La historia petrolera de Venezuela está cumpliendo su primer centenario en esta segunda década del siglo en curso, pues, se acepta que fue a partir de 1910 cuando se dio inicio al proceso histórico que partió en dos el devenir histórico del país, cuando progresivamente y de forma aluvional se sustituyó la Venezuela agraria por […]
La historia petrolera de Venezuela está cumpliendo su primer centenario en esta segunda década del siglo en curso, pues, se acepta que fue a partir de 1910 cuando se dio inicio al proceso histórico que partió en dos el devenir histórico del país, cuando progresivamente y de forma aluvional se sustituyó la Venezuela agraria por la petrolera. En tal sentido, este primer centenario petrolero presenta tres periodos históricos claramente diferenciados: Periodo Concesionario (1910-1975), Periodo de la Empresa Petrolera Nacionalizada y Desnacionalizadora (1976-2001) y Periodo de la Grandes Confrontaciones o periodo de la Plena Soberanía Petrolera (2001-2012)1
A las nuevas generaciones de venezolanos estamos seguros les interesará conocer los logros más importantes obtenidos por la nación, en los primeros sesenta y cinco años de actividad petrolera. Por consiguiente, en lo que sigue pasaremos revista, a las conquistas cimeras que en materia de políticas relacionadas con el origen y el destino de la renta hidrocarburera, fueron alcanzadas por los gobiernos desde la dictadura de Juan Vicente Gómez hasta la primera administración de Carlos Andrés Pérez. Tal propósito lo fundamentamos en la evidencia empírica indicadora de que la actual política petrolera adelantada por la Revolución Bolivariana, se afinca en varias conquistas políticas que en materia petrolera se lograron en el periodo concesionario, así como también en el rechazo de sus atributos más negativos. En tal sentido, la herencia del periodo concesionario podemos sintetizarla en los siguientes aspectos:
1.-El Concepto Jurídico de la Propiedad Nacional Estatal del Subsuelo.
Este concepto jurídico va a resultar de capital importancia en la historia petrolera del país, pues, asentado en esta categoría jurídica, el Estado venezolano pasó a ser el único propietario de las riquezas naturales depositadas en el subsuelo nacional, entre ellas por supuesto, el petróleo. Fue precisamente un coriano, Pedro Manuel Arcaya, el jurista que entronizó en la jurisprudencia criolla este concepto mediante el cual, el Estado quedaba facultado para cobrar una renta del suelo por la extracción de petróleo al capital imperialista internacional.2 Armado con este constructo jurídico el gobierno gomecista y los subsiguientes, hasta el primer mandato de Carlos Andrés Pérez, se avocaron a la defensa de nuestro principal recurso natural exportable, con la finalidad de extraerle al petróleo el máximo ingreso posible para invertirlo en el desarrollo nacional. Arcaya para elaborar semejante idea petrolera se inspiro en las legislaciones de Estados Unidos, de México y de la Rusia zarista.3 La idea de cobrarle una renta del suelo al capital petrolero internacional obviamente era una postura anticapitalista en tanto que afectaba la tasa de ganancia de los inversionistas. Actualmente la política petrolera bolivariana de Plena Soberanía Nacional, basada en la defensa del recurso natural, es heredera de este aporte histórico del gomecismo.
2.-El afianzamiento del nacionalismo petrolero.
Una vez que el Estado venezolano comenzó a percibir una renta del suelo por la explotación petrolera, nada más lógico que se produjese una exacerbación de las apetencias rentísticas estatales. Fue así como desde las clases dominantes nació la idea de defender el petróleo como nuestro principal recurso de explotación, cuestión en la que fueron enroladas las clases dominadas. La legitimación de tal apetencia, se logró con la idea de transformar la dicha renta en desarrollo económico, por tanto, la consigna de «sembrar el petróleo» alcanzó carta de ciudadanía. La defensa de nuestro petróleo adelantada por las élites dirigentes del país, hizo que la idea de vivir del petróleo se hiciera conciencia nacional, pero además, esta conciencia nos convirtió a la mayoría de los venezolanos en seres políticamente situados en la izquierda ideológica. Aquí todo el mundo era políticamente progresista por ser nacionalista petrolero. Hasta hace muy poco tiempo en Venezuela declararse políticamente de derechas era una soberana raya.
3.-Las victorias alcanzadas sobre el imperialismo petrolero.
