La semana pasada estuvo marcada por dos noticias alarmantes para el mundo financiero que no tuvieron eco en los mercados bursátiles: La suspensión de REFCO como casa de corretaje de futuros en «commodities» por el arresto de su ejecutivo, Phillip Bennett, a causa de un desvío de cuentas totalizando 430 millones de dólares, y el […]
La semana pasada estuvo marcada por dos noticias alarmantes para el mundo financiero que no tuvieron eco en los mercados bursátiles: La suspensión de REFCO como casa de corretaje de futuros en «commodities» por el arresto de su ejecutivo, Phillip Bennett, a causa de un desvío de cuentas totalizando 430 millones de dólares, y el reporte de una caída de más de 50% en las ventas de General Motors para la primera semana de octubre en relación de la misma semana del año pasado.
REFCO en su desaparición es importante pues los apalancamientos cruzados de las grandes «Hedge funds», compañías diseñadas para distribuir riesgos de diferenciales de tasas de interés; cambiarios monetarios; hipotecarios y accionarios dejan al descubierto múltiples apuestas que se encuentran sin su contraparte de riesgo; una pirámide invertida en donde de una base de reservas que se mide en cientos de millones de dólares se construyen herramientas «sintéticas» de inversión que se miden en decenas de miles de millones de dólares.
También la semana pasada batió marcas en el número de bancarrotas personales en Estados Unidos debido a que este lunes 17 de octubre cambian las reglas del juego y se le ponen obstáculos a los americanos para poder protegerse bajo el capítulo 7 de bancarrota pidiéndoles que se sometan a un «Examen de ingresos» con el cual, si queda demostrado que su ingreso es superior a la media de su zona quedan sujetos a rembolsar los adeudos a futuro con base a su salario. En este capítulo de monstruosidades crediticias es importante recordar que este mismo octubre las emisoras de tarjetas de crédito incrementan el pago mínimo sobre saldo pendiente de un 2% a un 4%.
Realmente tenemos a un «consumidor» acorralado por datos adversos. ¿Sobrevivirá a estos fríos meses donde su cuenta de calefacción se va a incrementar en por lo menos un 50%? Abundemos en este tema pues la frase operativa que define el momento será la de la compresión del gasto discrecional del fabuloso «consumidor» pilar del «crecimiento» mundial. A mayor inflación, menor gasto discrecional (o demanda agregada). Revisemos pues este rubro de manera rápida:
El reporte de inflación de la BLS (Bureau of Labor Statistics) a pesar de estar severamente trucado para enmascarar los efectos del incremento en los costos energéticos reportó un número que habla de un disparo inflacionario importante. Por favor vincúlese a los resultados oficiales para constatar que las cifras no respetan el mínimo exámen aritmético (http://bls.gov/news.release/cpi.nr0.htm). ¿Cómo es posible que el tabulador global de inflación no ajustado señale un incremento del 2% cuando todos los números de la misma columna con excepción de «apparel» -vestimenta- tienen índices superiores? Ciertamente que esta magia aritmetica está llegando al final de su vida útil como indicador cuando otros renglones en la misma columna expresan las siguientes cifras para septiembre:
Todos los artículos: 4.7 Alimentos y bebidas: 2.5 Vivienda: 3.1 Vestimenta: -0.6 Transportación: 14.5 Salud: 3.9 Recreación: 1.0 Educación y comunicación: 2.1 Otros bienes y servicios: 2.8 Energía: 34.8 Alimentación: 2.5 Todos los rubros menos Comida y energía: 2.0
Especial mención en este maquillaje al cerdito estadístico merece el índice dedicado a vivienda que señala un incremento del 3.1% cuando los Estados Unidos en los últimos tres años ha estado en un proceso de burbuja de precios escandaloso. La justificación se da en que dicho indicador sólo revisa rentas y no el costo de la venta… ¿Cuándo el 70% de la población vive pagando hipoteca y no renta? … Villa fantasía en las estadísticas.
Hipotetizando, sin conceder que dichas cifras no están profundamente distorsionadas, el índice totalizador en la sumatoria debería aproximarse más a un 6% que al 2% señalado. Y si le agregamos comida y energía estaríamos más cercanos a un 9%.
Pero veamos otra faceta de este dique en proceso de desmoronamiento: ¿Qué pasa con las cifras del Producto Doméstico Bruto (PDB) norteamericano si corregimos los números de inflación?: PDB nominal – Tasa de inflación = PDB.
Por lo bajo hemos vivido un extraño período de cuatro años en donde las cifras reales arrojan un estancamiento con crecimientos reales no superiores al 1% y probablemente una contracción fuerte a partir del segundo trimestre de este año… no tenemos cifras directas del tercer trimestre aún pero ya se puede advertir una caída en recesión si atendemos los resultados empresariales preliminares. Esto, después del programa de estímulo monetario más gigantesco en la historia moderna; con la Reserva Federal (Fed) bajando las tasas de interés al 1% desde el 2001 y un crecimiento en la masa monetaria anualizada de no menos del 10% durante el 2001-5. Ahora que estamos en la temporada en donde la Fed tiene que apretar, elevando las tasas para mantener las paridades monetarias a nivel global cuando combinamos esta oleada de altos precios energéticos nos permiten avizorar un invierno de crisis.
¿Será esta la entrada de los Estados Unidos a una «Emergencia permanente»? Aquí los momios apuntan a favor de esa hipótesis. Nueva Orleáns como paradigma para describir a todo el sistema económico mundial: Los huracanes como metáfora de un sistema monetario con profundos desfases de paridad y de inversiones podridas a punto de convertirse en una tormenta que va a arrasar con todo a su paso.
¿El plazo? Estemos pendientes estos seis meses.
Actualización. El precio del petróleo ha encontrado piso por encima de los $60 dólares. Este es un dato en extremo preocupante pues estamos en el otoño de la baja demanda de refinados en EUA y con severos cuellos de botella en la refinación; con la reserva estratégica norteamericana (SPR) soltando crudo a quien lo necesite. En otras palabras: con Houston apenas reiniciando operaciones en la industria petroquímica tenemos una demanda inusualmente baja; con oferta inmediata de SPR. Y sin embargo los precios están fuertes. Una señal extra para confirmar un severo problema en la economía norteamericana.
Conforme lleguen los fríos tenemos amplia confianza en un incremento de la demanda a pesar de estar atravesando un panorama recesivo. Ciertas demandas son perfectamente inelásticas en lo que a refinados se refiere: la calefacción y la generación de electricidad.
El caso aplica por partida doble en el capítulo del gas natural en donde existe una flota carguera de gas criogénico limitada que impide a EUA incrementar sus importaciones en el corto y mediano plazo.
Para finalizar: la no tan remota probabilidad de que la tormenta tropical «Wilma» entre en el Golfo de México agrega un ingrediente extra de nerviosismo a los especuladores que ponen apuestas a «largo» para el mes de noviembre. La recesión está en curso. Ahora tenemos que calibrar su profundidad y extensión en el tiempo.//