Estamos arribando a lo que puede ser la primera prueba de fuego por la que tiene que atravesar la oposición en su camino de reencuentro con la democracia. No es gratuito ni mucho menos injusta esta opinión, por varios años este sector político; o buena parte de él, para ser más preciso, ha transitado la […]
Estamos arribando a lo que puede ser la primera prueba de fuego por la que tiene que atravesar la oposición en su camino de reencuentro con la democracia.
No es gratuito ni mucho menos injusta esta opinión, por varios años este sector político; o buena parte de él, para ser más preciso, ha transitado la senda de la salida golpista. El proceso de primarias constituye la prevalencia del sector opositor que alcanzó corregir las posturas que le habían impuesto los grupos económicos devenidos en fuerza política dirigente.
Pero queda mucho camino por andar. Una vez realizado el proceso de escrutinios se abre un nuevo período nada fácil para quien resulte vencedor.
Hagámosle caso a la «cátedra», según ella, el ganador debe ser Capriles Radosnki. Si así fuese se verá precisado a tender puentes hacia el sector que respaldo a Pablo Pérez; de no hacerlo, estos entrarían a la campaña electoral presos de un gran desánimo. Capriles no puede darse el lujo que una parte de las fuerzas que lo respalden jueguen con indiferencia, sin entusiasmo. Si así ocurriera, su derrota estaría cantada desde ahora.
De allí que las primarias pueden constituir un factor de potenciación del candidato opositor que salga electo, pero también, generar un ambiente de discordia al que habría de prestar atención, lo cual los distraería en el esfuerzo hacia el 7 de octubre.
Si nos guiamos por lo que en este momento se está diciendo de Capriles Radonski en el campo opositor, no le resultará fácil encuadrar a los diversos factores que lo conforman. Se le acusa de blandengue, de falta de guáramos. Expresión de ello es la campaña que en las últimos días realiza María Corina Machado, quien de virgen angelical -Ahí viene María- ha pasado a ser una especie de Doña Bárbara urbana (Vota Duro). Ella realiza este tipo de campaña a sabiendas que existe un segmento en el voto opositor que quiere ver sangre. ¿Cómo haría para apoyar a Capriles si éste resultase ganador?
Por otra parte, desde AD y otras fuerzas que han impulsado a Pablo Pérez se ha definido el acuerdo entre Capriles Radonski y Leopoldo López, como la «Unión de la Derecha». Es decir, si hay derecha, por lo tanto, hay izquierda. Quienes están con Pablo Pérez se asumen en la segunda posición, según se desprende de las reacciones públicas conocidas.
En realidad la política en el país a veces se presenta tan torcida que Leopoldo López, para enfrentar a Capriles, se declaró socialdemócrata. Uno supone que esta definición ya fue echada al olvido, pero siempre queda la interrogante: ¿Qué entiende por socialdemocracia Leopoldo López?
Cualquiera que resulte ganador en las primarias tendrá que lidiar con un espíritu de revancha, muy presente en un amplio sector de la clase media. No solo porque ello le restaría posibilidades de triunfo, sino además, de alcanzar el triunfo en octubre, esta actitud traducida en acciones políticas, acabarían con la paz y la seguridad en el país. Bien tontos son los que presumen que van a salir a cazar chavistas y estos caerán cual mansas ovejas. Eso no vale para los chavistas y tampoco para ningún otro sector. No en balde acá nadie salio a cazar adecos o copeyanos cuando estos perdieron el poder.
Como puede verse, el asunto no es solo realizar las primarias y salir de ellas con un candidato, luego de este acto serán necesarios nuevos eventos dirigidos a recomponer el cuadro que allí resulte.
Por cierto, eso de creer que Chávez tiene el mandado hecho constituye un gravísimo error, en el que no cae el presidente, no así algunos de sus parlamentarios y varios de los voceros públicos que aun no comprenden que cada batalla electoral tiene que ser dada y ganada ya que nada está preestablecido.
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