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China

Las grandes firmas estatales reducen su tamaño y elevan su competitividad

Fuentes: Argenpress

Las empresas estatales chinas concluyen un año de prosperidad. Las previsiones apuntan a que sus beneficios anuales se elevarán en 2007 un 30 por ciento para alcanzar el billón de yuanes (135.800 millones de dólares). No obstante, es evidente que muchas de ellas aún tienen un largo camino para lograr competitividad internacional. China cuenta en […]

Las empresas estatales chinas concluyen un año de prosperidad. Las previsiones apuntan a que sus beneficios anuales se elevarán en 2007 un 30 por ciento para alcanzar el billón de yuanes (135.800 millones de dólares).

No obstante, es evidente que muchas de ellas aún tienen un largo camino para lograr competitividad internacional.

China cuenta en la actualidad con 152 empresas estatales controladas directamente por el gobierno central a través de la Comisión de Supervisión y Administración de Activos Estatales (SASAC), perteneciente al Consejo de Estado. Entre ellas se encuentran algunas de las mayores empresas del planeta en sectores como el energético, la minería, el transporte, las telecomunicaciones, la producción de maquinaria y la defensa.

Las reformas abren la vía al crecimiento

Los activos de las empresas estatales chinas controladas por la SASAC se elevaron hasta un total de 14,6 billones de yuanes en los once primeros meses del año, un incremento del 21 por ciento con respecto al mismo periodo del año anterior. Al inicio del año la SASAC controlaba 159 empresas, número que se ha visto reducido como resultado de las fusiones y ventas destinadas a mejorar la estructuración de los activos estatales.

De forma paralela, su beneficio bruto combinado alcanzó 918.660 millones de yuanes entre enero y noviembre, un incremento interanual del 31,7 por ciento. El beneficio neto se elevó un 33 por ciento hasta 552.210 millones de yuanes.

Las reformas aplicadas por las autoridades se sitúan en el núcleo de estos impresionantes resultados, en unas empresas tradicionalmente conocidas por su gran tamaño y limitada rentabilidad.

Tras la separación de las empresas estatales chinas de los cuerpos gubernamentales administrativos para comenzar su etapa como entidades independientes, un importante giro para el abandono de la economía planificada, estas empresas protagonizaron reformas accionariales que las llevaron a funcionar en consonancia con las prácticas corporativas habituales.

En 2007 el ritmo de las reformas fue incrementado como parte de los esfuerzos del país para promover el papel de liderazgo de estos gigantes estatales, considerados la espina dorsal de la economía nacional, de acuerdo con el viceprimer ministro Zeng Peiyan.

En el proceso de reforma accionarial, otras nueve grandes firmas estatales protagonizaron salidas a bolsa este año, sumándose a las 33 que ya habían comenzado su periplo por los parques nacionales e internacionales desde que la reestructuración accionarial fuera lanzada en 2003.

Li Rongrong, director de la SASAC, apoyó las salidas a bolsa en los mercados internacionales, argumentando que éstos cuentan con estructuras más sofisticadas que pueden contribuir a mejorar la gestión de las estatales.

En una medida de carácter innovador, las empresas estatales comenzaron a contar con directivos externos, con el objetivo de separar los núcleos de toma de decisiones del personal ejecutivo para proteger en mayor medida los intereses tanto de las compañías como de sus accionistas.

En la actualidad, 19 de estas grandes empresas, entre ellas el grupo siderúrgico Baosteel y el minero Shenhua, han incluido en sus organigramas directores externos. En 17 de estas compañías, los directivos externos suponen al menos el 50 por ciento de los integrantes de las juntas de dirección.

Este año, 22 ofertas para puestos de alto nivel han logrado atraer 1.603 solicitudes, entre los demandantes de tan preciados empleos se encuentran 25 extranjeros y 10 procedentes de Hong Kong, Taiwán y Macao.