Una de las razones que motivó la venida del capital imperialista petrolero a Venezuela fue la alta incidencia que la renta del suelo tenía sobre la tasa de ganancia del capital invertido en la actividad petrolera, sobretodo en la producción estadounidense. Huir de la renta del suelo explica en mucho la salida del capital imperialista hacia las naciones periféricas del sistema. Lo paradójico resulto que el fantasma que el capital monopolista creía conjurado en el Centro del sistema, con la inversión extranjera directa, le reapareció en el llamado Tercer Mundo. Nuestra primera Ley Petrolera de 1920 que impuso al capital inversionista una renta o royalty fue una de las primeras conquista de nuestro país sobre el capital extranjero; luego se añadirían otras victorias como fueron el logro de la soberanía impositiva, alcanzada en la Reforma Petrolera de 1943 y la soberanía jurídica, ésta última presente ya en el Código de Minas de 1910. El gobierno del General Medina Angarita fue el primero en utilizar el petróleo como arma geopolítica y fue el primero que en esta perspectiva obtuvo una resonante victoria sobre el imperialismo. La fundación de la OPEP fue otra victoria importantísima sobre el capital imperialista, pues con el tiempo sería el expediente más eficaz para imponerles a los países consumidores de nuestro petróleo una renta absoluta. Por último, en el periodo concesionario se logró la nacionalización del petróleo, considerado por muchos analistas como una «nacionalización chucuta», sin embargo, este logro histórico nos puso en capacidad de llevar el nacionalísimo petrolero y la renta absoluta a límites siderales.
4.-La emergencia de un Estado inmensamente rico.
Las victorias logradas por el Estado venezolano sobre el capital petrolero imperialista, afincado en la propiedad nacional del subsuelo, la riqueza de nuestros yacimientos y la imposición de una renta absoluta a través de la OPEP, se tradujeron en una copiosa renta internacional que comenzó a drenar hacia el país desde los años de la dictadura gomecista. Venezuela desde aquellos años iníciales de la producción petrolera comenzó a disfrutar de un intercambio desigual a su favor que hizo del Estado el sujeto más poderoso económicamente de la escena productiva nacional, por supuesto, si lo entendemos desde el punto de vista de la aplicación de la teoría del valor-trabajo que nos legó Carlos Marx4. Lo paradójico era que este Estado inmensamente obeso por los petrodólares nadaba en una sociedad inmensamente pobre. La intervención del Estado en la economía nacional fue el expediente que las élites impusieron para corregir semejante anomalía5.
5.-Las compañías petroleras fueron obligadas a refinar en el territorio nacional.
La refinación de petróleo en el territorio nacional materializado en lo que hoy es el Centro Refinador Paraguaná, fue otra de las grandes conquistas logradas en el periodo concesionario; este logró fue alcanzado en la Ley Petrolera de 1943, firmada por el General Medina Angarita como Presidente y por Eugenio Mendoza como ministro de petróleo. Hasta esa época, el petróleo venezolano se transformaba en las refinerías que las compañías anglo holandesas y norteamericanas tenían en Aruba y Curazao. La protección del ejercito de Su Majestad holandesa y el temor gomecista hacia el pujante proletariado petrolero pareces ser que fueron las razones que motivaron la localización de estas refinería en el Caribe insular.
6.-El surgimiento del capitalismo rentístico.
Con el advenimiento de la producción petrolera, Venezuela comenzó a transitar raudamente de un modo de producción pre capitalista hacia la modernidad capitalista; cuestión que significó un quiebre tanto en la estructura como en la superestructura de nuestra formación social. Sin embargo, el capitalismo no llegó a este país por las vías que le conocimos al capitalismo europeo. El capitalismo criollo es un derivado de la prolongación en el tiempo de eso que Marx llamó la Acumulación Originaria de capital, o sea, la transfusión de la renta petrolera estatal hacia los bolsillos privados. Los capitales invertidos en la economía venezolana en la época petrolera se han ido valorizando no en base al plus valor obtenido de los obreros nacionales, sino de la distribución interna de la renta petrolera internacional, donde por supuesto, la dureza del tipo de cambio ha jugado un papel estelar6. Este hecho es demostrativo que la burguesía venezolana dispuso para implantar el capitalismo por estos lares, de condiciones tan ventajosas como ninguna otra burguesía latinoamericana. No obstante, después de setenta años de capitalismo rentístico, la situación económica del país no podía ser más desoladora. La quiebra económica del capitalismo rentístico venezolano configura a nuestro juicio, uno de las fracturas históricas más llamativas del final de la pasada centuria. Este capitalismo legó a la posteridad una estructura técnico-productiva totalmente deformada, donde, las actividades terciarias se impusieron sobre las primarias y las secundarias. Al mismo tiempo, el país siguió siendo mono productor y mono exportador de recursos naturales. La industrialización apenas llegó a alcalizar lo que los economistas han llamado la sustitución intermedia de bienes industriales. También nos legó una estructura social compuesta por una burguesía apátrida, una clase media con un altísimo nivel de consumo y una conciencia nacional reducida a su mínima expresión, un proletariado donde se destacaba la presencia de una élite asalariada adscrita al sector petrolero nacional y un lumpemproletariado que hizo de los cedros urbanos su morada hasta el momento. Al final del periodo concesionario, la pobreza crítica había alcanzado niveles astronómicos, contribuyendo así a descalificar el pacto puntofijista.
