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Las protestas en Brasil, la reacción de la izquierda y la crisis estructural del sistema-mundo capitalista

Fuentes: Rebelión

Dedicado a Miguel Díaz-Canel Bermúdez, para que la acumulación de contradicciones que originan las transformaciones económicas en Cuba no generen, por acumulación un día, los episodios brasileños El movimiento de protestas que estalló en Brasil el 7 de junio de 2013 cuando un grupo de poco más de mil personas se manifestaron en Sâo Paulo […]


Dedicado a Miguel Díaz-Canel Bermúdez, para que la acumulación de contradicciones que originan las transformaciones económicas en Cuba no generen, por acumulación un día, los episodios brasileños

El movimiento de protestas que estalló en Brasil el 7 de junio de 2013 cuando un grupo de poco más de mil personas se manifestaron en Sâo Paulo contra el aumento de 20 céntimos en el pasaje público ha tomado a la mayor parte de la izquierda tradicional sorprendida, algunos hasta los cogió totalmente desprevenidos.

Ángel Guerra Cabrera, un columnista del diario mexicano La Jornada de tendencia de izquierda, al parecer no pudo contener su asombro y así mismo tituló su artículo «La sorpresa brasileña», aunque un poco tardía pues apareció en la edición impresa del diario del día 20 de junio. Nadie vio la trascendencia de salir a la calle de aquellos primeros manifestantes el 7 de junio, y al parecer tampoco los otros tantos que lo hicieron el 11 de junio jornada durante la cual se llegaron a incendiar dos autobuses, quizá por eso algunos pensaron que en realidad eran «vándalos» como los llegó a calificar el alcalde del Partido de los Trabajadores en la urbe brasileña.

No fue sino hasta después del lunes 17 de junio cuando después de la quinta movilización, ésta vez ya con más de 200 mil personas en una decena de capitales, y ya no sólo en Sâo Paulo, que se comenzó a tomar aunque no tan en serio el movimiento. En un tweet del expresidente Lula al parecer así se oteaba, cuando escribía acerca de «la certeza de que entre los manifestantes la mayoría están dispuestos a ayudar a construir una solución para el transporte urbano», con lo cual parece que aún no se daba cuenta el antiguo líder metalúrgico, que la cuestión no se centraba en el aumento de la quinta parte de un real (valor exiguo si se mira matemáticamente) al transporte urbano, aunque este aumento también cuente.

Más despavorido se manifestó el jefe del gabinete civil de la Presidencia de la República, Gilberto Carvalho cuando en palabras que no se sabe si calificarlas de insultantes, racistas y/o elitistas declaró que «no entendemos lo que está ocurriendo… Ni en nuestros tiempos conseguimos llevar 100 mil personas a la calle en pocas horas (…) Ellos, los jóvenes, dicen que nosotros usamos un repertorio del siglo pasado para dialogar y que no entendemos lo que está pasando. Nosotros estábamos acostumbrados a un vehículo con altoparlantes y líderes para negociar. Ellos no usan ni vehículo ni un comando»(1)

Aunque es bueno señalar que esa falta de conectividad entre los cuadros de la izquierda y las masas, la ausencia de diálogo y retroalimentación entre ambos no parece ser un hecho aislado brasileño, recientemente un artículo difundido en varios sitios de la izquierda en internet titulado «La crisis estructural del capitalismo y la actitud de la izquierda» (2), su autor Nardo Vázquez Izquierdo comentaba cómo, cuando exponía sus ideas sobre el documento «La Alternativa Económica de Izquierda Unida frente a la Crisis» que la organización debatió en noviembre de 2012 por toda España, y para la que fue invitado fue interceptado nada más ni nada menos que por la secretaria general del Partido Comunista de Navarra Maite Mola Sainz con estas tozudas palabras «estas compitiendo con ventaja, no te estoy escuchando y no te voy a responder ninguna pregunta» (3), hecho que resulta todavía más peligroso si tenemos en cuenta que esta señora es al mismo tiempo vicepresidenta del Partido de la Izquierda europea y responsable de la Secretaría de política internacional del Partido Comunista español.

