El internacionalista Walter Wendelin ya se encuentra en Euskadi tras llegar procedente de Francia, a donde fue expulsado por las autoridades venezolanas. Wendelin fue arrestado el domingo 28 en el Aeropuerto Internacional de Maiquetía, Venezuela, cuando intentaba entrar en el país procedente de México, y fue trasladado a la sede del Servicio Bolivariano de Inteligencia […]
El internacionalista Walter Wendelin ya se encuentra en Euskadi tras llegar procedente de Francia, a donde fue expulsado por las autoridades venezolanas.
Wendelin fue arrestado el domingo 28 en el Aeropuerto Internacional de Maiquetía, Venezuela, cuando intentaba entrar en el país procedente de México, y fue trasladado a la sede del Servicio Bolivariano de Inteligencia (Sebin).
De nacionalidad alemana, Walter Wendelin pertenece al movimiento internacionalista Askapena, de la izquierda abertzale, y fue uno de los cabezas de lista de la formación Herritarren Zerrenda. Había estado anteriormente en Caracas sin que las autoridades de ese país pusieran ninguna objeción. Fue el 7 de diciembre de 2009, participando en el foro «Amenazas imperialistas y resistencia popular, hacia la construcción del frente antiimperialista», con otros treinta delegados y organizaciones internacionales.
La detención y expulsión ha provocado extrañeza en expertos jurídicos. Se da la circunstancia que Wendelin no tenía ninguna causa pendiente con la justicia española y mucho menos orden alguna de detención, de hecho, la policía francesa, a su llegada a París, se limitó a interrogarle durante una hora en el control de pasaportes, tras lo cual le dejaron viajar con normalidad a Euskadi. El activista fue enviado a París por las autoridades venezolanas porque era hacia donde tenía previsto dirigirse tras su estancia en Caracas.
El coordinador del Programa Venezolano de Educación Acción en Derechos Humanos (Provea), Marino Alvarado, aseguró que se trata de una «detención arbitraria» ya que el detenido «no ha cometido delito en Venezuela». «Nunca le dijeron porque lo detuvieron ni por qué no lo dejaron entrar al país».
Alvarado, además, afirmó que los agentes del Sebin le pidieron a Wendelin que firmara un documento en el que éste afirmaba que salía voluntariamente de Venezuela y que era dirigente de la ilegalizada Batasuna. Denunció que ningún funcionario de la Defensoría del Pueblo se reunió con el arrestado para conocer su estado y los motivos de su detención.
La Embajada de España en Venezuela reconoció haber tenido algún tipo de influencia en la detención y expulsión. Revelaron haber colaborado con las autoridades policiales venezolanas y afirmaron que la detención es una muestra del «tipo de cooperación que Madrid espera de Venezuela».
Por su parte, el diputado venezolano del gobernante Partido Socialista Unido de Venezuela, Calixto Ortega, intentó justificar la expulsión en el marco de la lucha antiterrorista: «No se apoya a ninguna persona o grupo que tenga relación con actos terroristas». Sin embargo, Wendelín nunca ha sido procesado en España por delitos relacionados con el terrorismo.
La organización vasca Askapena convocó a una vigilia el miércoles 31 frente al Consulado de Venezuela en Bilbao para repudiar la expulsión de Wendelin. Mientras que la Asociación Venezolana de Amigos de Euskal Herria emitieron un comunicado antes de la deportación de Walter Wendelin a Francia. En él expresaron «su profundo rechazo al tratamiento que el gobierno venezolano hace al ciudadano vasco Walter Wendelin , detenido en el aeropuerto de Maiquetía ayer 28 de marzo, trasladado a la sede del Servicio Bolivariano de Inteligencia, (antes DISIP) en el Helicoide, de Caracas, sin que hasta ahora haya podido tener medios ni recursos para su defensa. Ha trascendido a la opinión pública que ‘será devuelto al Estado español, cosa que nos extraña pues no tiene ninguna cuenta pendiente con la justicia de ese país.»
En opinión de esta asociación se trata de un «intento de criminalizar el hecho de ser vasco independista por parte del gobierno venezolano. Por largos años, concretamente desde el año 1939, Venezuela ha sido tierra de refugio y asilo para centenares de vascos independentistas que consiguieron una tierra que les dio todo y a la cual dieron todo.» Para ellos, existe una «coyuntura política» o «presión mediática» que ha llevado a «criminalizar el pensamiento o ideología de cualquier ciudadano, en este caso, del ciudadano vasco Walter Wendelin».
En España, los medios de comunicación apenas comentaron la noticia. Tampoco los medios públicos venezolanos le dieron relevancia. Por su parte, desde el gobierno venezolano, hasta ahora, no se ha hecho ningún comentario ni declaración pública.
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