Las empresas envían 178.000 millones de euros al año a Holanda, Irlanda y Luxemburgo para evadir impuestos, y más de 287.000 millones fuera de la UE con el mismo fin.
Las grandes empresas envían fuera de la Unión Europea unos 287.000 millones de euros en beneficios empresariales al año para evadir impuestos. En total se calcula que las pérdidas fiscales de los estados son de más de 50.000 millones de euros. Un tercio de estos beneficios proceden de Alemania y casi otro tercio de Francia. Estos Estados de la UE ocupan, después de los EEUU, el segundo y tercer lugar en el ranking mundial de estados con más perdidas fiscales por transferencias de beneficios empresariales. En total se calcula que debido a la evasión de impuestos estos países pierdes una cuarta parte de los ingresos fiscales empresariales cada año.
Entre los Estados miembros de la UE determinados países también son empleados como “paraísos fiscales”. Hablamos de países como Holanda, el principal país receptos de beneficios empresariales, por valor de 134.000 millones de euros, más del 10% del PIB del país. Del sistema fiscal holandés se aprovechan multitud de multinacionales desde Ikea y Google, hasta Fiat, Ferrari, el Juventus, las grandes petroleras y los fabricantes de coches. Según el informe de 2020 del Índice de Secreto Financiero (FSI), Países Bajos es hogar de unas 15.000 “instituciones financieras especiales”, “el vínculo internacional entre las filiales de las corporaciones multinacionales en los países de origen y destino”. Es decir, lo que se conoce como empresas fantasma o buzón. El FSI estima que las corporaciones multinacionales de todo el mundo utilizan estas oficinas buzón para “redirigir” unos 4 billones de euros: unas diez veces el Producto Interior Bruto (PIB) de Países Bajos en ganancias corporativas anuales. Otros refugios fiscales en la UE son Irlanda, que recauda cinco veces menos que Holanda, y Luxemburgo, el cual recauda ocho veces menos.
Estas son las conclusiones de un estudio sobre fiscalidad europea elaborado por Petr Janský, de la Universidad de Praga y participante del proyecto de investigación CORPTAX, de la red Tax Justice. Los grandes empresarios del imperialismo europeo emplean todos los recursos a su alcance para evadir la mayor cantidad posible de impuestos. Los gobiernos de los distintos países de la UE no solo no combaten estas prácticas fiscales, sino que las favorecen dándoles cobertura legal, a pesar de las pérdidas que suponen para la recaudación de impuestos y a pesar del aumento de la deuda. Si bien en la década de 1970, las tasas de impuestos empresariales entre los países de la OCDE eran del 45% de media. Después de medio siglo de ofensiva neoliberal, la tasa impositiva media se ha desplomado al 25%.
Según el informe ’Profit Shifting of Multinational Corporations in the European Union: Evidence and Policy Reforms’: La transferencia de beneficios de las grandes empresas a paraísos fiscales alcanzan las cifras de 102.000 millones de dólares en el caso de Alemania (21.000 millones de dólares de pérdidas fiscales), de 91.000 millones de dólares en el caso de Francia (18.000 millones de dólares de pérdidas fiscales), 11.000 millones de dólares al año en el caso del Estado español (1.000 millones de dólares de pérdidas fiscales). Al mismo tiempo, algunos estados miembros de la UE, sobre todo Holanda (141.000 millones de dólares), Irlanda (28.000 millones de dólares) y Luxemburgo (18.000 millones de dólares), sirven como paraísos fiscales y permiten esta evasión de impuestos.
El informe recoge que “un total de 302.000 millones de dólares (287.000 millones de EUR) se trasladan fuera de la UE anualmente, mientras que 215.000 millones de dólares (204.000 millones de euros) se transfieren. El desequilibrio es aún más marcado cuando se expresa en los ingresos fiscales estimados: la UE está perdiendo 53.000 millones de dólares (50.000 millones de euros) mientras gana 12.000 millones de dólares (11.000 millones de euros)».
La situación continúa a pesar de la actual ralentización económica y de los millones de euros desembolsados por los gobiernos y por la UE para rescatar mediante medidas similares a los ERTE y medidas de estímulo económico a las grandes empresas. Mientras los niveles de deuda pública se disparan, las grandes empresas maximizan sus beneficios a costa del erario público.
Al mismo tiempo el número de multimillonarios se incrementa. Buena parte de las multinacionales, especialmente las tecnológicas, no sólo no han visto reducido sus beneficios durante la pandemia, sino que los han multiplicado. Microsoft y Facebook durante el 2020, incrementaron en un 44% y un 53% respectivamente, sus beneficios. Los beneficios de Amazon, por su parte, aumentaron en un 84%. Los ingresos de esta multinacional ascendieron a 386.000 millones de dólares. Prácticamente el PIB de Irlanda.
Un gran contraste entre el cada vez mayor empobrecimiento de los trabajadores y sectores populares, y el enriquecimiento de los empresarios que utilizan la evasión y otras artimañas fiscales como medio para maximizar la riqueza obtenida a base de explotación. Todo ello nutrido por la relación entre el poder de los Estados y los empresaros.