Volviendo al caso brasileño es penoso constatar como intelectuales destacados de la izquierda latinoamericana que juegan un papel fundamental en la contrainformación mediática a la que estamos sometidos por los grandes medios de comunicación, controlados por los dueños del mundo, dejan sencillamente de decir la verdad cuando se trata de gobiernos de corte progresista, sin tomar en cuenta que durante su estancia en el poder éstos sólo han atendido parcialmente las demandas de los de abajo y eso gracias a la coyuntura económica favorable de la última década.

El propio Ángel Guerra en su artículo «Brasil: lecciones para la izquierda y…» tal parece que trata a los manifestantes como ingratos, pues dice que «Paradójicamente, una parte importante de quienes protestan fue sacada de la marginalidad precisamente por las políticas incluyentes de ese periodo», (4) dejando al parecer cierta responsabilidad moral en las desagradecidas masas.

En ese sentido es infame también leer como figuras destacadas y muy preclaras como Enrique Ubieta Gómez escribe: «A diferencia de lo sucedido en Chile, donde los carabineros salen a reprimir a los estudiantes, en Brasil la presidenta les ha dado el derecho, y la razón»(5), solo basta con observar abajo las siguientes fotos que La Jornada publica en el artículo «La voz de las calles y la sordera de los políticos» del miércoles 19 de junio de 2013 en su página 4 de la edición impresa donde se aprecia un policía militar rociando con gas a una mujer, cuya vestimenta y atuendos no la asemejan mucho a antisistemas violentos. Y más abajo una segunda foto también extraída del diario azteca La Jornada del jueves 6 de junio en la página 23 de su edición impresa en la que en Turquía otra mujer es gaseada en plenas protestas en el centro de Estambul. ¿O es que no sabe el señor Ubieta Gómez que el poder en Brasil lo ejercen los mismos que, como en Chile detentan el poder económico y que, los distintos gobiernos del Partido de los Trabajadores no han alterado en lo más mínimo?, ¿no se da cuenta el periodista cubano que la fuerza bruta está dispuesta a defender lo mismo en la Turquía islámica de Erdogan que en el Brasil de gobierno de «izquierda» de Lula y Rousseff?, ¿no sabe el ensayista caribeño que ni en un lugar ni en otro ese 1 % que representan los oligarcas de la burguesía van a consentir pacífica y mansamente como le desafían los excluidos del sistema que representan ese otro 99 %?

Un policía militar reprime con gas pimienta a una mujer, durante la manifestación en la que participaron miles de personas en Río de Janeiro, que protestan ya no sólo por el alza en el transporte público sino por las carencias en materia de educación y salud. Foto Ap. Brasil. Aparece en el artículo: «La voz de las calles y la sordera de los políticos». La Jornada miércoles 19 de junio de 2013. Disponible en: http://www.jornada.unam.mx/2013/06/19/politica/004n1pol

En las redes sociales esta imagen de la policía turca que arremete contra una manifestante en la plaza Taksim se ha convertido en el símbolo del movimiento contra el premier Recep Tayyip Erdogan. Foto Reuters. Turquía. Aparece en el artículo: «Crece la revuelta en Turquía al grito de ¡Taksim, resiste, llegaron los obreros!» La Jornada jueves 6 de junio 2013. Disponible en: http://www.jornada.unam.mx/2013/06/06/mundo/023n1mun

