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La lógica capitalista y el colapso

Lo pulpos petroleros prefieren «vender menos y ganar más»

Fuentes: IAR Noticias

Mientras la escalada de los precios del petróleo y su impacto en la suba de los alimentos ya desencadena marchas de protestas, huelgas y rebeliones sociales por todo el planeta, incluso en el mundo desarrollado, los productores y las corporaciones petroleras, a los que se les suman los pulpos de la especulación financiera, embolsan cifras multimillonarias con el aumento de la demanda que no se alcanza a cubrir con los actuales estándares de producción. Obviamente, y de acuerdo con la lógica capitalista, a mayor demanda suben los precios y las acciones petroleras en los mercados energéticos, produciéndose un «circulo vicioso» donde la especulación y la sobredemanda retroalimentan, a su vez, la escalada de los precios. En consecuencia los primeros grandes beneficiarios son los productores y las corporaciones petroleras que facturan (favorecidos por el aumento descomunal) sumas siderales sin alterar los niveles de producción. Es que, mientras la demanda crece, los pulpos del sector petrolero, en vez de aumentar la producción para que bajen los precios, optan por la lógica capitalista «ganar más vendiendo la misma cantidad», generando desabastecimiento e inflación que termina impactando en los alimentos básicos que consumen miles de millones de personas en las áreas más pobres y desprotegidas del planeta. De esta manera, lo lógica de la rentabilidad capitalista se superpone al colapso económico que amenaza al conjunto de la humanidad.

Según publica este jueves The Wall Street Journal, no obstante cosechar multimillonarias ganancias, los principales productores de petróleo del mundo han resultado incapaces de inyectar más barriles a los sedientos mercados mundiales, a pesar de que los precios han alcanzado «niveles estratosféricos». «El cambio, que desafía la lógica tradicional del mercado, no tiene visos de ceder», señala.

Los precios del crudo han subido cerca de un 30 por ciento en lo que va del año, y duplicaron su precio de la misma fecha del año pasado, impulsado por especuladores que buscan protegerse contra la inflación y el debilitamiento del dólar refugiándose en acciones petroleras y de materias primas.

El precio del barril tocó los US$100 a principios de año, mientras algunos de los analistas más prestigiosos de EEUU, predicen que llegará a los US$200 hacia fin de año.

No obstante, y según el Journal, nuevos datos del Departamento de Energía de Estados Unidos indican que los principales exportadores de crudo del mundo despacharon 2,5% menos productos petroleros el año pasado que en 2006, a pesar de un alza de 57% en los precios, y la misma tendencia se observa este año.

De acuerdo con el vocero de Wall Street, hay varias razones detrás de la caída neta en las exportaciones.

Las ganancias generadas por los precios del crudo se han disparado y generado un auge en la demanda petrolera en Arabia Saudita y Medio Oriente, dejando menos crudo disponible para exportar.

Al mismo tiempo, el paulatino agotamiento de los yacimientos y la escasez de inversión han causado una baja significativa de las exportaciones de crudo de México, Noruega y ahora Rusia.

Asimismo, la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) recortó la producción a principios del año pasado y no la aumentó sino hasta finales del año pasado.

El Journal cita datos del Departamento de Energía de EEUU, según los cuales las exportaciones netas de los 15 mayores proveedores de crudo del mundo, que representan un 45% de la producción total, cayeron en casi un millón de barriles al día el año pasado, para sumar 38,7 millones de barriles diarios.

Al mismo tiempo, desde mayo del año pasado, los precios se han duplicado llegando a cotizarse el barril a US$ 135, el jueves de la semana pasada, manteniéndose en el presente en la línea de los
US$ 130.

Pese a toda la atención que se le presta a la demanda energética de China -apunta el Journal-, Medio Oriente podría representar una amenazar mayor.

Al respecto, hay que recordar que China, EEUU y la Unión Europea son los mayores demandantes de petróleo, y que sus economías ya atraviesan por un creciente proceso inflacionario como consecuencia de la suba estrepitosa del crudo y la energía.