En materia superestructural, el capitalismo rentístico también nos legó una democracia representativa que las leyes de acumulación de este tipo de capitalismo y le ceguera de una clase política, la deslegitimaron al punto de ser sustituida por otro tipo de democracia.
7.-El atornillamiento de la idea bastarda del trabajo.
Por formación histórica, los venezolanos internalizamos la idea de que el trabajo no redime a la persona humana. Ni el español venido con la conquista, ni el indio y mucho menos el negro tuvo una idea redentora del trabajo sino todo lo contrario. Para nosotros la ecuación de que el trabajo es igual a riqueza social nacida en el continente europeo, no permeó a la sociedad surgida del Pacto Colonial. El facilismo y la tracalería fueron otros dones que heredamos del conquistador ibérico. La riqueza para esta sociedad se obtenía por manejos fraudulentos de la Cosa Pública o por un golpe de suerte como los entierros de botijas de oro o plata. Con la llegada del parasitismo petrolero, o sea la renta, esta idea bastarda del trabajo se elevó a su máxima expresión materializada en la llamada corrupción administrativa, el reposerismo y los juegos de envite y azar. Este es un verdadero lastre que heredamos del periodo concesionario petrolero y que una salida anticapitalista debe resolver tanto en lo teórico como en la praxis.
8.-El analfabetismo petrolero
En un país petrolero como Venezuela resulta verdaderamente incomprensible la ignorancia de sus ciudadanos sobre la cuestión petrolera en su dimensión histórico-economica. Cuando decimos ciudadanos no nos estamos refiriendo a sus habitantes más humildes, sino sobre todo, a la llamada inteligencia nacional, la que anida en nuestras Casas de Estudio Superiores. Tenemos cien años montados en un barril de petróleo y los vamos a estar por unos cuarenta o cincuenta años más, y no sabemos nada de petróleo como colectividad7. En esta ignorancia petrolera han contribuido el capital imperialista, las dictaduras militares y los gobiernos puntofijistas, o sea, el llamado Poder Petrolero. La vigencia de este analfabetismo fue una de las condiciones históricas que posibilitó la llamada Apertura Petrolera (1976-2001) donde estuvimos a un milímetro de que se privatizara todo el negocio petrolero nacional con todo lo antinacional que representó este proceso de nuestra historia petrolera El pacto institucional entre A.D y COPEI que erradicó el tema petrolero de las campañas electorales presidenciales puntofijismo debemos tenerlo presente hoy más que nunca, cuando somos objetivo político y militar de las naciones imperialistas habidas de recursos energéticos. Erradicar el analfabetismo petrolero es condición sine qua non para lograr la plena soberanía petrolera.
9.-La relación amor-odio con el petróleo
En el discurso petrolero elaborado por los intelectuales orgánicos de la oligarquía venezolana se perciben claramente dos posiciones en cuanto a la relación renta petrolera-desarrollo económico nacional: a)una visión positiva que le asigna el petróleo la responsabilidad de habernos metido de lleno en la llamada modernidad capitalista. La modernización de la estructura técnico productiva del país, así como le edificación institucional del Estado/nación, fueron hechos históricos que se dieron por la mediación de la renta petrolera. El mejoramiento del aparato médico-sanitario así como las variables sociales que incidieron en un mejor nivel de vida de la población y el crecimiento de la misma, son fenómenos indiscutiblemente petrolizados. b)Sin embargo, en la medida que la parte sustancial de la renta se fue anidando en los bolsillos de la oligarquía dominante y las necesidades de las clases humildes siguieron sin solución de continuidad, surgió desde esta misma clase social, el discurso que achacaba a la cosa petrolera, los males sociales del país, lo que significó una efectiva mampara ideológica oligarca para ocultar la verdadera esencia de la cuestión petrolera venezolana. La asimetría social que profundizó la renta petrolera se le achacó al petróleo. Los males económicos de la nación como la llamada «enfermedad holandesa» también se le endosaron al petróleo, quedando la oligarquía eximida de este tremendo fracaso histórico8
10.-La transición pacífica hacia el capitalismo
En América Latina la transición histórica del pre capitalismo agrario fundamentado en la preeminencia de la hacienda que producía para la exportación, hacia el capitalismo que empujaban fuerzas desatadas por el capital imperialista anidado en la porción noratlántica del planeta, estuvo matizada por la violencia. La Revolución mexicana, las guerrillas en Brasil, las luchas de Sandino en Centroamérica, la sempiterna violencia en Colombia, son algunos de los indicadores históricos que ejemplifican lo cruento de la transición hacia la modernidad capitalista en estas latitudes.
