La tasa oficial de inflación saltó en enero del 5,8% al 22%, y el precio medio de los alimentos aumentó un 24%
«En total se ha gastado en una supuesta reconstrucción o en proyectos sociales 16.000 millones de dólares de procedencia estadounidense, junto con 40.000 millones de fondos iraquíes apropiados por los ocupantes o en presupuestos del gobierno iraquí. Mientras que la infraestructura iraquí continúa en ruinas, miles de millones de dólares han fluido a las arcas de compañías estadounidenses como ‘Haliburton’, al tiempo que en relación al paradero de otros miles de millones simplemente no se ha dado explicación alguna.»
Las desastrosas condiciones sociales que sufre el pueblo iraquí después de décadas de guerra y casi tres años de ocupación estadounidense están empeorando dramáticamente como resultado de la reestructuración económica dictada por el Fondo Monetario Internacional (FMI) [1]. Para obtener un préstamo del FMI de 685 millones de dólares y la cancelación de parte de la deuda [externa] iraquí de 120.000 millones de dólares, el pasado diciembre el gobierno del primer ministro Ibrahim al-Jaafari accedió en secreto a ir eliminando los subsidios que hasta entonces proporcionaban al pueblo iraquí uno de los carburantes más baratos del mundo.
El 19 de diciembre -justo cuatro días después de las elecciones en las que la Alianza Iraquí Unida de Jaafari obtuvo más del 45 % de los votos [2]- se implementó el primer recorte en el subsidio de la gasolina. El impacto inmediato fue un incremento del 500% del precio del petróleo, diesel, gas doméstico y queroseno. El petróleo subió de tres céntimos de dólar por litro a entre 12 y 17 céntimos [3].
Inflación y carestía
El principal impacto ha sido una inflación, ya que el aumento de los costes del combustible y transporte se ha traducido en la forma de un aumento de casi la totalidad de los bienes de consumo. La tasa oficial de inflación en enero saltó del 5,8% al 22%. Por término medio el precio de los alimento ha aumentado un 24%. Por ejemplo, un kilo de tomates ha subido de 350 dinares (23 céntimos [de dólar]) a más de 500 dinares. El precio de la carne ha subido más de un 15% en las carnicerías de Bagdad.
Se esperan más subidas de precios. A principios de este mes un funcionario iraquí declaró a The Washington Post que «el precio de la gasolina irá subiendo gradualmente en 2006 hasta llegar a unos 600 dinares (41 céntimos [de dólar]) el litro». Otro funcionario explicó: «Tenemos que cumplir los requisitos del FMI. Éste afirma que los precios se tienen que igualar a los de los países vecinos».
Los recortes se han justificado aduciendo que los 7.000 de dólares gastados en subsidios se necesitan para financiar otras áreas de gastos del gobierno. Bill Murray, un representante del FMI, declaró a Cox News Service que, aunque la reducción de los subsidios del carburante era «una cuestión delicada», el gobierno iraquí tenía que «plantearse recursos presupuestarios para financiar la sanidad, educación y otros servicios públicos».
Sin embargo, la causa principal de la crisis presupuestaria es que las exportaciones de petróleo se han venido abajo. El 90% de los ingresos del gobierno iraquí proviene de la venta de petróleo. La producción de petróleo cayó un 8% en 2005, desde los 3 millones de barriles al día (m.b.d.) de antes de la guerra a entre 1,5 y 1,8 m.b.d. [4]. Debido a la falta de capacidad para refinar Iraq importa hoy -a precio de mercado- 12 millones de litros de petróleo al día para afrontar la demanda interna. La discontinuidad de suministro está causando problemas de abastecimiento en la mayor parte del país, lo que ocasiona que el precio del carburante en el mercado negro suba muy por encima de la tarifa oficial y provoque una presión inflacionaria aún mayor.
La influencia del aumento del coste del carburante sobre los bienes de consumo puede llevar a que los precios se multipliquen por dos a lo largo del presente año. Hay pocas posibilidades de que los salarios suban en compensación. Desde la invasión estadounidense se ha creado un vasto ejército de parados. La tasa oficial de paro es del 28%, aunque se cree que la cifra real es del 50%. Se prevé que otros miles de trabajadores más van a perder sus empleos debido a la privatización de las compañías estatales -también a instancias del FMI- y a la racionalización de su fuerza de trabajo.