Según el Journal, el año pasado, los seis mayores exportadores de petróleo de la región, Arabia Saudita, Emiratos Árabes Unidos, Irán, Kuwait, Irak y Qatar, redujeron su producción en 544.000 barriles al día.

Al mismo tiempo, su demanda interna creció en 318.000 barriles diarios, lo que produjo un descenso en las exportaciones netas de 862.000 barriles al día, según la Administración de Información Energética de EE.UU.

Arabia Saudita posee cerca de una cuarta parte de las reservas comprobadas del mundo y aporta alrededor del 12% de los 86 millones de barriles al día que el mundo consume actualmente, y durante la reciente visita de Bush se negó a aumentar el bombeo como lo pedía el presidente norteamericano.

Ante la emergencia de protestas y huelgas que sufre la zona del euro a causa del alza del petróleo, Francia llamó el martes a los siete países más industrializados (G7) a presionar a los países productores de petróleo para que aumenten su oferta a fin de enfriar los precios y sugirió a la UE adoptar nuevas medidas para compensar la escalada récord del barril de oro negro.

La ministra de Economía francesa, Christine Lagarde, dijo que plantearía el asunto a sus colegas del Grupo de los Siete para hacer un frente común con Gran Bretaña, Canadá, Alemania, Italia, Japón y Estados Unidos.

El presidente de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) y ministro de Energía de Argelia, Chakib Jelil, señaló recientemente que la caída de la producción en países no OPEP como Rusia ha contribuido al alza espectacular de las cotizaciones del oro negro.

Pero atribuyó principalmente los altos precios a la debilidad del dólar y a otros factores, e insistió en que un aumento de la producción del cartel no es la solución. «Si la OPEP decide elevar la producción (…) estos incrementos no bajarán realmente el precio (del petróleo)», dijo Jelil el lunes a una radio española.

El escenario que trazan el Journal y los analistas especializados muestran con crudeza inusual la demencia de un capitalismo petrolero que supedita a la lógica de la «rentabilidad» el destino de un planeta a punto de estallar en una hambruna mundial sin control y en un proceso recesivo escala global con protestas, huelgas y rebeliones sociales que ya se extienden a escala global.

A la voracidad de los productores y pulpos petroleros, hay que sumar un segundo frente de depredación capitalista con la especulación financiera en los mercados de la energía.

En este caso, los grande pulpos financieros de Wall Street, como es el caso de Goldaman Sach, están embolsando sumas multimillonarias con la especulación con las acciones de las grandes corporaciones petroleras.

El libio Abdalá El Badri, secretario general de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) advirtió a fines de abril que es «Es necesario tomar medidas para frenar el impacto que adquiere la especulación financiera, como la de los fondos de cobertura (poco convencionales, de estrategias arriesgadas) y los bancos de inversión, con su creciente participación en el mercado petrolero».

Junto con la especulación en los mercados de futuros, «el debilitamiento del dólar estadounidense, tensiones geopolíticas y limitaciones en el sistema de refino de Estados Unidos marcan la escalada de precios», sostuvo El Badri.

«El proceso de fijación del precio del petróleo es totalmente opaco. Sólo unos pocos actores del mercado como Goldman Sachs y Morgan Stanley saben quién compra y vende petróleo. Un 60% del precio petrolero se explica por la especulación de grandes bancos y fondos de inversión como los hedge unds (fondos de cobertura)», señala el experto William Engdahal citado por la BBC.

Segun Fadel Gheit, los fondos financieros especulativos son los protagonistas de la actual disparada de los precios.

Este descomunal saqueo capitalista con los precios del petróleo (un recurso estratégico vital para mover la economía mundial), junta a productores, petroleras y bancos de inversión en una misma orgía de ganancias descomunales mientras el mundo ya ingresó en un alerta de colapso generalizado.