En Venezuela la transición al capitalismo se dio de manera aluvional, es decir, con una velocidad históricamente particular: apenas bastaron treinta años (1920-1950) para que el capitalismo que inicialmente se formó en los campos petroleros se extendiera a todo el territorio nacional. Pero lo más interesante fue que dicho proceso se dio de una manera sumamente pacífica. Los brotes de violencia originados por los latifundistas (pretendiendo apoderarse de una parte de la renta petrolera) fueron rápidamente controlados por el Estado Gomecista; para 1928 la clase terrateniente nacional había sido liquidada militarmente por la dictadura instaurada por los andinos. Por supuesto que esto se debió al poder de fuego superior del ejército gomecista, facilitado por la renta petrolera. Pero además, nuestra fase auroral capitalista no se vio obligada a pasar por las penurias obreras del capitalismo clásico que fueron estudiadas por Carlos Marx en la Inglaterra del siglo XIX. Acá el capitalismo inicial fue muy light, es decir, nació con unos salarios muy por encima de los que pagaba la agricultura tradicional y, inmediatamente apadrinó la versión venezolana del Estado de Bienestar instaurada por Rómulo Betancourt en el Trienio adeista (1945-1948). Con estas determinantes históricas se entienda claramente el carácter pacífico con el que se instauró en la formación social venezolana la economía capitalista.
11.-La exclusión del capital nacional de la producción petrolera
Una vez erigida la propiedad nacional estatal en la cuestión petrolera venezolana, a los conductores del Estado desde los tiempos del Gomecismo hasta el llamado Puntofijismo-keynesiano (1920-1975), tuvieron muy claro el criterio de no dejar participar al capital nacional en la actividad extractiva petrolera. La razón era muy evidente: dado que el negocio petrolero es una relación conflictiva entre la renta del suelo perteneciente al dueño del recurso natural y la tasa de ganancia perteneciente al capital inversionista extranjero (las siete hermanas). Por consiguiente, el negocio petrolero además de su connotación económica tenía una dimensión geopolítica. Era un cuestión de soberanía nacional. Si al capital nacional se le permitiese participar en la producción petrolera, por las inexorables leyes de la acumulación de capital, de entrada se iba a poner de lado del capital internacional contra las apetencias rentísticas del Estado venezolano, y esta ecuación política no la iba a permitir un Estado que vivía exclusivamente de la renta petrolera. Por ello el capital nacional fue excluido de la cuestión petrolera tanto por los partidarios de la dictadura como por los demócratas puntofijistas-keynesianos.
REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS
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1.-MOMMER, Bernard. Venezuela, país petrolero: hacia el primer centenario. 15 de julio de 2011. Coro. Versión Mimeografiada. P.1
2.-TROMPIZ VALLES, Humberto: las aspiraciones rentistico-petroleras de los latifundistas venezolanos en tiempos del gomecismo: 1910-1922
(Trabajo de Grado presentado como requisito de mérito para optar al título
de Magister Scientiuarun en Historia de Venezuela). Coro.UNEFM. 2011. P.164
3.-MOMMER,Bernard. PETROLEO GLOBAL Y ESTADO NACIONAL.Caracas.COMALA. 2003. P.130
4.- MOMMER, Bernard. Petróleo Renta del suelo e Historia. Mérida, Universidad de los Andes, 1.981, pp.61.
5.- USLAR PIETRI, Arturo. Sumario de Economía Venezolana. Caracas, U.C.V., 1.945, pp.243-24.
6.-BAPTISTA Asdrúbal. Teoría Económica del capitalismo Rentístico. Caracas. ESA. 1997.
7.-MIERES Francisco. La saga del fatalismo petrolero.
8.-SUCRE HEREDIA, Ricardo. ¿Es Venezuela un Petroestado?. Foro de Analítica Research.08-09-2000. http://www.analitica.com/va/research/foros_y_entrevistas/8691083.asp
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