Tenía razón el historiador inglés Perry Anderson cuando decía el año pasado que «el gran triunfo del lulismo había sido acabar con las movilizaciones en Brasil a través de una ilusión en mejoras de vida gradualista y pacífica» (6), lo que según Leticia Praks militante de una agrupación de jóvenes brasileños empieza a llegar a su fin y tomando las protestas un claro tono político. Cuánta razón llevaba Wallerstein cuando expresaba, ¡y nada menos que desde 1988!, cuan desconcertante sería para la izquierda el análisis de su gestión tras conquistar el poder, y cuan decepcionante sería para las masas percatarse de lo poco, que en el ejercicio del mismo, podían hacer por ellas sus camaradas de viaje. Es tan elocuente y certero el profesor norteamericano que no nos queda más remedio que transcribir su extenso argumento: «Uno de los puntos fuertes de los movimientos antisistémicos es que han llegado al poder en un gran número de estados. Esto ha cambiado la política vigente en el sistema mundial. Pero este punto fuerte ha sido también su punto débil, dado que los llamados regímenes posrevolucionarios continúan funcionando como parte de la división social del capitalismo histórico. Por tanto, han actuado, queriendo o sin querer, bajo las implacables presiones de la tendencia a la acumulación incesante de capital. La consecuencia política a nivel interno ha sido la continuada explotación de los trabajadores, aunque de una forma reducida y mejorada en muchos casos. Esto ha llevado a tensiones internas paralelas a las existentes en estados que no eran ‘posrevolucionarios’, y esto a su vez ha provocado la aparición de nuevos movimientos antisistémicos dentro de estos estados. La lucha por los beneficios ha proseguido tanto en estos estados posrevolucionarios como en todas partes, porque, dentro del marco de la economía-mundo capitalista, los imperativos de la acumulación han operado a lo largo del sistema. Los cambios en las estructuras estatales han alterado la política de la acumulación, pero todavía no han sido capaces de terminar con ella». (7)

Y es que parte de «la población [que no toda, ni mucho menos la mayoría] salió de la pobreza extrema, más por el ciclo de crecimiento económico que por las políticas sociales, que siempre tapan problemas pero no resuelven la situación de fondo de las mayorías»(8), los gobiernos de izquierda no han representado gran cosa para ella, ya perdieron la cautela, que como dijera Anderson los ha inhibido, y que como decía el columnista uruguayo de La Jornada en el citado artículo «el fantasma de la derecha ha dejado de operar en el imaginario colectivo. Porque es poco más que un fantasma«. (9) (el subrayado es nuestro)

Hace escasamente un año uno de los mejores conocedores de la izquierda latinoamericana, el cubano Roberto Regalado, se hacía la siguiente pregunta: «…debemos preguntarnos si los actuales gobiernos de izquierda y progresistas están enrumbados hacia la edificación de sociedades «alternativas» o si serán un paréntesis que, en definitiva, contribuya al reciclaje de la dominación del capital.»(10). Las protestas brasileñas ya han dicho la última palabra, lo cual dicho sea de paso debiera servir de lección para el resto de las fuerzas progresistas que de una forma u otra copan el poder en alrededor de una decena de países. El experto analista cubano ya lo decía en mayo de 2012 a modo de ultimátum , a quienes al parecer no se daban cuenta que el voto que le habían dado las masas, en muchos casos, era un voto por castigo a las fuerzas de derecha, dado los efectos socioeconómicos adversos que habían producido las políticas neoliberales, un voto «ni ideológico, ni político y mucho menos cautivo de la izquierda»(11), cuando expresaba que «a mediano plazo todos estos procesos, más temprano que tarde, o se enrumban en una dirección anticapitalista y se integran entre sí para fortalecerse mutuamente, o perecen»(12), y los próximos años si no se atiende la sentencia del entendido estudioso antillano veremos más de una caída.

Lo primero que confundió a muchos eruditos de la izquierda en el caso carioca es que incluso la primera letra de su nombre ha servido para darle forma a uno de los conceptos más distorsionadores de la realidad en los últimos 12 años: los llamados BRICS, recuerdo incluso que en España hasta uno de los movimientos equivalentes al brasileño el 15-M, los consideraba como la alternativa y fuente de inspiración a seguir. Nadie se detenía a pensar que incluso el término fue inventado por Jim O’Neill, uno de los gestores de fondos de inversión de uno de los más poderosos bancos sistémicos (sino el más) el norteamericano Goldman Sachs, y no precisamente para llevar beneficios a los pueblos de los países que lo constituían sino con el ex profeso objetivo de recomendar dichas economías emergentes (Brasil una de ellas) a los inversionistas como el futuro económico de la economía-mundo, es decir el capital llegó allí con el fin supremo de obtener ganancias, no de resolver problemas sociales.

