Morgan Spurlock (Parkersburg, 1970) no dudó en ejercer de cobaya humana para realizar un documental, Super size me, que pone en la picota la comida rápida, corresponsable de que en torno al 37 por ciento de los niños y adolescentes de Estados Unidos tengan exceso de peso, y dos de cada tres adultos sean obesos. […]
Morgan Spurlock (Parkersburg, 1970) no dudó en ejercer de cobaya humana para realizar un documental, Super size me, que pone en la picota la comida rápida, corresponsable de que en torno al 37 por ciento de los niños y adolescentes de Estados Unidos tengan exceso de peso, y dos de cada tres adultos sean obesos. La película -que se estrenará en España el próximo 15 de octubre- ha convertido a este cinesta debutante en el enemigo público número uno de los McDonald’s. Ayer mismo, cuando pretendía hacerse unas fotos en la puerta del único local de esta cadena multinacional de hamburgueserías que hay en San Sebastián, fue reconocido y expulsado de inmediato por el gerente.
-¿Por qué decide convertirse en protagonista de la película y cómo fue el proceso de rodaje?
-Quería experimentar en mí mismo las consecuencias de la comida rápida, y para ello pensé que sería una buena idea alimentarme exclusivamente, durante un mes, de productos servidos en McDonald’s.
-¿Y bien?
-El colesterol me aumentó 65 puntos, la tensión me subió por las nubes, el hígado acabó medio destrozado y aumenté nada menos que once kilos de peso. Encima me sentía deprimido y sin gana alguna de vida sexual. Las hamburguesas también matan el sexo. Realmente es terrible. América es ya obesa y el uso de este tipo de comida se está extendiendo muy rápidamente a otros países.
-¿Por qué se centró sólo en la cadena McDonald’s?
-Porque McDonald’s es un símbolo, pero no se puede querellar porque todo lo que cuento es verdad. –