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LEVI´S cierra su fábricas en EEUU y las traslada al Tercer Mundo donde paga 40 dólares al mes y contrata a menores

Fuentes: Europa Press y y Solidaridad.net

De manera inversamente proporcional, los cierres de factorías Levi’s en Europa y Norteamérica se producen al mismo tiempo que se abren nuevas instalaciones en México y en China. Su producción la ha externalizado mediante el uso de contratistas que se instalan en las «Zonas de Procesamiento de las Exportaciones» en países del Tercer Mundo donde […]

De manera inversamente proporcional, los cierres de factorías Levi’s en Europa y Norteamérica se producen al mismo tiempo que se abren nuevas instalaciones en México y en China. Su producción la ha externalizado mediante el uso de contratistas que se instalan en las «Zonas de Procesamiento de las Exportaciones» en países del Tercer Mundo donde no les cobran impuestos y pagan salarios de hambre de 40 dólares mensuales en promedio. Levi´s anunció, en 1994, el cese de las relaciones comerciales con dos de sus proveedores en Bangladesh porque utilizaban como mano de obra a niños menores de catorce años. Levi´s propuso que los niños dejaran de trabajar, pero los patronos señalaron que éstos eran la única forma que sus padres tenían de ganarse el pan. Finalmente, Levi´s aceptó que siguieran trabajando, siempre y cuando la empresa se hiciera cargo de la escolarización de esos niños y prohibiendo la contratación de otros. Sin embargo, no contrataron a sus padres en vez de a ellos para ocupar su puesto de trabajo. Esta es una delas muchas canalladas de esta multinacional…

La multinacional textil Levi Strauss & Co ha cerrado sus dos últimas fábricas en Estados Unidos para trasladar la producción a países asiáticos como China, donde los costes salariales son mucho más reducidos; la operación, que se ha saldado con 800 despidos en San Antonio (California), culminará la próxima primavera con el cierre de las plantas de Canadá.

Según el portavoz de la compañía Jeff Beckman, citado por la cadena CNN, el cierre de las plantas tuvo lugar ayer. Se trata de las dos fábricas situadas en San Antonio –donde venían operando desde hace 26 años–, con una plantilla total de 800 trabajadores. Esta medida fue anunciada el pasado septiembre.

Hace años que la multinacional con sede en San Francisco (y con 150 años de historia a sus espaldas) empezó a trasladar su producción a otros países para abaratar costes salariales y compensar así la caída de las ventas. Hace veinte años, tenía 63 plantas en territorio estadounidense.

Según Beckman, el cierre de estas plantas se ha ido aplazando pero «resultaba inevitable». «Hemos intentado hasta el final mantener parte de la producción en Estados Unidos pero tenemos que ser competitivos para sobrevivir en el mercado», explicó. La próxima primavera seguirán el mismo camino las tres plantas de Canadá.

El cosido de prendas San Antonio terminó a finales del pasado noviembre, y las últimas actividades de lavado –para dar a la ropa sus distintos acabados finales– cesaron en diciembre. Cada año, estas fábricas producían más de cuatro millones de pantalones, con un salario medio por trabajador de entre 10 y 12 dólares por hora (ente 7,8 y 9,3 euros).


LEVI´S PAGA SALARIOS de HAMBRE en el TERCER MUNDO

La empresa continúa siendo la multinacional que más vende ropa en el mundo. En 1997 sus ventas mundiales llegaron a US$ 6,9 miles de millones, aunque ahora se dedica sólo al marketing. Su producción la ha externalizado mediante el uso de contratistas que se instalan en las «Zonas de Procesamiento de las Exportaciones» en países del Tercer Mundo donde no les cobran impuestos y pagan salarios de hambre de 40 dólares mensuales en promedio.

El traslado de la producción a países como China permitirá a la compañía hacer frente a siete años de declive en las ventas, tras haber registrado beneficios récord de 7.100 millones de dólares en 1996. En 2002, las ventas sumaron sólo 4.100 millones, y para 2003 se espera una bajada de entre un 2 y un 3 por ciento más.

Paralelamente, la plantilla de la multinacional se ha reducido de los 37.000 empleados de 1996 a 12.000 en diciembre de 2003, la mitad de ellos en Estados Unidos. A partir de ahora, aparte de su cuartel general de San Francisco, Levi´s mantendrá sólo en este país al personal de diseño y ventas, además de algunos centros de distribución.

Este proceso de deslocalización, común a todas las multinacionales más importantes, incluso a la General Motors, se consolida a mediados de los 90.

Levis´s ha sido pionera en este proceso. Ya en 1994 trabajaba con 700 contratistas en 60 países, tales como Filipinas, Tailandia, Srilanka, Polonia, Indonesia, Singapur, China, Corea, Hong Kong y en Mauritius (Italia), donde se «importaban» mujeres chinas.

En todos estas experiencias el registro de malos tratos y explotación es extenso, aun cuando la empresa los compensa con actos de Responsabilidad Social en el Primer Mundo y con el esfuerzo creciente de independizar su nombre de las acciones de los subcontratistas.