Y los que han visto en el programa «Bolsa Familia», la reducción del número de pobres, etc, no han recorrido las favelas brasileñas, no han visto que el cinturón de construcciones de viviendas que parecen chozas, y que resaltan tanto como contraste en el paisaje de las ciudades de Brasil, con alto desempleo, sin servicios básicos esenciales dignos de la vida humana y donde impera la más salvaje ley de la selva conviviendo a pocos metros de la opulencia más extrema, situación que no cambiado casi nada con la llegada de los gobiernos petistas al poder, no han visto más que un espejismo y que en su entelequia no se han dado cuenta de la enseñanza histórica de que «la reforma progresista del capitalismo solo prosperó en aquellos lugares y momentos en que fue compatible con el proceso de reproducción del capital. Esa compatibilidad no existe hoy, ni en América Latina, ni en ninguna otra región del mundo [ni siquiera en Brasil con sus ingentes recursos económicos]. Puede argumentarse que, a raíz del agravamiento de las contradicciones del capitalismo, es imposible que esa compatibilidad vuelva a presentarse. De esta realidad se deriva que, tarde o temprano, el contenido popular y la «envoltura» capitalista de los procesos políticos desarrollados hoy por la izquierda latinoamericana entrarán en una contradicción insostenible: solo una transformación social revolucionaria, cualesquiera que sean las formas de realizarla en el siglo XXI, resolverá los problemas de América Latina.» (13)

En el análisis que hacemos no queremos pasar por alto que poco más de un mes antes de la eclosión social en Brasil, el profesor Immanuel Wallerstein hacía una sentencia a todos aquellos estados que se glorificaban, sin saber que fue la llegada de fábricas deslocalizadas desde los países centrales y los altos precios de las materias primas, los factores que los llevaron a una situación económica solvente (aunque muy coyuntural), en medio de la crisis estructural por la que atraviesa el sistema-mundo capitalista, anunciándoles que «dada la depresión mundial en la que continuamos existiendo y la baja probabilidad de una recuperación significativa dentro de la próxima década o así, es bastante dudoso que dentro de unos 10 años algún futuro analista de Goldman Sachs continúe proyectando a los BRICS como el futuro (económico). De hecho, la probabilidad de que los BRICS continúen siendo un grupo que se reúna regularmente con supuestas políticas comunes parece remota.

La crisis estructural del sistema-mundo se mueve muy aprisa y de muchos modos muy inciertos como para asumir la suficiente estabilidad relativa que permita a los BRICS continuar jugando un papel especial, sea geopolítica o económicamente. Así como la globalización misma, como concepto, pasó, así pueden los BRICS resultar un fenómeno pasajero.»(14)

Pero incluso podemos ir más atrás, el Global Europe Anticipation Bulletin (GEAB), un boletín que emite mensualmente el think tank francés de la oligarquía financiera LEAP/2020 en su número 39 del 16 de noviembre de 2009 despojándose de todo tipo de eufemismos y enajenación consideraba que «Si el consumidor estadounidense, personificación del Sueño Americano a partir de Henry Ford, está indiscutiblemente muerto, por su parte el consumidor occidental (externo de EE.UU.) tal como fuera conocido durante los últimos treinta años ha llegado al final de la carrera. Y, sería erróneo pensar que los asiáticos y los hispanos sustituirán a estos «animales del consumo» para que las «ganancias planetarias» continúen imperturbables…»(15), parece ser que hasta los burgueses comprenden mucho mejor que los representantes embelesados de la izquierda que el capitalismo como sistema histórico eclosiona y que quien se digne de administrar el neoliberalismo extraiga las correspondientes lecciones del caso brasileño (16).

