Profesora de la Universidad de São Paulo (USP) y crítica asidua del modelo capitalista, la filósofa Marilena Chauí fue recibida esta semana por una verdadera multitud de jóvenes de la Universidad Estatal de Rio de Janeiro (UERJ). Auditorio lleno, gente sentada en el piso y las escaleras, la puerta obstruida por espectadores y la entrada […]
Desde el año pasado, la UERJ enfrenta graves problemas de falta de recursos y hasta hoy las clases no volvieron de forma integral. Mientras tanto, según una nota del Fórum de Directores de las unidades académicas de la universidad, publicada el día 29 de marzo, la universidad no está parada. «Se encuentra funcionando, en muchas de sus actividades de investigación, de enseñanza y de extensión. Respecto al atendimiento a la salud, el Hospital Universitario Pedro Ernesto (HUPE) y la Policlínica Piquet Carneiro (PPC) continúan atendiendo a la población en esfuerzo redoblado». La nota informa que persisten las dificultades con falta de limpieza, recolección de basura y manutención, en todos los campus de la UERJ, pero que «el Rectorado, juntamente con el Fórum de Directores decidimos establecer como objetivo que deseamos iniciar las clases, integralmente, lo más rápido posible».
Para Marilena, los problemas de la UERJ van mucho mas allá de la relación con el gobierno del estado de Rio de Janeiro. «La crisis en las universidades es resultado del avance neoliberal y de la entrada de la iniciativa privada internacional en el mercado brasileño», afirmó la filósofa durante la conferencia.
Para ella, el modelo de universidad pública comenzó a entrar en crisis ya en la dictadura militar, cuando las bases curriculares fueron reformuladas. «Las universidades se tornaron funcionales, puramente técnicas, para la formación de profesionales calificados. En la década de los 80 pasaron a desempeñar un papel más ligado a la lógica del mercado, dirigida a resultados y productividad. Después, ya en la década de 90 y años 2000, pasó a ser una universidad operacional, replegada sobre si misma, centrada en la producción de artículos, informes y en las evaluaciones externas», relata la académica.
La profesora dice que la universidad precisa salir de esa «burbuja» y entender que es parte de la lucha de clases. Pero, que ese cambio exige un camino arduo y largo.
Brasil de Fato – ¿Cuál es el camino para pensar una solución al problema de la instrumentalización de las universidades, que ahora trabajan solo en la lógica del mercado, priorizando eficiencia y resultados?
Marilena Chauí – Ese camino comienza con la enseñanza básica y con la enseñanza media. Es preciso retomar la idea de la formación en lugar de la información, de la crítica en lugar de la repetición. Los medios de comunicación y la velocidad del internet llevan a las personas a considerarse informadas y con capacidad crítica. Sin percibir que si están «informadas» es porque no tienen formación, no tienen espíritu crítico. En verdad ellas están en contra o a favor de alguna cosa, pero sin dar las razones por las cuales están a favor o en contra.
Brasil de Fato – ¿Es posible para nosotros comenzar ese cambio en el actual escenario político y con el actual gobierno?
Marilena Chauí – Sí. Es y demanda un trabajo lento. La experiencia que tenemos de la época de la dictadura y la experiencia que el Movimiento de Trabajadores Rurales Sin Terra (MST) tiene en su trayectoria, por ejemplo, nos muestran que es un trabajo cotidiano, que lleva la hojita al hormiguero. Entonces si nosotros tuviéramos la expectativa de una solución en un corto espacio de tiempo no cambiaremos. Tenemos que pensar que es un trabajo de largo plazo que nos involucra a cada uno de nosotros durante mucho tiempo y de diferentes maneras. Exige paciencia histórica.
Brasil de Fato – Comenzamos la semana con la noticia del fin del programa federal de becas internacionales Ciencia Sin Fronteras. También está ese proyecto del gobierno Temer de cobrar mensualidades en cursos de posgrado y la Universidad Estatal de Rio de Janeiro en decadencia. ¿Cuál es análisis que la señora hace de ese desmonte de las universidades públicas?
Marilena Chauí – El desmonte está ligado a la adopción de la perspectiva neoliberal. El Estado ve a las universidades como empresas, donde tiene que haber competición y productividad. A partir de ahí se abandonó la idea de derechos sociales, que no está ligada al lucro, pero a la construcción del propio país y a la consolidación de la democracia. Lo que tenemos es un desmonte de la escuela democrática, en todos los niveles, pero que exige de nosotros aquello que los brasileños saben hacer que es el trabajo de resistencia. Nosotros vamos vencer otra vez.
Brasil de Fato – Ya para terminar, ¿cuál es el papel de la universidad en la lucha de clases?
Marilena Chauí – El papel de la universidad es ser parte de la lucha de clases. La universidad no puede ser apenas un lugar que reflexiona sobre la lucha de clases. Ella tiene que comprender que es parte de esa disputa, sea por su alumnado, por la división entre sus profesores, por el papel de las administraciones y burocracias, que operan muchas veces a favor de la clase dominante. Somos parte de la lucha de clases y estamos obligados, como institución de enseñanza, a entender ese papel que desempeñamos en la sociedad.