Se dice que en la actualidad Levi´s está negociando una franquicia con la chilena Textil El Aguila. Sin embargo, para cerrar el convenio, El Aguila deberá pagar los salarios que se pagan en Asia y Africa, probablemente a través de modalidades de trabajo a domicilio y deberá producir en las cantidades requeridas.

Es por esto que a los sectores empresariales les urge la «flexibilidad laboral» y la vigencia del TLC con EEUU que eximirá de impuestos a estas exportaciones.


EXPLOTACIÓN INFANTIL EN ASIA

En los EE.UU. las compañías empezaron a formular códigos como reacción a la publicidad negativa que involucraba corporaciones multinacionales con condiciones de trabajo abusivas en el extranjero. La primera compañía que instituyó un Código de Conducta fue Levi´s Strauss en 1992, después de que se criticó porque sus contratistas en China estaban usando mano de obra de presos.

Por otro lado, cuando grandes marcas se ven manchadas con denuncias de abusos con sus trabajadores, siempre suelen adoptar medidas destinadas a lavar su imagen ante los consumidores y la sociedad en general. Esto sucedió con Levi´s, que anunció, en 1994, el cese de las relaciones comerciales con dos de sus proveedores en Bangladesh porque utilizaban como mano de obra a niños menores de catorce años.

Levi´s propuso que los niños dejaran de trabajar, pero los patronos señalaron que éstos eran la única forma que sus padres tenían de ganarse el pan. Finalmente, Levi´s aceptó que siguieran trabajando, siempre y cuando la empresa se hiciera cargo de la escolarización de esos niños y prohibiendo la contratación de otros. Sin embargo, no tuvieron la idea de contratar a sus padres en vez de a ellos para ocupar su puesto de trabajo.

LOS CIERRES DE LEVI´S en EUROPA

Fuente: Clean Clothes Campaign -1998

La multinacional ya en 1998 anunció el cierre de cuatro plantas de producción en Europa. Tres en Bélgica y una en Francia. En total más de 1.500 trabajadores a la calle. La compañía se saca de encima también dos plantas más en el estado de Tejas, despidiendo a más de 900 trabajadores y trabajadoras.

Estos hechos empiezan a ser habituales en los últimos años de actividad de la empresa multinacional. En un solo año, Levi’s cerró 11 plantas de producción entre Estados Unidos y Canadá. En San Antonio perdieron su empleo más de 1.100 mujeres. La compañía trasladó la producción a Costa Rica donde por un día de trabajo se pagaba lo mismo que por media hora en San Antonio.

De manera inversamente proporcional, los cierres de factorías Levi’s en Europa y Norteamérica se producen al mismo tiempo que se abren nuevas instalaciones en México y en China.

El pasado 5 de octubre unas 2.000 personas se manifestaron, frente al cuartel general de Levi’s en Bruselas, para impedir el cierre de las factorías europeas.

A nivel internacional las ventas de Levi’s no tienen nada que ver, geográficamente hablando, con sus centros de producción. Las ventas de la compañía confirman su crecimiento en Europa y Estados Unidos de manera acelerada, en Asia empiezan a subir y en América Latina lo hacen a un ritmo más lento.

Levi´s es una compañía que presume de tener conciencia social. Sus técnicos de marketing fueron los primeros en avisar a sus jefes de que la buena conducta social también puede ser un factor de venta, aunque no siempre se cumpla, pero que lo parezca. Levi’s fue una de las primera grandes compañías en adoptar códigos de conducta, aunque la efectividad de estos es dudosa al no estar controlados por ningún órgano independiente.


NO HAY CONTROL de las MULTINACIONALES

Los consorcios transnacionales han hecho enormes beneficios explotando la mano de obra barata en las Zonas de Procesamiento para la Exportación en Asia y las Zonas Francas en América Central, donde gobiernos represivos sofocan el descontento y la organización laboral, con el propósito de atraer inversiones extranjeras. La movilidad del capital transnacional, especialmente en las industrias de mano de obra intensiva y baja tecnología, han dado como resultado que los salarios desciendan en picada.

En 1991 se informó que el mayor productor de jeans de los Estados Unidos, Levi-Strauss, estaba usando mano de obra femenina en condiciones de trabajo comparables a las de una prisión, y en un esfuerzo por restaurar su imagen pública, respondió redactando el primer código de conducta corporativo. Desde entonces activistas de derechos humanos, sindicatos y otras organizaciones no-gubernamentales en América del Norte y Europa, han lanzado con perspectiva estratégica muchas campañas de consumidores. Kathy Lee, Gap, Nike, Reebok, Disney y Wal-Mart, y otras muchas marcas, han recibido el impacto de esas campañas. Gracias a los escándalos que han puesto al descubierto la explotación laboral de las corporaciones transnacionales en Asia y América Central, se ha forzado la creación de muchos códigos de conducta. Sin embargo, la efectividad de estos es controvertida, debido a que las investigaciones continúan revelando que las compañías usan sin obstáculo prácticas de explotación en la producción de sus mercancías. Por tanto, para las corporaciones transnacionales los códigos funcionan en buena medida como instrumentos de relaciones públicas. En los últimos años se ha encendido un candente debate acerca de cómo supervisar de manera efectiva el cumplimiento de los códigos.