Y para que nadie se haga ilusiones de las poquísimas posibilidades que tiene Dilma Rousseff de encaminar por buenos derroteros la situación, sin quebrantar la estructura del capitalismo en la nación sudamericana, el periódico The Wall Street Journal en su edición on line del domingo 23 de junio de 2013, citando al lobo de las finanzas Pedro Barbosa, socio del fondo de cobertura STK Capital, con sede en Rio de Janeiro, estatuía el dilema del futuro brasileño en la siguiente forma: «El problema que tienen es que necesitan calmar a dos pares interesadas muy nerviosas, el mercado[léase capitalistas] y la población, y están pidiendo cosas distintas» (17); el futuro dirá quien logra inclinar la balanza para sí, y aunque el pueblo brasileño (y no por su culpa) tiene que madurar mucho, no creo que los capitalistas la van a tener fácil con él, su caso a diferencia del español cuya población, donde llega a jugar el equipo imperial (el español Real Madrid) o el subimperial (el catalán Barcelona) es recibido con más pobladores y vítores que personas reunidas cuando se convocan marchas contra el paro o la política económica del gobierno. En contraposición los brasileños ha recibido a la presidenta de Brasil Dilma Rousseff y al mandamás de la FIFA Joseph Blatter con abucheos y rechiflas en los estadios, y han elegido la Copa de las Confederaciones y los alrededores de los estadios donde se celebraba ésta, como escenario y campo de batalla para llevar a cabo su cruzada y oposición al neoliberalismo, que aunque disfrazado ha continuado con los gobiernos del Partido de los Trabajadores.

Para concluir debemos ponderar de nuevo el ya mencionado trabajo de Nardo Vázquez Izquierdo «La crisis estructural del capitalismo y la actitud de la izquierda», aparecido 22 días antes de los disturbios en Sâo Paulo que después se diseminaron por toda la geografía brasilera, porque en él se aclaran conceptos y se enuncian enfoques que la izquierda tradicional no debiera pasar por alto, sí es que quiere tener éxito en la configuración del futuro sistema que saldrá de la etapa de transición en la que se encuentra inserto actualmente el sistema-mundo capitalista, y porque en él se hace alusión a la fantasía del milagro económico brasileño.

«Finalmente, y como demostración de que el último esfuerzo emancipador latinoamericano parecería ser un espejismo engañoso, lo cual avalaría la tesis wallersteniana de que los errores de la izquierda, la estrategia fracasada y su insuficiencia operativa, «son un resultado casi inevitable de las operaciones del sistema capitalista en contra del cual luchaba la izquierda»* al imponerle en su accionar una serie de trabas, camisas de fuerza y presiones estructurales que limitan su libre accionar, es el caso de Brasil, el gigante sudamericano, la potencia emergente, el flamante integrante latinoamericano del BRIC.

Para ello dejemos a la autorizada palabra de Iván Pinheiro, Secretario general del Partido Comunista Brasileiro, cuando decía «las medidas neoliberales no han sido movidas en Brasil, pese a los dos períodos de gobierno del Partido de los Trabajadores encabezado por ‘Lula’ y ahora el de Dilma Rousef… La izquierda latinoamericana cree o dice que Brasil es progresista, antiimperialista porque Lula que ha sido un gran líder sindical y se quedaron con esa imagen… el Brasil de hoy está pasando por un proceso de revolución, pero revolución capitalista… Los comunistas brasileños decimos que el imperialismo no es un enemigo externo o interno porque Brasil es parte del imperialismo…(y ahora lean las entrelíneas de estas palabras de Lula ‘América Latina no necesita más espadas de Bolívar, necesita créditos'»** (18). 

Fuentes

1. «Crece la protesta». Periódico La Jornada miércoles 19 de junio de 2013, p. 2. Disponible también en http://www.jornada.unam.mx/2013/06/19/politica/002n1pol