Pobreza y malnutrición
En unas condiciones en las que aproximadamente ocho millones de iraquíes viven con menos de 1 dólar al día, la inflación no puede sino empeorar la ya atroz tasa de desnutrición del país. Un estudio publicado en noviembre de 2004 reveló que la desnutrición infantil aguda se había duplicado desde la invasión estadounidense hasta un 7,7%, con al menos una cuarta parte de niños iraquíes que sufrían alguno de los grados de desnutrición [establecidos por la Organización Mundial de la Salud, OMS] [5]. Desde la publicación de este informe las condiciones han seguido deteriorándose debido a que el sistema de raciones de alimentos ha ido empeorando hasta su práctica desaparición.
Unas 4.800.000 familias iraquíes están registradas como receptoras de una ración mensual de productos básicos como arroz, harina y aceite para cocinar, que se distribuye a través de una red de más de 42.000 agencias por todo el país [6]. Sin embargo, los problemas de seguridad y corrupción han llevado a una situación en la que con frecuencia los productos no llegan en cantidad suficiente o no llegan en absoluto. Las familias que no reciben la ración completa deben solicitar una compensación al Estado y esperar meses a que se les emita un cheque. Mientras tanto, sufren hambre.
La Administración Bush y el FMI han dejado claro que igual que los recortes en los subsidios a los carburantes, se espera que el gobierno iraquí recorte drásticamente el numero de personas susceptibles de obtener las raciones alimenticias. Thomas Delare, el asesor económico estadounidense del gobierno iraquí, declaró el mes pasado en una conferencia de prensa que aunque en la agenda del FMI para 2006 no figuraba un corte drástico en este sistema, se necesitaba un censo completo para determinar cuántas personas requerían ayuda continua sólo para mantenerse.
Una nota publicada en el periódico iraquí az-Zaman del 8 de febrero indicaba:
«Obligatoriamente, le saldrá mal al gobierno otra subida del precio del carburante y posiblemente ocasione disturbios a gran escala. Pero el corte de las raciones de comida tendrá unas consecuencias mucho más graves ya que a millones de iraquíes les resultará casi imposible sobrevivir sin ellas.»
Electricidad y agua, en mínimos
Al mismo tiempo, millones de iraquíes están sufriendo bajo el impacto de la destrucción de otros aspectos de la infraestructura social.
Desde el 1 de enero más de 500.000 residentes de Bagdad sólo pueden disponer de agua unas pocas horas al día debido a la incapacidad de la planta potabilizadora de agua de la ciudad de satisfacer las necesidades de ésta y a las fugas en las tuberías. Se tienen que llevar cientos de camiones cisterna para abastecer a los residentes en barrios populares como Ciudad Sadr. Un residente en este barrio, Safwat Ali, declaró este mes a IRIN News: «Tengo que andar casi seis kilómetros para obtener agua limpia cuando los tanques improvisados están vacíos. Esto es una vergüenza para un país rodeado por dos de los mayores ríos de Oriente Medio».
A principios de este mes se informó a una sesión del Comité de Asuntos Exteriores del Senado estadounidense de que el 65% del agua procedente de plantas potabilizadoras iraquíes sufrían escapes y podían estar contaminadas por las aguas residuales. Joseph Christoff de la Oficina de Responsabilidades del Gobierno declaró al Comité: «Así que en realidad no sabemos cuántos hogares tiene agua potable».
Millones de iraquíes viven en casas que están superpobladas -un problema que se verá exacerbado por el aumento de los alquileres. En los últimos dos años y medio se ha hecho muy poco para aliviar esta situación. Según el Departamento de Vivienda iraquí, 250.000 familias de la sureña ciudad de Basora no tienen una casa de su propiedad y se hacinan junto con otras familias. Desde la invasión sólo se han construido 550 unidades de nuevas viviendas en esta ciudad de dos millones y medio de habitantes.
Antes de la invasión estadounidense, Iraq tenía un déficit de un millón y medio de unidades de viviendas debido al estancamiento económico causado por más de 12 años de sanciones de NNUU. En 2005 el Departamento de Vivienda sólo construyó 20.000 nuevas casas. Las operaciones militares estadounidenses, especialmente las ofensivas contra ciudades como Faluya, Samarra y Tal Afar, han destruido o dañado muchas otras casas más.