Li Fangyong, subdirector general de AVIC I (Corporación de la Industria de Aviación China I), y Jiang Zhenxin, subdirector general del gigante de las telecomunicaciones China Netcom, se encuentran entre los elegidos, que por el momento no incluyen a ningún extranjero.

‘Las reformas han situado a las grandes estatales en primera línea, compitiendo con otras empresas, incluso en el mercado internacional. Es este tipo de competencia la que ha elevado la competitividad de las compañías’, sostiene Peng Huagang, analista de SASAC.

¿Un brillante futuro?

Las grandes firmas estatales chinas continúan siendo minúsculas en términos de fortaleza y competitividad esencial en comparación con las multinacionales y las compañías internacionales de primera línea, reconoce Li Rongrong, para quien existen desequilibrios de desarrollo en el conjunto de empresas, pero también en el propio seno de cada una de ellas.

En torno al 70 por ciento del beneficio combinado en 2006 fue generado por nueve empresas, entre ellas China Mobile, CNPC (Corporación Nacional de Petróleo de China), Baosteel y State Grid (la firma al cargo de la red eléctrica).

La información sobre este año no ha sido revelada por la SASAC, si bien informó de que el sector naval, automovilístico y de transporte han logrado situarse como nuevos generadores de beneficios de peso, uniéndose a las petroleras, eléctricas y de telecomunicaciones.

No obstante, Li expresó su preocupación por las condiciones financieras de las grandes firmas estatales en una reunión de trabajo celebrada recientemente en Beijing. ‘La rentabilidad de algunas empresas no se encuentra debidamente cimentada, ya que obtienen sus beneficios de un puñado de filiales. Algunas empresas han registrado un menor beneficio en sus actividades esenciales en comparación con el año pasado’, indicó.

En torno al 31,2 por ciento de los beneficios de nueva procedencia de las grandes estatales se encuentran en la categoría de ingresos irregulares. ‘Estos ingresos irregulares provienen habitualmente del rendimiento de inversiones en otros sectores, especialmente de la inversión bursátil’, asegura Liu Cheng, profesor de la Universidad de Ciencia y Tecnología de Beijing.

De cualquier modo, los expertos consideran que el crecimiento de las empresas se encuentra en la base de la elevación de sus beneficios y el rendimiento de sus inversiones bursátiles contribuyen en escasa medida a su rentabilidad.

Los beneficios logrados por las grandes firmas estatales se han incrementado de forma estable desde 1998, sin la presencia de fluctuaciones similares a las experimentadas por las bolsas, asegura Zhang Chunlin, economista del Banco Mundial.

Li Rongrong también subrayó que muchas de las estatales dependen excesivamente de créditos bancarios para ampliar sus actividades, elevando su exposición a riesgos financieros. Las estadísticas de la SASAC muestran que 18 empresas esperan cubrir más del 70 por ciento de su presupuesto para inversión mediante créditos bancarios.

‘Estas cuestiones son de vida o muerte para las empresas y requieren la atención debida por parte de los gestores’, asegura Li.

Los expertos también han mostrado su preocupación sobre la capacidad de las grandes estatales chinas de continuar incrementando sus beneficios en los próximos años.

El crecimiento del beneficio continuará en el próximo año, o quizá dos, no obstante, grandes firmas como las químicas pueden verse afectadas por la competencia procedente del sector privado y de la inversión extranjera, asegura Zhang Wenkui, investigador del Centro de Investigación del Desarrollo, perteneciente al Consejo de Estado.

Zhang Chunlin predice un ajuste a la baja de los beneficios si China incrementa los precios de los recursos naturales, ya que una gran proporción de las ganancias están fundamentadas en un coste estimado a la baja de los recursos naturales.

Li Rongrong asegura que la SASAC continuará profundizando las reformas para construir un sistema empresarial moderno en los próximos años, con la vista puesta en el objetivo de erigir empresas individuales mayores y más fuertes.

La SASAC prevé reducir el número de firmas estatales bajo su supervisión por debajo del centenar en 2010. De forma paralela, aspira a situar a 30 compañías entre las 500 mayores del planeta antes de 2015, catorce más que las existentes en la actualidad.

