositor. A este también se suma la campaña de los medios de comunicación, en su mayoría controlados por el capital, así como la de los medios internacionales puestos también al servicio del capital, cuyo único motivo ha sido destacar las cosas negativas del país y ocultar los grandes avances y transformaciones sociales de la Revolución.
Un componente importante de esta guerra mediática ha sido las campañas de encuestas sobre el resultado electoral donde cada día llamados ¨medios independientes¨ pretenden legitimar las posibilidades del candidato opositor minimizando el gran apoyo del presidente Chávez entre las mayorías reales de la población. Entre los encuestadores con mayor independencia de criterio dan por vencedor a Chávez por no menos del 10% de los votos, aunque también hay sectores que apuestan a un porciento sustancialmente mayor.
Una parte importante en el discurso de Chávez ha sido confrontar a los sectores más humildes, a aquellos que conforman la mayoría de la población, los beneficios a los cuales han podido acceder en materia de salud, educación, vivienda, alimentación, cuidado personal, transportación, etc. que nunca jamás hubieran podido acceder si la Revolución Bolivariana no hubiera vuelto su vista hacia estos sectores olvidados y menospreciados por décadas por la oligarquía. Los años de gobierno de Chávez también han dotado al pueblo venezolano de un autoestima casi extinguida durante décadas de gobiernos de alternancia como fueron los de Acción Democrática y el COPEI, que llevaron de manera conjunto al país a la ruina mientras políticos inescrupulosos se hacían de inmensas fortunas enviadas al extranjero mientras saqueaban los fondos de la República.
Dentro del marco de estas elecciones, las cuales se estarán llevando a cabo apenas un mes antes de las elecciones en Estados Unidos, también se escuchan del lado del candidato opositor las voces de políticos de la derecha estadounidense que no vacilarían un momento en incrementar su agresividad hacia el gobierno revolucionario venezolano de resultar electos ellos en dicho país.
El triunfo del presidente Hugo Chávez Frías en las elecciones presidenciales del próximo 7 de octubre constituye, para todos aquellos que nos sentimos solidarios con la Revolución Venezolana, no solo la reiteración de la esperanza en la posibilidad de alcanzar aquellas transformaciones esenciales para los pueblos de América Latina, sino también, un compromiso con sus conquistas y aspiraciones. Así lo sentimos, así lo esperamos, así lo celebraremos.
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