2. Vázquez Izquierdo, Nardo. «La crisis estructural del capitalismo y la actitud de la izquierda». Un profundo estudio de la estrategia histórica de la izquierda, las causas del balance negativo de la misma y de las favorables condiciones que ante ella abre la crisis estructural en la que ya se encuentra inmerso el sistema capitalista. Disponible en los siguientes sitios:

http://kaosenlared.net/america-latina/item/57178-la-crisis-estructural-del-capitalismo-y-la-actitud-de-la-izquierda.html

http://mediosalt.wordpress.com/2013/05/16/la-crisis-estructural-del-capitalismo-y-la-actitud-de-la-izquierda/

http://alainet.org/active/64134&lang=es

http://www.cronicon.net/paginas/Documentos/La-crisis-estructural-del-capitalismo-y-la-actitud-de-la-izquierda.pdf

http://revista-edm.org/

3. Vázquez Izquierdo, Nardo. Artículo citado.

4. Guerra Cabrera, Ángel. «Brasil: lecciones para la izquierda y…». La Jornada, jueves 27 junio 2013.

Disponible en http://www.jornada.unam.mx/2013/06/27/opinion/029a1mun)

5. Ubieta Gómez, Enrique. «Caminos sin horizontes en Brasil». Blog: La Isla Desconocida http://la-isla-desconocida.blogspot.com.es/2013/06/brasil-caminos-sin- horizontes.html

6. «Brasil dice ¡Basta!». Entrevista a Leticia Parks, militante de la agrupación Juventude às Ruas y de la LER-QI. Disponible en http://www.ft- ci.org/Entrevistamos-a-Leticia-Parks-militante-de?lang=es)

7. Wallerstein, Immanuel. «El capitalismo histórico». Editorial Siglo XXI. España 2012. 2ª Edición. Página 59.

8. Zibechi, Raúl. «El otoño del progresismo». La Jornada, 28 junio 2013. Disponible en http://www.jornada.unam.mx/2013/06/28/opinion/019a1pol)

9. Zibechi, Raúl. Artículo citado.

10. Regalado Álvarez, Roberto. «¿Hacia dónde van los gobiernos de izquierda y progresistas?. Rebelión 18 mayo 2012. Disponible en: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=149800

11. Regalado, Roberto. «Hacia dónde van los gobiernos de izquierda y progresistas». América Latina en Movimiento, 17 mayo 2012. Disponible en http://alainet.org/active/54926

12. Regalado, Roberto. «Es necesario construir una contrahegemonía popular». Rebelión 14 octubre 2009. Disponible en http://www.rebelion.org/noticia.php?id=93265)

13. Regalado Álvarez, Roberto. «La izquierda latinoamericana hoy Reforma o Revolución». Rebelión 9 enero 2006. Disponible en:

http://www.rebelion.org/noticia.php?id=25252

14. Wallerstein, Immanuel. «¿A qué intereses sirven los BRICS?». Comentario Nº 352, 1 mayo 2013. Centro Fernand Braudel de la Universidad de Binghamton de New York. Disponible en el periódico mexicano La Jornada en su edición del 11 mayo2013. http://www.jornada.unam.mx/2013/05/11/opinion/022a1mun

15. GEAB Nº 39. «El fin del consumidor que conocimos durante más de 30 años». 16 de noviembre de 2009. http://www.leap2020.eu/

16. Ver Nadal, Alejandro. «Administrar el neoliberalismo: lecciones desde Brasil». La Jornada, 26 de junio 2013. Disponible en http://www.jornada.unam.mx/2013/06/26/opinion/026a1eco

17. Paulo Trevisani en Brasilia y Paul Kiernan en Río de Janeiro. «Un dilema económico en el intento de Brasil de calmar las protestas».

The Wall Street Journal 23 junio 2013. Disponible en:

http://online.wsj.com/article/SB10001424127887324637504578564071950873886.html

18. Vázquez Izquierdo, Nardo. Ensayo citado «La crisis estructural del capitalismo y la actitud de la izquierda». Dentro de la cita los asteriscos pertenecen a: * Wallerstein, Immanuel. «La decadencia del imperio. EE.UU. en un mundo caótico.» Editorial Txalaparta. Tafalla. España.2005. página 252 y ** Entrevista con Iván Pinheiro, Secretario general del Partido Comunista Brasileiro, Partido Comunista de Brasil. «Brasil de hoy está pasando por un proceso de revolución capitalista». Concedida a Dick y Mirian Emanuelsson en el Foro de Sao Paulo realizado en Caracas en el mes de julio de 2012. Disponible en : http://www.lahaine.org/index.php?p=63210

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