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Irán promueve el acuerdo de alto el fuego entre las fuerzas confesionales shiíes enfrentadas

Las lecciones de Basora

Fuentes: The Nation/IraqSolidaridad

Nada más iniciarse la ofensiva militar lanzada la semana pasada contra Basora por las fuerzas del ejército iraquí entrenadas por EEUU, Bush calificó la acción del primer ministro Nuri al-Maliki de «decisión audaz» y añadió, «yo diría que este es un momento decisivo en la historia del Iraq libre». Esta frase es cierta, pero no […]

Nada más iniciarse la ofensiva militar lanzada la semana pasada contra Basora por las fuerzas del ejército iraquí entrenadas por EEUU, Bush calificó la acción del primer ministro Nuri al-Maliki de «decisión audaz» y añadió, «yo diría que este es un momento decisivo en la historia del Iraq libre».

Esta frase es cierta, pero no en el sentido en que la pronunció el presidente [estadounidense]. A medida que se desvanece el humo de los nuevos escombros de la segunda ciudad más importante de Iraq, situada en el corazón de la zona petrolífera, es evidente que el gran ganador de la guerra de los seis días de Basora son las fuerzas del clérigo rebelde Muqtada as-Sáder, cuya milicia, el Ejército del Mahdi, se enfrentó contra las fuerzas armadas iraquíes no sólo en Basora, sino también en Bagdad, Kut, Amara, Nasiriya y Diwaniya, las capitales de las cuatros provincias clave del sur de Iraq. Esto sitúa a as-Sáder -un agitador de multitudes anti-estadounidense y nacionalista que exige el fin de la ocupación de Iraq, y quien en los últimos tiempos está cada vez está más cerca de Irán- en una posición mucho más fuerte de la que tenía hace una semana. En Basora él es quien manda. Un periodista iraquí del New York Times, que consiguió entrar en Basora durante los enfrentamientos, afirma que los miles de milicianos del Ejército del Mahdi que controlan la mayor parte de la ciudad, siguen allí: «No hay ningún lugar que el Ejército del Mahdi no controle o no pueda atacar a su capricho».

El otro gran ganador del último asalto de la guerra civil de shiíes contra shiíes es Irán. Durante los últimos cinco años, Irán ha cimentado su enorme influencia política, económica y militar en Iraq delante de las narices de las incrementadas hasta 170.000 tropas de ocupación estadounidenses [1]. Irán tiene vínculos muy fuertes con la coalición shií [Alianza Unida de Iraq] que domina el Consejo Supremo Islámico de Iraq (CSII) [2], cuya milicia -la Organización Badr- fue armada, entrenada, financiada y dirigida por los iraníes durante dos décadas de exilio en Irán. Desde entonces, cuidando sus inversiones, Irán construyó una íntima relación con el Ejército del Mahdi de as-Sáder. El propio as-Sáder ha pasado la mayor parte del tiempo, desde el inicio del incremento de tropas estadounidense de enero [de 2007], en Irán [3].

Por lo tanto, no fue una sorpresa que Hadi al-Ameri, el comandante en jefe de la Organización Badr y prominente miembro del CSII, viajara durante una semana a la capital religiosa de Irán, la ciudad de Qom, para negociar la tregua con as-Sáder, la cual terminó en un tambaleante alto el fuego en Basora [4].

Doble derrota para EEUU y al-Maliki

El hecho de que as-Sáder haya salido victorioso en Basora y de que Irán haya logrado promover el acuerdo que ha conducido al fin de los enfrentamientos es una doble derrota para EEUU. También es una catástrofe para al-Maliki, y ya se especula sobre la caída de su gobierno. Una ofensiva llevada a cabo en un mal momento, escasamente preparada y lamentablemente ejecutada es una vergonzosa derrota para al-Mailiki.

¿Por qué fue lanzada la ofensiva? Por lo que se dice, al-Maliki, su partido ad-Dawa y el CSII intentaron aplastar a as-Sáder en Basora por razones tanto políticas como estratégicas [5]. Políticas porque el movimiento de as-Sáder está bien situado para lograr una gran victoria en las elecciones provinciales, previstas para el próximo octubre, tanto en Basora como en todo el sur de Iraq, y una derrota electoral presagiaría el final de la hegemonía de ad-Dawa y del CSII. Estratégicas porque Basora es el motor económico de todo Iraq. La ciudad tiene el control de la [estatal] Compañía de Petróleo del Sur de Iraq, que extrae y exporta la mayor parte del petróleo de Iraq: durante los últimos años Basora ha estado bajo el control de las milicias leales a as-Sáder y de una escisión de esta corriente, el partido Fadhila (Virtud). Mediante el control de la denominada «Fuerza de Protección del Petróleo», una fuerza paramilitar [6], y a través de su propia milicia, Fadhila es un elemento importante en Basora, cuyo gobernador , Mohamed al-Waeli, pertenece a este partido. Aunque Fadhila ha tenido sus propios enfrentamientos con el Ejército del Mahdi, no ha gastado sus fuerzas en los recientes enfrentamientos y no hay duda de que es asimismo un duro enemigo para la alianza ad-Dawa-CSII. El año pasado, al-Maliki intentó destituir a Mohamed al-Waeli, quien desafió al gobierno [de Bagdad] negándose a renunciar al cargo [7].