La red de suministro eléctrico y de generación de electricidad de Iraq, que antes de la invasión estadounidense funcionaba sólo a la mitad de su capacidad, se encuentra ahora en un estado de desmoronamiento. El total de la electricidad generada en Iraq ha descendido a sólo 3.700 megavatios, en comparación con los 4.300 megavatios de antes de marzo de 2003. Los hogares de Bagdad reciben una media de entre dos y seis horas de electricidad al día. Los hospitales, escuelas y casas particulares dependen de generadores diesel -cuyo coste se ha disparado ahora debido al aumento de los precios de los carburantes.
Las autoridades de la ocupación estadounidenses afirmaron en 2003 que para mediados de 2004 la producción de electricidad iba a pasar a 6.000 megavatios. El mes pasado el ministro de Electricidad iraquí, Mohsen Shlash, informó de que la mayoría de los 4.700.000 millones de dólares destinados a la reconstrucción eléctrica se los habían embolsado los constructores estadounidenses o habían sido desviados a seguridad.
En total se ha gastado en una supuesta reconstrucción o en proyectos sociales 16.000 millones de dólares de procedencia estadounidense, junto con 40.000 millones de fondos iraquíes apropiados por los ocupantes [7] o en presupuestos del gobierno iraquí. Mientras que la infraestructura iraquí continúa en ruinas, miles de millones de dólares han fluido a las arcas de compañías estadounidenses como Haliburton, al tiempo que en relación al paradero de otros miles de millones simplemente no se ha dado explicación alguna [8].
Notas de IraqSolidaridad:
1. Véase en IraqSolidaridad: Mike Whitney: Guerra de guerrillas por el petróleo iraquí – Joshua Frank: Crédito del Fondo Monetario Internacional para Iraq
2. Véase en IraqSolidaridad 1.000 días de guerra. Elecciones bajo ocupación: Listas sectarias y fractura en el campo anti-ocupación y Loles Oliván: La difícil apuesta de EEUU en Iraq
3. Véase en IraqSolidaridad: Las exportaciones de petróleo iraquí alcanzan su punto más bajo en noviembre de 2005 – Heiko Flottau: El acceso al petróleo iraquí: Objetivo frustrado de la invasión de EEUU a Iraq – Brian Conley y Omar Abdullah: Iraq: Tanto petróleo y tan poco y nota 1.
4. Véase en IraqSolidaridad: Scott Johnson y Michael Hastings: El descalabro del petróleo iraquí – Diez ataques contra la red petrolífera del norte desde el inicio de 2006 Zaid al-Ali: La corrupción y la mala administración están detrás de la quiebra de la economía La catástrofe económica de Iraq Las exportaciones de petróleo iraquí alcanzan su punto más bajo en noviembre de 2005 – Heiko Flottau: El acceso al petróleo iraquí: Objetivo frustrado de la invasión de EEUU a Iraq – Brian Conley y Omar Abdullah: Iraq: Tanto petróleo y tan poco
5. Referencia a la cartilla gubernamental de aprovisionamiento alimentario, establecida por el depuesto gobierno iraquí inmediatamente después de que el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas decretara contra Iraq el embargo económico y comercial en castigo por su invasión de Kuwait en agosto de 1990. Elogiada por las propias Agencias Humanitarias del organismo internacional, que siempre defendieron su eficacia y universalidad, la cartilla subvencionaba casi al 100% el precio de los alimentos para adultos -excepto carne- y niños que incluía, además de productos de limpieza, y evitó la hambruna generaliza en el país. Antes del inicio de la invasión de 2003, el ministerio de Comercio, del que dependía su funcionamiento, ante la inminencia de la guerra, distribuyó en los economatos del país los productos correspondientes a seis meses de la cartilla, evitándose así el desabastecimiento asociado al colapso de la distribución derivado de la guerra y la ocupación. De hecho, la cartilla sigue vigente en la actualidad, pese a su parcial monetarización y la liberación del mercado interno.
6. Ya con anterioridad, véase en IraqSolidaridad: La malnutrición infantil se ha duplicado en Iraq tras la invasión del país por EEUU
7. Provenientes del programa «Petróleo por Alimentos» de NNUU. 8. Véase en IraqSolidaridad: Dave Whyte: El pillaje de las corporaciones empresariales de EEUU en Iraq