A pesar de los argumentos en contra de permitir la cotización en mercados extranjeros para evitar que sean los inversores foráneos los que obtengan los beneficios de una actuación basada en el apoyo gubernamental y el acceso en régimen de monopolio a los recursos estatales, Li asegura que la SASAC incentivará la salida a bolsa de las firmas estatales en 2008, tanto en los mercados nacionales como extranjeros.

Monopolio

Estos gigantes empresariales han entregado 765.430 millones de yuanes al fisco en los primeros once meses del año, con un incremento interanual del 24 por ciento.

Las contribuciones de las empresas estatales suponen en la actualidad entre un 20 y un 25 por ciento de los ingresos fiscales del gobierno chino.

En la cara contraria de la moneda, habida cuenta que los ingresos fiscales deben beneficiar a toda la población, se encuentran las quejas sobre la situación de monopolio de muchas de estas empresas, que atentan contra los intereses de los consumidores.

Un ejemplo son las tarifas telefónicas, un tema que aparece todos los años en la Asamblea Popular Nacional, el máximo órgano legislativo del país, donde muchos se plantean por qué tienen los ciudadanos chinos que soportar una tarifas superiores a las de los países desarrollados.

La SASAC pidió a 116 firmas estatales la entrega de parte de sus beneficios de 2006 al gobierno, una medida con la que se esperaba recaudar 14.000 millones de yuanes. Este año todas las grandes estatales deberán compartir sus beneficios con las arcas nacionales.

Dieciocho compañías con una gran dependencia de los recursos naturales deberán entregar un 10 por ciento de sus beneficios. Otras noventa entregarán un 5 por ciento, mientras que las dedicadas a la producción de cereales y algodón están exentas del pago.

Li Rongrong asegura que los ingresos serán utilizados para financiar el proceso de reformas del tejido industrial estatal, especialmente para apoyar a los trabajadores despedidos, aunque también podría ser inyectado en el fondo de la seguridad social.

La noticia llevó a la población china a anticipar que los ingresos podrían ser incluidos en el presupuesto público para financiar sectores como la educación y la sanidad.

Li también indicó que el salario máximo anual de los directivos se ha fijado en 1,18 millones de yuanes. Asimismo, la SASAC publicará los salarios de los altos cargos de la firmas estatales para introducir mayor transparencia ante las crecientes especulaciones derivadas del secretismo con el que se gestionan los salarios.

Los analistas consideran que las firmas estatales deben controlar sectores clave en beneficio de la seguridad nacional y que el bienestar de la población debe ser su principal objetivo.

Zhang Chunlin defiende que el gobierno debe evitar especialmente la privatización de los beneficios derivados del monopolio.

No obstante, las autoridades chinas se han comprometido a favorecer una mayor competencia en los sectores tradicionalmente monopolísticos. Zhang asegura que las reformas deben continuar incorporando nuevas fuerzas al mercado.

Mayor responsabilidad social

Al contrario que las empresas pertenecientes a economías más sofisticadas, las grandes firmas estatales chinas están obligadas a asumir mayores responsabilidades sociales.

Los dos mayores productores de petróleo del país se vieron impelidas a mantener la producción a pleno rendimiento para satisfacer la demanda del mercado con más productos refinados, ante los temores de un desequilibrio entre oferta y demanda. La medida apareció en un momento en el que algunas refinerías decidieron detener la producción debido a la diferencia cada vez mayor entre el precio del petróleo en el mercado nacional y el internacional.

Las estatales fueron también movilizadas para mantener los precios de los alimentos estables incrementando el suministro al mercado ante las subidas de precios.

Son estas empresas también de las que se espera que asuman el liderazgo para lograr el cumplimiento de los objetivos de conservación de energía y reducción de emisiones.

Hasta el momento once grandes firmas estatales chinas han publicado sus principios de responsabilidad social, a los que se sumará una guía elaborada por la SASAC destinada a estructurar la actuación social de las empresas estatales.