Al-Maliki, calculando mal, voló la semana pasada desde Bagdad a Basora para supervisar personalmente el asalto contra las fuerzas de as-Sáder. Con ello se jugó su prestigio con el resultado de la ofensiva. Y de hecho, la ofensiva fracasó y al-Makili ha perdido credibilidad. El hecho de que el alto fuego que terminó con los combates se pergeñara en Qom, en Irán, con la mediación de Teherán, es doblemente vergonzoso para Maliki.

No obstante, para EEUU es mucho peor: el presidente Bush apoyó firmemente a al-Maliki desde que empezó la batalla de Basora. Según Steve Hadley, consejero presidencial de Seguridad Nacional, la decisión de actuar en Basora se tomó de forma conjunta por Washington y Bagdad. La fuerza aérea estadounidense e incluso algunas unidades de tierra apoyaron a las torpes fuerzas iraquíes, cuya debilidad e incompetencia se pusieron de manifiesto para todo el que quisiera verlo. Tras cinco años de equipamiento y entrenamiento intensivo estadounidense, las fuerzas iraquíes no fueron capaces ni siquiera de hacerse con el control de la segunda ciudad más grande de Iraq.

A añadir a la profunda humillación de Bush, la tregua auspiciada por Irán fue negociada por Qassem Suleimani, comandante en jefe de la llamada Fuerza al-Quds del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria de Irán, quién reunió a los representantes de as-Sáder con Hadi al-Ameri, comandante en jefe de la Organización Badr y principal asistente de Abdel Aziz al-Hakim, máximo dirigente del CSII. Cale recordad que la Fuerza al-Quds fue catalogada por el gobierno estadounidense de «organización terrorista» apenas hace un año. Así que el «momento decisivo» del que el presidente Bush hablara es este: el máximo mando de la fuerza «terrorista» iraní ha logrado un acuerdo entre los dos partidos shiíes más importantes de Iraq: el movimiento de As-Sáder y el CSII [8].

Notas de IraqSolidaridad:

1. Véase del mismo autor en IraqSolidaridad: Robert Drayfuss: ¿Está Irán ganando la guerra de Iraq?, así como Carlos Varea: Irán legitima la ocupación de Iraq y enlaces incluidos.

2. Coalición electoral de 2005 integrada principalmente por el partido del primer ministro al-Maliki, ad-Dawa, el CSII (entonces Consejo Supremo de la Revolución Islámica en Iraq) y la corriente as-Sáder. Véase en IraqSolidaridad: Carlos Varea: Aún están por asignar las carteras claves de seguridad.

3. Véase en IraqSolidaridad: Carlos Vareas: La corriente as-Sáder retorna a las instituciones colaboracionistas para desactivar el conflicto con EEUU.

4. As-Sáder emitió un comunicado el lunes 30 de marzo llamando al alto el fuego a sus seguidores. El texto (en inglés en: http://arablinks.blogspot.com/ ) incluye en su punto 4 la advertencia «[…] de depuración de todo aquél que porte armas y tome como objetivo dependencias y servicios gubernamentales e instituciones, o las oficinas de partidos políticos» y en su punto 5 expresa su compromiso en «Cooperar con las instancias gubernamentales a fin de promover la seguridad y procesar a quienes cometan crímenes por medio de procesos legales [qanuniya]». También el mismo lunes, en sintonía con el comunicado de as-Sáder, el dirigente libanés shií y líder espiritual de Herbolá, el ayatolá Mohamed Hussein Fadallah, emitió un edicto religioso (fatua) prohibiendo los ataques a instalaciones públicas iraquíes, especialmente las petrolíferas (en inglés: http://lebanonnewsnetwork.com/ ).

5. El principal sustento hasta el momento de al-Maliki y de su pequeño partido ad-Dawa frente a la hegemonía del CSII ha sido la corriente de as-Sáder, que siempre recibió del primer ministro un fuerte aval ante los estadounidenses.

6. Véase en IraqSolidaridad: Carlos Varea: 146.000 iraquíes integran ejércitos privados sin control alguno.

7. Véase en IraqSolidaridad: Ghaith Abdul-Ahad: «Bienvenidos a Teherán»: Irán asume el control de Basora y Pedro Rojo y Carlos Varea: Las milicias chiíes se disputan Basora, mientras Irán bloquea la negociación con EEUU sobre Iraq.

8. La Administración Bush ya ha señala su satisfacción por el alto el fuego alcanzado y considerado como «un paso positivo» el documento de as-Sáder: http://news.yahoo.com/ .

Robert Dreyfuss, que escribe habitualmente en The Nation, es autor del libro Devil’s Game: How the United States Helped Unleash Fundamentalist Islam. The American Imperial Project (Juego diabólico: Cómo EEUU ayudó a desatarse al Islam fundamentalista. El proyecto imperial estadounidense), editado por Metropolitan en 2006.

Traducido del inglés para IraqSolidaridad por Paloma Valverde

http://www.nodo50.org/iraq/2008/docs/01_04_Basora.html