«Deroguen las leyes malvadas», exige la pancarta de la foto de arriba. La decidida oposición de un movimiento popular de los y las agricultoras durante todo un año a tres leyes agrícolas acabó forzando su derogación en el Parlamento indio a principios de este mes. Hace poco hablé con Kavitha Kuruganti, del Samyukt Kisan Morcha (Comité de Acción Conjunta de Agricultores), una activista que lleva mucho tiempo trabajando por los derechos de los agricultores y los medios de vida agrícolas sostenibles. También es la fundadora-convocante de la «Alianza para la Agricultura Sostenible y Holística» (ASHA), una alianza panindia de más de cuatrocientas organizaciones que trabajan por la seguridad alimentaria y la sostenibilidad. Kuruganti fue un actor clave en la intensa disputa política entre los sindicatos agrícolas del país y el gobierno central en torno a las leyes agrícolas que amenazaban con llevar irremediablemente la agricultura india hacia el fundamentalismo del libre mercado, y entregar el control de las operaciones agrícolas y el comercio de productos a las grandes empresas. En consecuencia, los sindicatos de agricultores movilizaron un implacable movimiento de un año de duración que desembocó en este extraordinario triunfo. Kuruganti fue la única mujer de la delegación de agricultores que negoció con el gobierno la retirada de las leyes agrícolas.
Para obtener una perspectiva interna sobre la convincente razón de ser del movimiento, sus sólidos fundamentos organizativos, el espíritu intrépido y a la vez efervescente que caracterizó las protestas de los y las agricultoras y su dinámico impulso de cambio, véase mi entrevista con Kuruganti a continuación.